La introducción de la vacuna frente al Virus del Papiloma Humano (VPH), junto con el desarrollo de técnicas de detección de este virus, además de prevenir y ayudar a diagnosticar precozmente el desarrollo de casos de cáncer de cuello de útero y sus consecuencias, avalan la modificación de la manera de hacer los cribados de cáncer de cérvix y, a consecuencia de ello, ahorrar costes al Sistema Nacional de Salud.
Con la modificación del cribado del cáncer de cérvix de oportunista a poblacional, el Ministerio de Sanidad prevé que el SNS ahorre hasta 30 millones de euros al año, una vez que se haya implantado en toda la geografía nacional el nuevo sistema, algo que ocurrirá en 2028. Así se recoge en el borrador de Orden por la que se modifican los anexos I, III y VI del Real Decreto 1030/2006, de 15 de septiembre, por el que se establece la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud y el procedimiento para su actualización que el departamento de María Luisa Carcedo ha sometido a trámite de información pública.
El proyecto de orden contempla la modificación del programa de carácter oportunista establecido para el cribado de cáncer de cérvix en el Sistema Nacional de Salud (SNS) a incluirse dentro de los programas organizados de carácter poblacional. La orden indica que esta modificación que se implantará de forma progresiva a lo largo de los próximos 10 años, obtendrá al final del periodo ahorros de más de 30,6 millones de euros al año.
La actualización de la Estrategia en cáncer del SNS de 2009, en la Orden SSI/2065/2014, de 31 de octubre, por la que se modifican los anexos I, II y III del Real Decreto 1030/2006, detalló los cribados de cáncer, de manera que se incluyeron los programas poblacionales de cribado de cáncer de mama y colon. En el caso de cáncer de cérvix, explica el borrador, se consideró que “la reciente introducción de la vacuna frente al virus del papiloma humano (VPH), así como las técnicas de detección del VPH, iban a implicar una modificación a medio plazo de las bases con las que habría que realizar este cribado (población objetivo, prueba de cribado, intervalo entre exploraciones), así como la forma de ofertarlo”. Por ello, se recomendó que se continuase con el carácter oportunista, no obstante se apuntó que era necesario seguir trabajando para poder actualizar la propuesta.
Colectivos a las que la norma va dirigida
Hasta el momento, la norma estableció que en el cribado del cáncer de cérvix, la población objetivo eran las mujeres con edades comprendidas entre los 25 y los 65 años, la prueba de cribado mediante citología cervical y el intervalo entre exploraciones de tres a cinco años. Ahora, se mantiene la población objetivo pero se diferencia según edades. Por un lado entre 25-34 años: citología cada 3 años y, por otro, entre 35-65 años se procederá a la determinación del virus del papiloma humano de alto riesgo (VPH-AR). Asimismo, se establece que si VPH-AR es negativo, se debe repetir la prueba VPH-AR a los 5 años. Y si el VPH-AR es positivo, se realizará un triaje con citología. Por último si la citología es negativa, se debe repetir VPH-AR al año.
Al respecto, en cuanto a la oportunidad y el momento de la modificación, fuentes expertas consultadas por Diariofarma, consideran que el momento actual es el adecuado para la modificación de este cribado, ya que cabe recordar que el próximo año llegarán a la edad de cribado, 25 años, las mujeres de las primeras cohortes vacunadas en 2008, cuando tenían 14 años.
Reducción de costes
El modelo de cribado oportunista supone, según los datos del Ministerio de Sanidad, actualmente, un gasto de 180 millones de euros, mientras que el cribado poblacional supondría una inversión de 149 millones. De este modo, una vez instaurado al 100% el cambio de modelo se ahorrarían anualmente 30 millones de euros.
Además, el cambio de modelo de cribado permite, según estudios realizados por la la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud (RedETS), adelantar la detección del virus y reducir su evolución hasta cáncer. De este modo, se estima que la incidencia de cáncer de cuello de útero podría disminuir entre un 22 y un 35%, circunstancia que, además de los beneficios clínicos tendría un importante ahorro puesto que el coste de abordaje por caso se sitúa entre 5.735 euros y 34.044 euros dependiendo del estadio de gravedad.