“Los farmacéuticos madrileños están preparados para resolver una incidencia en el sistema de receta electrónica, pero reclaman nuevas capacidades profesionales para evitar que las consecuencias se trasladen a los ciudadanos y al propio Sistema Nacional de Salud”, asi lo asegura el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), cuyo vicepresidente, Óscar López Moreno, presentó este martes, en una jornada de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac), los datos de una encuesta realizada entre farmacéuticos comunitarios para valorar la repercusión que tuvo un fallo en los sistemas de receta electrónica de la Consejería de Sanidad en la dispensación de medicamentos y evaluar también las actuaciones realizadas con los pacientes, con el fin de plantear soluciones útiles para el futuro.
La incidencia, registrada el pasado 28 de enero, dificultó dispensar los medicamentos prescritos en receta electrónica en las tres mil farmacias de la región durante las cuatro horas que duró el incidente. Esto supuso un problema para los usuarios, en especial para los pacientes crónicos, ya que el 99 % de las recetas se dispensan de forma electrónica.
Mientras duró el fallo, entre las 9 y las 13:30 horas, las farmacias llegaron a atender a 98.700 personas, con una media de 33,98 pacientes por farmacia, y realizaron 109.989 consultas de las prescripciones dispensables de pacientes.
Los farmacéuticos resolvieron la necesidad de medicación urgente desde la farmacia a 21.300 pacientes, el 28,4 % del total. Con su actuación profesional, evitaron por lo tanto 21.300 consultas médicas relacionadas con la medicación, con un coste estimado de 958.500 euros, al Servicio Madrileño de Salud, teniendo en cuenta que el coste medio de una consulta asciende a 45 euros.
En el 65,6 % de los casos, los farmacéuticos recomendaron al paciente volver a la farmacia más tarde, cuando se subsanase el problema, y solo en un 6 % de las situaciones se planteó al paciente acudir al médico para que prescribiese una receta de papel.
Siete de cada diez pacientes (70 %) atendidos en las farmacias madrileñas fueron pacientes crónicos, el 18,4 % fueron pacientes agudos que acudieron a buscar su medicación, el 7,4 % fueron pacientes que precisaban medicación de urgencia, y el resto otra tipología.
La información de la encuesta se recogió, entre el 2 y el 13 de febrero, y participaron 352 farmacias, el 12 % de las 2.905 que intentaron dispensar en ese periodo de tiempo y no pudieron.
Soluciones
López aseguró que “los pacientes no tienen por qué sufrir las consecuencias de un fallo técnico del sistema de receta electrónica o de cualquier error que podamos subsanar, de forma fácil y segura, en la farmacia”. Por ello, considera que “es necesario habilitar un sistema que respalde la actuación del farmacéutico para resolver incidencias que impiden a los pacientes acceder a sus tratamientos prescritos en receta electrónica”.
En el acto inaugural de la jornada participó el presidente del COFM, Manuel Martínez del Peral, quien se refirió también a la experiencia vivida en enero por las farmacias y pacientes madrileños e indicó que el COFM “quiere trabajar en la elaboración de un procedimiento consensuado con la Comunidad de Madrid que permita realizar dispensaciones excepcionales cuando las circunstancias de los pacientes lo exijan, porque esta es otra realidad más a la que hay que dar una respuesta eficaz que puede ayudar, además, a reducir la carga asistencial del sistema de salud y, en concreto, de los médicos de familia”.
El reciente Convenio farmacéutico firmado entre la Consejería de Sanidad y el COFM “ofrece la oportunidad de plantear una solución a los ciudadanos a través de la dispensación excepcional de medicamentos por parte del farmacéutico”, recordó Martínez del Peral, quien añadió que, además de trabajar en el ámbito de la dispensación excepcional, el COFM ha puesto en marcha recientemente dos iniciativas de gran importancia para reforzar el valor sanitario de los farmacéuticos, como son el proyecto de dispensación colaborativa entre farmacia hospitalaria y farmacia comunitaria para acercar los medicamentos VIH a los pacientes y una campaña -que está en fase de formación- de seguridad de los medicamentos mediante el uso de la herramienta de bloqueo cautelar existente en el sistema de receta electrónica. “Ambas iniciativas permiten aportar soluciones desde la farmacia a algunos a los desafíos relacionados con el buen uso de los medicamentos”, concluyó.
Por su parte, el presidente de Sefac, Vicente J. Baixauli, ha reivindicado la labor clínica de los farmacéuticos comunitarios en su atención a los pacientes, especialmente en todos aquellos crónicos y polimedicados que precisan un seguimiento continuado para el buen uso de sus medicamentos y un buen resultado de las terapias en la salud.
“Esta labor clínica, y no otras cosas, es lo que verdaderamente hará más fuerte a la farmacia comunitaria ante los cambios que se están produciendo tanto a nivel social como producto de la digitalización, reducirá las amenazas externas y aportará el valor diferencial que necesitan los farmacéuticos comunitarios como los expertos en medicamentos más accesibles a la población”.
La presidenta de Sefac Madrid, Antonela Jiménez, ha incidido en esa visión y ha añadido que “si se quiere que el farmacéutico comunitario sea tenido en cuenta, se le considere y valore por su labor sanitaria y no solo logística y que se cuente con la posibilidad de ampliar competencias y responsabilidades, hay que avanzar hacia esa transformación en profesionales clínicos y comprometerse más con la obtención de resultados en salud”.