La Comisión Europea (CE) ha firmado un contrato marco con Abbott y Roche para la compra de más de 20 millones de pruebas rápidas de antígenos por valor de 100 millones de euros. Igualmente este organismo ha presentado una propuesta de recomendación del Consejo sobre un marco común para el uso, la validación y el reconocimiento mutuo de las pruebas rápidas de antígenos en todos los países miembros.
Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, ha asegurado que “las pruebas rápidas de antígenos nos ofrecen rapidez, confiabilidad y respuestas rápidas para aislar los casos de covid”. Igualmente ha indicado que “las pruebas seguirán siendo fundamentales en los próximos meses, incluso cuando nuestro objetivo sea comenzar a implementar nuestras vacunas a partir del 27 de diciembre”.
Kyriakides asegura que “aunque la metodología más confiable es la prueba de RT-PCR”, debido a “su escasez”, y a su costo “relativamente alto” y “al tiempo requerido para producir un resultado de prueba”, el uso complementario de pruebas rápidas de antígenos en entornos específicos “es cada vez más recomendable”.
Según ha explicado, con respecto al uso de pruebas rápidas de antígenos, la recomendación que lanza la Comisión a los Estados miembros que estas pruebas sean “sean realizadas por personal sanitario”; “invertir en formación y certificar que el personal es el adecuado”; considerar el uso de estas pruebas en situaciones de “diagnóstico de covid-19 entre casos sintomáticos, contactos de casos confirmados, grupos de brotes, detección en áreas de alto riesgo y entornos cerrados”; “usar pruebas rápidas de antígenos para el cribado de toda la población en situaciones epidemiológicas o áreas donde la proporción de pruebas positivas es alta o muy alta”; asegurar que se “implementen estrategias que aclaren cuándo se requieren pruebas de confirmación por RT-PCR o una segunda prueba rápida de antígenos” y monitorizar “la necesidad de pruebas de acuerdo con los desarrollos epidemiológicos”.
Con respecto a la validación y el reconocimiento mutuo de las pruebas rápidas de antígenos entre países, la Comisión recomienda “compartir con la Comisión una lista común de pruebas rápidas de antígenos que estén en consonancia con las estrategias de pruebas de los países” y que estas “sean adecuadas para las situaciones recomendadas”; “cumplen los requisitos mínimos de sensibilidad y especificidad definidos por la Comisión” y que han sido “validados por al menos un Estado miembro”.