La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) ha emitido un documento con recomendaciones sobre el uso de pruebas de detección de anticuerpos, partiendo de la base de que, concretamente en el caso de los test de inmunocromatografía, la experiencia indica "la experiencia está demostrando que los valores de sensibilidad que recogen los fabricantes en su información comercial pueden no ser del todo fiable". "La casi totalidad de los ensayos indican en su información comercial una especificidad del 100%. Sin embargo, esta cifra podría no ser correcta, ya que los estudios de validación son metodológicamente poco adecuados y con un número de muestras muy pequeño, explican".
En esos estudios de validación no se habrían tenido en cuenta, dicen, aspectos como "las activaciones policlonales en determinados cuadros infecciosos, las enfermedades inmunológicas que causan falsos positivos, o las posibles reacciones cruzadas con otros coronavirus circulantes causantes de infección respiratoria previa".
En cuanto al uso de test en el ámbito Hospitalario-Urgencias, recomiendan su aplicación en pacientes con una evolución de al menos siete días, pues, explican, "la información científica disponible indica que antes de ese tiempo la respuesta inmunitaria del huésped es inexistente o muy baja". "Sin ese matiz temporal, cabe el riesgo de una muy baja sensibilidad del ensayo", advierten.
En el caso de las Urgencias, los test de anticuerpos servirían como complemento de la PCR en aquellos pacientes con una evolución de la infección superior a los 7 días; en casos con PCR repetidamente negativa en los que se hayan iniciado claramente los síntomas varios días antes; en los casos clínicos de confirmación de infección pasada a través del estudio de la IgG, en relación o no con la negativización de la PCR, y para la selección de donantes de plasma.
En cuanto a la detección de anticuerpos frente a SARS-CoV-2 en profesionales sanitarios o sociosanitarios, Seimc considera "preferible" realizar test con métodos automáticos (ELISA/CLIA), que son los que se están empleando actualmente para otros procesos infecciosos y permiten hacer un número superior de muestras a la vez, en vez de con monotest por inmunocromatografía.
La aplicación de estas pruebas en sanitarios podrían ayudar a identificar a aquellos que ya podrían estar inmunes y puedan atender a pacientes infectados, minimizando el riesgo de propagación del virus a colegas y otros pacientes. De cara a la fase de desescalada, ven "recomendable" disponer de un ensayo con elevada "sensibilidad y especificidad" y poder basar en sus resultados el plan de redistribución del personal sanitario en la zona limpia de Covid-19 o en la zona Covid-19, dependiendo de "su estatus inmunitario", y siempre cumpliendo la normativa de protección de datos, recuerdan.
Aclaran que la utilidad de practicar test de anticuerpos para detectar contactos infectados de casos confirmados de profesionales sanitarios o sociosanitarios asintomáticos puede ser "muy baja". Y es que, prosiguen, "tras haberse producido el contacto, no habrá pasado tiempo suficiente (salvo que se demore el test expresamente) para que se haya generado en la persona en cuestión una respuesta inmunitaria detectable". Por ello, existe, dicen, "un riesgo muy elevado de falsos negativos responsables de una falsa seguridad para descartar la infección". De ahí que consideren que, para esas situaciones, el estándar debería ser la PCR.
Siguiendo con los test de anticuerpos, declaran que, tras la obtención de un resultado negativo en el cribado de profesionales sanitarios o sociosanitarios, "sería oportuno precisar cuándo (días tras test negativo) hay que hacer la repetición y los factores de riesgo concretos a considerar", de modo que puedan quedar descartadas las "interpretaciones subjetivas".
Concluyen con la recomendación de la aplicación de PCR "en el seguimiento de casos sintomáticos en centros sociales y residenciales". Lo explican con el hecho de que sea en este colectivo "donde más falsos positivos (por las enfermedades autoinmunes) y falsos negativos (por el uso de tratamientos con inmunosupresores) se podrían observar".
Otras posibles aplicaciones de los test de anticuerpos serían las dirigidas a comprender la epidemiología, permitiendo también saber la carga y el papel que podrían haber tenido las infecciones asintomáticas; definir la exposición previa e identificar donantes humanos altamente reactivos para la generación de suero hiperinmune como aproximación terapéutica; investigar y evaluar candidatos a vacuna.