La pandemia trajo consigo la necesidad de alejar a los pacientes crónicos del ámbito hospitalario, especialmente si era por un motivo evitable. