Terapéutica

Indica Pro: los resultados avalan los beneficios de la colaboración médico-farmacéutica en síntomas menores

La indicación farmacéutica, con protocolos consensuados entre médicos y farmacéuticos, además de mejorar sensiblemente la calidad de vida percibida por los pacientes, reduce la presión asistencial y, por tanto genera importantes ahorros en términos de coste-oportunidad.

La indicación farmacéutica, con protocolos consensuados entre médicos y farmacéuticos, además de mejorar sensiblemente la calidad de vida percibida por los pacientes, reduce la presión asistencial y, por tanto genera importantes ahorros en términos de coste-oportunidad.

Así se ha puesto de manifiesto durante el II Congreso Médico-Farmacéutico celebrado en Valencia, donde ha tenido lugar una mesa redonda, moderada por el secretario del Colegio de Farmacéuticos de Valencia, Vicente Colomer, en la que se han presentado los resultados del servicio Indica+Pro, puesto en marcha entre la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) y el Colegio de Farmacéuticos de Valencia (MiCOF), que ha involucrado también a las Universidades de Sydney y Granada y cuenta con la participación de la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana así como, Semergen, SemFYC, el Colegio de Médicos de Valencia y asociaciones de pacientes.

Según los cálculos realizados en el estudio se llegan a evitar costes sanitarios de 52,5 euros en caso de evitarse una visita al centro de salud y hasta 100 en casos de atención continuada, explicó la presidenta de la Sefac Comunidad Valenciana, María Teresa Climent.

Además, Indica+Pro facilita, según Climent, una práctica colaborativa, el incremento de la seguridad y la calidad de la atención, con la automedicación responsable; una gestión del paciente y optimización de recursos; la educación del paciente para acudir al ámbito apropiado de tratamiento y, por último, se contribuye a la sostenibilidad del sistema sanitario.

A lo largo de la sesión se ha explicado cómo fue el desarrollo de todo el servicio en el que han participado desde el inicio médicos y farmacéuticos, lo que constituye uno de los hitos relevantes del proyecto. A este respecto, Francisco Valls, miembro del Grupo de Trabajo de Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular de Semergen y responsable de formación del proyecto explicó cómo se desarrollaron, de forma colaborativa, los protocolos para 30 síntomas menores y, posteriormente, cómo se desarrollaron las labores de formación de los participantes en el estudio.

Valorado por todos

Los pacientes, principales beneficiarios de la actividad, estuvieron representados en la mesa para ofrecer su “positiva” valoración acerca de este servicio. Según Santiago Alfonso, vicepresidente de Foro Español de Pacientes, se trata de un proyecto que “tiene ciencia, tiene contento a los pacientes y es sostenible y rentable”, por lo que, según dijo “es un proyecto de sentido común”. Además, tal y como transmitió, a los pacientes les falta formación en cuanto a conocer qué servicios son de cada nivel asistencial y, con este proyecto se podría avanzar en esa formación.

La administración también ha apoyado este estudio y especialmente el hecho de que haya supuesto una práctica colaborativa entre médicos y farmacéuticos, como explicó el director general de Farmacia de la Comunidad Valenciana, José Manuel Ventura, que valoró como “interesantes” los resultados obtenidos.

Ventura explicó que trabajar a través de protocolos, con consensos entre las profesiones y de forma colaborativa “va en línea de la integración de la farmacia” en el sistema sanitario. No obstante, el responsable valenciano de farmacia identificó una hándicap que este servicio tiene para poder ser generalizado en el Sistema Nacional de Salud. Esta barrera consiste en la propia configuración de la prestación farmacéutica, en la que los pacientes no están asignados a una farmacia determinada sino que tienen libertad de elección y, de este modo, si no es un servicio “sometido a planificación sanitaria” y, por tanto, ofrecido por todas las farmacias, “habría pacientes que escaparían al servicio”.

En cualquier caso, Ventura recordó que los farmacéuticos están “capacitados” para la indicación farmacéutica y planteó que no es necesario incidir en este aspecto, sino poner el foco en la manera de hacerlo, “con protocolos, de forma uniforme y rindiendo cuentas”. En este sentido, planteó la importancia de registrar: “la calidad se nota y se anota”, recordó.

Expansión de Indica Pro

El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Castellón, Sergio Marco, colegio que se incorporará al servicio Indica+Pro en los próximos meses ofreció igualmente su visión acerca del proyecto. En relación con el registro de resultados, el presidente del COF de Castellón consideró necesario facilitar las actividades de registro en las farmacias de cara a que el propio sistema de gestión permita acceder a los registros y no depender de diferentes sistemas que hacen más compleja la operación. 

En cualquier caso, Marco consideró que el proyecto es muy positivo y explicó que los resultados de ahorro “son espectaculares”. Por ese motivo, y para mejorar la manera de presentar los resultados a la administración, pidió a las sociedades científicas que impulsan el servicio que involucren no solo a los farmacéuticos de a pie sino a los colegios. A este respecto, Marco también valoró muy positivamente la participación colaborativa de médicos y farmacéuticos, y lo consideró como el hecho diferencial frente a otros servicios. Además, para Marco este estudio colaborativo es adecuado “porque participamos todos y, además, no reinventamos la rueda”.

En el ámbito menos positivo, el presidente del COF de Castellón planteó, como freno a su impulso, aspectos jurídicos y legales como la propiedad de los datos que se generan en los estudios. Otro de los handicaps a los que se tiene que enfrentar el farmacéutico es la ausencia de información clínica de los pacientes a disposición de estos profesionales. A este respecto, Santiago Alfonso, vicepresidente de Foro Español de Pacientes, quiso dejar claro que esa información pertenece a cada paciente y la tecnología, en vez de ayudar, en este caso ha limitado el uso que los pacientes hacen de su información. “Antes el paciente tenía una carpeta con todas las pruebas y su historia clínica” y ahora la tecnología limita ese acceso. No obstante, el paciente, según reclamó Alfonso, debería tener toda la información, incluida la de la asistencia privada y “decidir a quién se la entrega”.

Con él coincidió Ventura, quien se mostró dispuesto a avanzar en este sentido ya que “la historia clínica es propiedad del paciente y la administración lo custodia sometida a leyes estrictas como la protección de datos”. Para él es un problema de soporte tecnológico y lo óptimo sería que el paciente pudiera “establecer los permisos para permitir la difusión de su información” con un profesional sanitario concreto.

Para cerrar la mesa, participó desde el público el presidente de Semergen, José Luis Llisterri, que mostró su apoyo total al proyecto. “Es una oportunidad histórica que colaboremos en el manejo de patologías menores que colapsan el sistema”, aseguró. Según él el farmacéutico debería atender las patologías menores que pueden suponer entre un 20 y 30% del total de consultas. Por ese motivo, consideró obligatorio “limar asperezas entre las profesiones”.

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