La Unidad de Supervisión Deontológica (USD) de Farmaindustria indica que el sector contribuyó en 2022 con 313 millones de euros a retribuir a organizaciones y profesionales sanitarios por su participación en actividades de investigación y desarrollo de nuevos tratamientos, lo que supone un récord de inversión en este capítulo, 26 millones superior a la cifra de 2021.
Asimismo, las compañías destinaron 218 millones de euros a apoyar las actividades de formación continuada. De estos 218 millones dedicados a formación, 130 se destinaron a organizaciones sanitarias responsables de reuniones y congresos científico-profesionales y 88 correspondieron a ayudas a profesionales sanitarios para facilitar su participación en este tipo de encuentros. Esta partida se ha vuelto a situar en niveles similares a los ejercicios anteriores a la pandemia, etapa en la que buena parte de las actividades no se pudo realizar o lo hizo de forma telemática.
A los citados ámbitos de investigación y de formación, se suman otros dos conceptos: la prestación de servicios profesionales, por un valor global de 92 millones de euros, y las donaciones, que sólo pueden ir destinadas a organizaciones sanitarias y que ascendieron a 44 millones en 2022.
“La publicación de estos datos es consecuencia de la iniciativa de transparencia de este sector en Europa, incorporada en 2014 al Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica en España, y que se materializó con la primera publicación en junio de 2016”, recuerda el director de la USD, José Zamarriego.
Desde entonces, en estos últimos días de junio, y como límite hasta el día 30, las compañías adheridas al Código publican en sus webs los datos correspondientes al año anterior. España es el único país de Europa que, dentro de un sistema de autorregulación, publica el cien por cien de las colaboraciones con organizaciones y profesionales sanitarios de forma individualizada.
En total, las colaboraciones económicas entre industria farmacéutica y agentes del sector alcanzaron el pasado año los 667 millones de euros. “Esta cifra demuestra la apuesta del sector por la investigación en España, país de referencia internacional en ensayos clínicos, y por la formación de los profesionales sanitarios. Nuestros profesionales no pueden prestar la mejor atención y dar el mejor servicio si no están a la vanguardia del conocimiento científico”, valora Zamarriego.
“La interacción entre la industria farmacéutica y los profesionales sanitarios y organizaciones es indispensable. Garantiza la actualización y mejora de los conocimientos de los profesionales y facilita que el avance de la investigación biomédica no se detenga. El intercambio de conocimiento y experiencia clínica entre profesionales sanitarios e industria es crucial para la investigación y para el uso adecuado del medicamento”, incide el director de la USD. De hecho, casi la mitad de la inversión en I+D de las compañías farmacéuticas en España se destina a contratos de colaboración con centros públicos y privados ajenos a las empresas.
La pandemia provocada por el coronavirus hizo que durante los años 2020 y parte de 2021 disminuyera significativamente la organización de actividades formativas y reuniones científico-profesionales y, en consecuencia, se redujeron las transferencias de valor publicadas por las compañías farmacéuticas en relación con su colaboración con este tipo de actividades.
Desde 2021 se ha producido una recuperación de las actividades formativas motivada fundamentalmente por la vuelta a la presencialidad y por la consolidación e incluso incremento de reuniones organizadas con un formato híbrido y virtual. Esta tendencia se ha mantenido durante el ejercicio 2022 propiciando un incremento, respecto al año anterior, en las colaboraciones directas de las compañías con los profesionales y las organizaciones sanitarias.
La apuesta de la industria farmacéutica por la transparencia está más que consolidada en España después de ocho años de publicación de estas colaboraciones. A pesar de dicha consolidación, el sistema de autorregulación en un modelo en constante evolución.