Tras dos mandatos consecutivos al frente del MiCOF, Jaime Giner se presenta de nuevo a las elecciones del colegio levantino con un amplio programa en el que se quiere poner en valor todo lo realizado y adaptar a la institución a los nuevos retos que se plantean para la profesión, en un futuro inmediato marcado por las consecuencias de la pandemia.
Pregunta.- Tras dos periodos presidiendo el MiCOF, ¿qué le empuja a presentarse a un tercer mandato?
Respuesta.- Continuar con lo que estamos haciendo bien. Novedades, con respecto a lo que nos comprometimos a hacer quedan pocas por anunciar, pero hay que potenciar todo lo hecho. El proyecto con el que comenzamos era un proyecto abierto que poco a poco se ha ido modificando y vamos a continuar trabajando en él. El covid ha traído unas amenazas que van a modificar al conjunto del país, que va a quedar tocado. Esas medidas, que a lo mejor no nos gustan, tendremos que combatirlas y adaptarnos a ellas. Por ello necesitamos gente experta, que ayude a tomar una posición de fortaleza con respecto a ese futuro. Nuestra candidatura tiene una mayoría de gente por debajo de los 50 años; porque debemos tener gente joven que empuje; también hay gente con experiencia en la profesión y que llevan años trabajando en los diferentes ámbitos del colegio y, por último hay un grupo de gente entre los que me incluyo, en el que ya estamos para ir adaptando y cediendo, en estos cuatro años, el relevo a esta gente joven. Somos gente que estamos curtidos, que sabemos cómo funciona la administración, sabemos cómo funciona el mundo farmacéutico y podemos aportar mucho a los que vienen.
P.- Eso implica dar una respuesta global al conjunto de la profesión.
R.- En nuestra candidatura llevamos presentada a toda la profesión. Hospitalaria, Atención Primaria, Salud Pública, adjuntos, Comunitaria parados. Esta todo el sector.
P.- Una palabra para definir el objetivo de su candidatura?
Lo fundamental que llevamos en mente es hacer más transparente el colegio, el ‘eliminar la presidencia’; en Valencia ya no se habla tanto del presidente, se habla de la Junta, que es lo que pretendemos, que todo se apruebe en Junta de Gobierno.
P.- ¿Con qué balance llega a este nuevo proceso electoral?
En este tiempo se ha hecho mucho, el Colegio ha cambiado mucho su imagen su forma de trabajar. Hablar de todo sería muy extenso. Hemos cambiado la estrategia colegial, negociado un convenio de prestaciones, hemos puesto en marcha la solución de copago junto a la Consejería, hemos defendido los intereses de la profesión trabajando en la eliminación de normas que afectaban los derechos de los farmacéuticos como el famoso decreto 2/2013. También es verdad que ha habido una gestión económica importantísima. Cuando nosotros llegamos al Colegio, la tesorería prácticamente estaba quebrada, ya no sólo por el tema de impagos, sino por la gestión. A partir de entonces hemos bajado las cuotas de los colegiados casi un 50%. También hemos conseguido ofrecer a las oficinas de farmacias Bot-Plus gratis, hemos trasladado prestaciones económicas del convenio bancario, hemos hecho reformas en los edificios del colegio y los hemos convertido en referencias de ahorro energético, como el edificio de Paterna. En formación hemos dado un vuelco importantísimo. Ahora con la pandemia hemos desarrollado la plataforma de formación on-line que ya teníamos. Tenemos formaciones de mucha calidad con unos buenos ponentes para los colegiados. De hecho, hemos detectado que hay farmacéuticos de otros puntos de España que se colegian en Valencia simplemente por beneficiarse de las bonificaciones que tienen en estas formaciones.
P.- ¿Y de cara al papel de la potenciación de la profesión?
Siempre hemos apostado por nuestro lema ‘Farmacéuticos Unidos’. Hemos luchado mucho por ayudar al reconocimiento de la carrera profesional de los farmacéuticos del sistema público, recuperando los atrasos. Hemos trabajado con otros colectivos, hemos creado una vocalía de farmacéuticos de Atención Primaria. Somos pioneros también en la creación del futuro colegiado, para que los estudiantes en los últimos años de carrera vayan conociendo el Colegio. Actualmente estamos apoyando a todos los farmacéuticos que desgraciadamente no pueden trabajar aún, a través de networkings de empleo y de la propia bolsa del Colegio y en este periodo hemos llevado un vocal de farmacéuticos sin ejercicio. También hemos trabajado también mucho en el tema sociosanitario. Luchamos contra la ley de ordenación de farmacia que iba contra la farmacia comunitaria. Al mismo tiempo hemos trabajado por acabar con los ‘corralitos’ que existen en Valencia y en otros puntos de España, de farmacias que mantienen unas relaciones ilícitas, por decirlo de alguna manera, con algunas residencias. Pero de una de las cosas más importantes fue el trabajo sobre el decreto que fue recurrido y después ganado por los farmacéuticos que reconocía la farmacia como un servicio ante todo asistencial.
