La tercera oleada de la “Encuesta sobre la situación actual y perspectivas de la sanidad tras la sexta ola de COVID-19 en España” realizada por Hiris de la Sanidad, realizada a profesionales sanitario, muestra un crecimiento en la confianza y optimismo sobre la gestión y control de la pandemia durante esta última etapa. Igualmente una cierta preocupación por el devenir del paciente crónico tras esta última ola y un apoyo elevado al papel de las farmacias como centros colaboradores en la detección de la infección.
En concreto, los profesionales sanitarios están especialmente de acuerdo en que su centro dispone ahora de los equipos de protección, de diagnóstico y de tratamiento necesarios -puntuación de 7,97 sobre diez, siendo este valor similar al de mayo de 2021, 8,13, y por encima del valor otorgado en marzo de 2021, 6,8-; en segundo lugar, que se ha aprendido de las anteriores olas de la pandemia para gestionar mejor esta sexta ola -puntuación de 7,10 sobre 10 y también con un valor muy parecido al de mayo de 2021, 7,63, y significativamente superior al de marzo de 2021, 6,4-; y en tercer lugar, que el nivel de coordinación y colaboración entre profesionales sanitarios de diferentes especialidades, niveles asistenciales y profesiones ha sido satisfactorio -puntuación de 6,7 sobre 10, que aumenta ligeramente los resultados de mayo de 2021, 6,6, y los de marzo de 2021, 6,2-.
Los profesionales sanitarios opinan que la vacunación de la población ha sido la actuación más eficaz para combatir esta última ola, a la que otorgan un 8,99 sobre diez. En segundo lugar, apuntan a la disponibilidad y mayor uso de pruebas diagnósticas (7,54) y, en tercer lugar, a las medidas no farmacológicas de carácter poblacional que se han aplicado, como el uso de mascarillas, control de aforos o distancia social (7,48).
Otras medidas altamente valoradas también han sido la disponibilidad de información y guías clínicas sobre el manejo clínico del paciente covid (7,32), la mejor organización y coordinación entre profesionales, servicios y niveles asistenciales (7,29), la disponibilidad de información sobre la infección y las medidas a adoptar para reducir el riesgo de transmisión comunitaria (6,86), el aumento del número de profesionales disponibles (6,69) y la disposición de nuevos tratamientos eficaces frente a la enfermedad por SARS-Cov-2 (6,61).
Cabe destacar que más del 80% de los profesionales sanitarios considera que la industria farmacéutica y de tecnologías ha mejorado su reputación durante la pandemia.
Sobre las medidas que deberían implementarse tras la sexta ola, los profesionales sanitarios apoyan ampliamente el refuerzo de la atención primaria para gestionar la situación generada tras la sexta ola (8,62 sobre diez).
Por otro lado, suscita también un amplio acuerdo la necesidad de facilitar la realización de pruebas de diagnóstico en la población a través de oficinas de farmacia, en los lugares de trabajo y otros espacios comunitarios (7,80), en continuar exigiendo la mascarilla en espacios interiores (7,37) y en exigir la vacunación frente a la COVID a determinados grupos de población (7,34).
Sin embargo, no se muestran tan de acuerdo con que las medidas de desescalada que están acordando las autoridades sociales son y tienen el ritmo adecuado, dada la evolución de la pandemia (5,69).
La eliminación o disminución significativa de la interacción con los delegados de la industria farmacéutica y tecnológica (63,0%), la reducción de manera importante la dedicación a labores no asistenciales, como la formación o la investigación (58,8%) y el aumento de la atención virtual, pero en detrimento de la calidad de la atención que reciben los pacientes (46,1%) son los aspectos de la actuación profesional más afectados por la covid
La sobrecarga de trabajo ha afectado negativamente a las relaciones de trabajo dentro de los equipos profesionales (47,4%). Además, un porcentaje significativo de profesionales (46,8%) han notado síntomas menores como consecuencia del estrés profesional, tales como pequeños trastornos del humor, sueño o capacidad de concentración. Mientras que un 22,4% de los profesionales sanitarios asegura percibir un impacto importante en su situación de salud mental llegando a afectar su estado emocional o interacción social debido a su irritabilidad, ansiedad o alteraciones importantes del sueño.
La mayoría de los profesionales muestran una honda preocupación por la afectación que la pandemia está teniendo sobre los pacientes no Covid, superior a la observada el año pasado.
Los profesionales sanitarios señalan de manera rotunda que la afectación de la atención continuada a los pacientes crónicos que ha ocurrido durante la pandemia puede tener una repercusión sobre sus resultados clínicos y de salud, otorgando un 8,09 sobre diez. Además, cabe destacar que esta preocupación vuelve a aumentar después de un significativo descenso entre la tercera y la cuarta ola de 2021, -puntuación de 7,74 en mayo de 2021 frente al 8,25 de marzo de 2021-. Por otro lado, subrayan el gran retraso en el diagnóstico y tratamiento de enfermos con posibles patologías graves iniciadas durante la pandemia (7,47 sobre diez), que aumenta de nuevo respecto a las olas anteriores (6,7 en mayo de 2021 y 7,1 en marzo de 2021). También, sigue preocupando la salud mental de sus pacientes (7 sobre diez en marzo 2022, 7,1 en mayo de 2021 y 7,5 en marzo de 2021).
Sin embargo, según los profesionales, el miedo de sus pacientes a acudir a las consultas, lo que puede afectar al diagnóstico y tratamiento adecuado de sus enfermedades, ha disminuido significativamente (5,85 en marzo de 2021, 6,4 en mayo de 2021 y 7,2 en marzo de 2021).
La valoración que hacen los profesionales entrevistados, una mayoría del ámbito hospitalario, de la actuación de la atención primaria durante la sexta ola de pandemia no es muy favorable. Ni respecto a su atención a los pacientes con COVID y el control comunitario de la pandemia, a lo que han puntuado con un 5,68 sobre diez, ni respecto a su labor de diagnóstico, tratamiento y control de los enfermos con otras patologías no COVID durante la pandemia, puntuado con un 4,94 sobre diez.
Según los profesionales sanitarios, las causas principales de esta limitada eficacia de la atención primaria durante la pandemia son una necesaria reforma en profundidad de su rol asistencial, modelo de funcionamiento y equipos de profesionales (46,9%) y la falta del número de profesionales suficiente (36,8%).
Uno de cada cuatro profesionales considera que el sistema sanitario se ha debilitado mucho como consecuencia de la pandemia. Por el contrario, solo un 9,7% de los profesionales sanitarios cree que el sistema sanitario español está hoy mejor preparado que antes de la pandemia para afrontar los retos sanitarios en los próximos años.
Aumenta el pesimismo sobre el plazo para recuperar la normalidad asistencial, que solo se logrará a partir del año próximo según la mayoría de encuestados. En concreto, a juicio de la gran mayoría de los profesionales sanitarios, los servicios sanitarios recuperarán la normalidad asistencial a lo largo de 2023 o después, dividiéndose casi equitativamente entre aquellos que creen que se normalizará en 2023 (40%) o a lo largo de 2024 o después (38%). Lo cual contrasta con los resultados de marzo de 2021 y mayo de 2021, cuando el 47% consideraba que recuperarían la normalidad asistencial ya en 2022.