Los farmacéuticos de primaria es el colectivo con “mejor capacidad y posicionamiento” para detectar cualquier problema de seguridad en relación a los medicamentos y su uso a nivel poblacional. Así lo plantea la la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap), que con motivo de la celebración el próximo 25 de septiembre del Día Mundial del Farmacéutico quiere reivindicar la figura y el papel de este profesional en el primer nivel asistencial.
“Los FAP, a través de nuestro trabajo, somos capaces de identificar qué tendencias se están produciendo con respecto a la prescripción y dispensación de medicamentos que puedan causar o estar causando problemas de seguridad que, de no detectarse, pueden acabar convirtiéndose en situaciones graves”, afirma José Manuel Paredero, presidente de SEFAP.
Paredero destaca que los farmacéuticos de atención primaria españoles fueron quienes hace ya más de una década dieron la voz de alarma sobre lo que estaba ocurriendo con la utilización “masiva y sin control” de los opioides: “Nosotros alertamos, mucho antes de que explotase la famosa crisis de opioides en Estados Unidos, de la mala utilización que se estaba realizando fuera de ficha técnica del fentanilo oral transmucosa que tantos quebraderos de cabeza nos ha dado y nos sigue dando más de una década después”.
En ese sentido, Paredero reitera que los FAP son el colectivo “mejor preparado” para analizar y evaluar la utilización de los medicamentos y para llevar a cabo “una lectura crítica adecuada tanto del posicionamiento de un fármaco como de los posicionamientos establecidos en las guías de práctica clínica, todo desde un punto de vista absolutamente científico”.
Reivindicaciones
Además de destacar este aspecto del trabajo de los farmacéuticos de atención primaria, desde Sefap también se quiere aprovechar la efeméride para poner sobre la mesa varias reivindicaciones pendientes del colectivo.
Al respecto, en primer lugar, José Manuel Paredero destaca la necesidad de que desde el Sistema Nacional de Salud (SNS) se dé “más visibilidad” a la figura del FAP para favorecer un mayor conocimiento entre la población de todo el trabajo que los farmacéuticos de atención primaria “están realizando y pueden realizar por la seguridad de los pacientes”.
En segunda instancia, y muy en la línea de la reivindicación anterior, desde Sefap demandan a las Comunidades Autónomas que potencien los servicios de farmacia de atención primaria a través de las leyes de ordenación farmacéutica para que se articule mejor su actuación y para que cada vez estos profesionales puedan estar más cerca de los pacientes en toda España (algo que ahora mismo solo ocurre en algunas comunidades autónomas). “El FAP debe formar parte de los equipos de atención primaria en su lugar natural de trabajo, que es el centro de salud, prestando su labor en ellos junto al resto de profesionales asistenciales y colaborando con ellos y con el resto de profesionales farmacéuticos comunitarios y hospitalarios”, subraya Paredero.
Por último, el presidente de Sefap, no quiere olvidarse de una “reivindicación histórica” de la Sociedad, la creación de una formación especializada y reglada para los FAP que permita que la curva de aprendizaje que hoy cuesta muchos años alcanzar a estos profesionales “se logre de una manera más rápida, organizada, reglada y homogénea para todo el territorio nacional”. En ese sentido, José Manuel Paredero se ha mostrado convencido de estar “cada vez más cerca” de conseguir este hito que, en su opinión, “es una necesidad de los farmacéuticos de atención primaria, pero también del SNS y, por tanto, de los pacientes”.