Opinión

Vacuna del VPH en varones: bienvenida, pero muchos años tarde

Artículo de opinión de José María López Alemany, director de Diariofarma, sobre la decisión de la Comisión de Salud Pública de recomendar la inclusión en el calendario de la vacuna del VPH en varones.

Artículo de opinión de José María López Alemany, director de Diariofarma.

Por fin. Las autoridades sanitarias, responsables de la Salud Pública, han dado su plácet a la extensión de la vacunación frente al VPH a los jóvenes varones en el calendario oficial. Solo han pasado 15 años desde que la misma decisión se tomó para las chicas.

En este tiempo, unas 350.000 chicas en nuestro país han tenido la opción de ser inmunizadas con el objetivo de prevenir distintos tipos de cáncer, mientras que otros 350.000 chicos fueron excluidos y, por tanto, tendrán riesgo de sufrir otros tipos de cáncer y problemas vinculados al VPH, más allá de transmitir el virus a mujeres no inmunizadas, lo que podrá generar en ellas cáncer de cérvix. 

A lo largo de estos tres lustros se ha producido una situación de inequidad difícilmente entendible. Una falta de equidad en el plano sanitario, que dejaba sin proteger a varones y a chicas no vacunadas y una falta de equidad económica y social, en la que los padres con mayor información y capacidad económica vacunaban a sus hijos varones, mientras que había otros que no sabían o no podían hacer lo mismo.

En esto no hemos sido para nada pioneros, pese a la cantidad de vidas reales que están en juego. Más de 30 países nos llevan la delantera. 

La situación se ha demorado demasiado tiempo. Y se ha dilatado pese a que hace ya diez años, en 2012-2013, se iniciaron las vacunaciones de varones en otros países, como Australia, al haber observado los indudables beneficios que se alcanzaban. En España se dieron pasos a ritmo de tortuga durante mucho tiempo. Primero se esperaba a la existencia de más evidencia, luego se empezó a analizar la aplicación a varones en grupos de riesgo que, como los homosexuales, no se beneficiaban en nada de la vacunación de la cohorte femenina, lo que fue denunciado como “algo completamente injusto” con ellos. Posteriormente se encargó un estudio de coste-efectividad a la Red de Agencias de Evaluación de Tecnología Sanitaria (RedETS), que estuvo guardado meses y meses en un cajón, aunque también es cierto que coincidió con la pandemia.

No digo que la vacuna en varones se debería haber aplicado al tiempo que a las mujeres. Más que nada porque no había evidencia y la prioridad en el desarrollo de las vacunas fue la prevención del cáncer de cuello uterino. Pero una vez que se empezó a generar evidencia y que diferentes países iban ampliando la vacunación, debíamos haber reaccionado antes. Mucho antes.

Y no ha sido por falta de impulso. En este tiempo, las sociedades científicas, en principio las enmarcadas en la pediatría y la vacunología, posteriormente muchas más, y los profesionales sanitarios se han desgañitado pidiendo poner fin a la situación. De nada ha servido esa presión. No ha sido hasta que las comunidades autónomas han empezado a dar pasos, primero tímidamente, como el caso de Cataluña y Galicia, para más recientemente con los anuncios de Comunidad Valenciana y Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia, Madrid…. han precipitado algo que era clamoroso.

Algo parecido sucederá con la vacuna de meningitis B, donde las comunidades autónomas ya están avanzando puesto que parece que esperar al impulso del Ministerio de Sanidad lleva a un horizonte sin fecha. Luego nos quejamos de la falta de equidad, pero sería mucho más fácil que Sanidad estableciera, como en otras tantas cuestiones, deadlines para sus evaluaciones con el objetivo de que todo el mundo sea consciente de hasta dónde esperar. Ya son muchas las experiencias en este mismo campo de las vacunas en las que el principal detonante que hace actualizar el calendario único es la disidencia de alguna autonomía que da el paso frente al resto para, después, ser seguida por todas.

Pero bueno, estamos aquí y ahora, que es lo que importa, y ya podemos dar por cerrado un capítulo de nuestra historia sanitaria reciente que, no obstante, no deberemos olvidar para evitar que vuelva a ocurrir.


José María López Alemany es director de Diariofarma.

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