P.- Y de cara al próximo periodo, ¿qué plantea?
R.- Hay muchas cuestiones pendientes. Vamos a potenciar un plan estratégico de reestructuración colegial que nos llevará a convertir al colegio en un colegio digital. Ninguna respuesta debe quedar sin contestar. Ni al colegiado ni al usuario. Esto está relacionado con que un colegio profesional tiene un pilar básico en su existencia que es la deontología y la buena práctica. La protección del usuario, la protección de sus trabajadores y su profesión. Sin eso no tiene sentido su existencia. Por ello vamos a continuar con el desarrollo deontológico. Se ha conseguido que las quejas de pacientes lleguen al Colegio. Es algo muy bueno nos ayuda a mejorar y otras veces para detectar casos de mala praxis. También vamos a desarrollar el museo de la farmacia (el colegio de Valencia es el más antiguo del mundo -1441-), que sea visitable por la sociedad en general.
P.- ¿Y cómo se dibuja, para la candidatura que lidera, el futuro de la farmacia tras la covid?
Estamos trabajando precisamente en ello. Se ha hecho un estudio en el que han participado personas y entidades de todo el sector para plantear el papel de la farmacia comunitaria en la reconstrucción del sistema de salud. Esta es una cuestión importante de cara al futuro. Hemos puesto los pilares básicos en los que la farmacia tiene mucho que decir: la colaboración de la farmacia comunitaria en el conjunto del sistema y el trabajo en cronicidad, que va a ser un problema de salud importante, agravado por el covid.
P.- ¿Cómo plantea el futuro con la Administración y los pacientes?
Estamos negociando en estos momentos con la Consejería, la dispensación ambulatoria que hasta ahora se ha hecho un pilotaje. Ahora se está negociando un convenio en el que esta prestación va a ser remunerada. Además hemos empezado la observación de los test en la oficina de farmacia y la notificación de positivos y estamos negociando con la Consejería que este trabajo sea también remunerado, en el caso de los positivos que se notifiquen. Los negativos no están remunerados, aunque hemos solicitado que, ya que se está haciendo una labor importante, que también se remunerara algo. Hemos trabajado también la colaboración con los pacientes, abriendo el programa de escuela de pacientes, con la Escuela de Salud Pública de Granada y que empezamos ahora ya con diabetes y que va a ser un hito para todos los pacientes. Actualmente tenemos más de 60 asociaciones de pacientes conveniadas. Dedicamos prácticamente el 1% del presupuesto del colegio para apoyar estas acciones.
P.- ¿Cuál va a ser el principio rector de la actividad colegial en caso de que se haga con el triunfo el 6 de febrero?
R.- La transparencia es el objetivo primordial, hemos implantado un plan de transparencia que ha provocado cambios en el personal y asesoramiento, ya que nadie que trabaje para el colegio puede tener intereses privados con el sector farmacéutico y que pueda beneficiarse de la información o de su situación.
P.- Y el principio que va a guiar su relación con la Administración. No siempre han sido del todo fluidas.
R.- La relación con la administración ha sido siempre la que debería haber sido. Es cierto que hubo enfrentamientos con el consejero Llombart, como los hubo con Carmen Montón y Patricia Lacruz. Personalmente hoy tengo una buena relación con todos ellos. El trabajo del Colegio es defender la profesión y si eso supone enfrentarse a un consejero o a un presidente, me igual. No se puede bajar la guardia para que no se enfaden.
P.- ¿Y con Ana Barceló?
R.- Con Ana Barceló también hemos tenido nuestros momentos tensos. Actualmente la relación es buena y además ahora está cambiando. Los proyectos de colaboración con la dispensación de la farmacia hospitalaria y con los test han sido algo muy buenos. Se han superado los temores iniciales y se ha demostrado que la farmacia comunitaria tiene su papel y sobre todo, que es capaz de hacer lo encomendado y superar expectativas. No hemos tenido ni el más mínimo incidente. Yo creo que eso no se lo esperaban y esto marca un cambio porque la Administración se está dando cuenta de que nos necesita. De hecho, así nos lo han dicho en alguna reunión.
P.- ¿Hablamos de estatutos?
El tema de los estatutos se entendió mal y se utilizó, pero también hay que reconocer que no supimos explicarlos. Los cambios en el régimen electoral se hicieron para el proceso fuera más ágil; como por ejemplo que no se puede tener una Junta de Gobierno de 39 personas, como ahora. Esto dificulta la acción. Por eso lo queremos cambiar, porque queremos que haya elecciones Igualmente creemos que el anterior procedimiento deontológico era farragoso y laxo y eso era preciso cambiarlo. También era necesario que no existieran inequidades en el acceso a la representación y que todos los farmacéuticos pudieran entrar en los órganos del Colegio.