Política

La Paz cuenta su experiencia con el covid-19 al mundo: “Traumatólogos ayudando a tratar neumonías”

Dos de los máximos responsables del Hospital La Paz cuenta su experiencia de lo vivido con el tsunami del covid-19 que transformó el hospital general en uno casi monográfico covid y donde la actuación de los profesionales ha sido la clave.
Juan José Ríos, Jose Ignacio Bernardino y Rafael Martinez Cabeza de Vaca

“Al principio los casos los trataban los especialistas, pero al final hemos tenido a traumatólogos ayudando a tratar neumonías”. Así ha ejemplificado el director Médico del Hospital Universitario La Paz de Madrid, Juan José Ríos, la transformación que ha sufrido uno de los hospitales más afectados y durante más tiempo por la pandemia del covid-19 en lo que ha supuesto la transformación de un hospital terciario en prácticamente uno monográfico para el coronavirus. Una situación que ha hecho necesario que todas las especialidades médicas se fundieran en los equipos de atención a los pacientes por covid-19. “Una vez que se desató el tsunami ya no había servicios. Todo era covid”.

Para Ríos, a lo largo de las fases más críticas de la pandemia, se ha hablado mucho de la transformación de espacios para incrementar el número de camas tanto de agudos como de críticos, así como los equipamientos, pero para él, el aspecto de las personas ha sido “el más importante”, tal y como ha explicado en un webcast internacional organizado por Sandoz bajo el epígrafe “La Paz: Experiencia de uno de los principales hospitales en España en el manejo de la covid-19”.

Durante el encuentro, que ha sido presentado por Rafael Martinez Cabeza de Vaca, director Medica de Sandoz, Ríos ha explicado que La Paz es un hospital de 1.200 camas que ha llegado a tener más de 1.000 pacientes de covid-19. Prácticamente todo el hospital general, excepto algunas plantas de neurología o nefrología se transformaron en muy pocas horas en plantas covid.

Ríos ha destacado la labor de departamentos como los de mantenimiento o recursos humanos para hacer realidad la transformación de áreas comunes del hospital en zonas de atención a los pacientes o para descanso de los profesionales. También la de los profesionales de los departamentos de calidad, que han tenido, según explicó, la tarea de analizar toda la evidencia y protocolos que casi a diario cambiaba. Para él, la información y coordinación de los profesionales “es uno de los aspectos más importantes” ya que era esencial dar recomendaciones actualizadas a los profesionales.

Más espacio para camas y equipamiento

En lo que se refiere a las instalaciones, el director médico de La Paz ha explicado que, de cara a afrontar nuevas olas del coronavirus o para aquellos países a los que todavía no ha llegado, una de las cuestiones más importantes es el espacio físico. Un espacio necesario para instalar más camas de agudos, más de intensivos, para determinaciones e incluso para aparados de diagnóstico. A este respecto señaló que en su hospital se instaló una carpa en el párking e incluso un TAC.

En cuanto a las camas de UCI, explicó que se pasó de las 30 habituales a 150 que se monitorizaban continuamente y que, según explicó, nunca estuvieron al completo y eso que los ingresos en UCI son rápidos pero las altas no.

En el webinar también ha participado el jefe de Sección de enfermedades infecciosas del Departamento de Medicina Interna del hospital, Jose Ignacio Bernardino, quien hizo un repaso de cómo han vivido en su hospital toda la pandemia.

Bernardino ha explicado que los protocolos cambiaban cada dos o tres días y que se tenía que actuar de acuerdo a la situación de saturación del hospital. “Teníamos situación de saturación y colapso y había que decidir qué casos se enviaban a casa, cuales se ingresaban, en qué momento se deba el alta”, incluso aunque no cumplieran los criterios para el alta de dos PCR negativas seguidas. Por eso, para este experto, fue una “buena idea” los hoteles medicalizados a donde se enviaba a estos pacientes.

Médicos de baja haciendo seguimiento

Además, este especialista también ha puesto en valor la actividad de los profesionales, incluso aquellos afectados por el covid-19 y en situación de baja médica. “Se intentó hacer un seguimiento domiciliario a los pacientes con situación clínica leve, que se hacía en muchos casos por médicos infectados por coronaviorus y que desde su casa hacían seguimiento”.

Bernardino también ha aprovechado para explicar cómo han ido aprendiendo de la mejor manera de abordar los tratamientos de los pacientes en función de la fase en la que se encuentra. Explicó la existencia de una fase viral, otras bifásica y una última crítica Para él, es clave identificar los parámetros clínicos que permitan predecir el empeoramiento de un paciente para actuar de forma precoz, especialmente ante la fase inflamatoria y la tormenta de citoquinas que hace que muchos pacientes terminen en la UCI.

Este infectólogo ha recordado también la necesidad de contar con ensayos clínicos para saber si los tratamientos están siendo efectivos ya que todos los tratamientos utilizados están siendo off-label. A este respecto, ha criticado algunas publicaciones, “incluso en revistas de prestigio” que, según ha dicho les ha “confundido”.

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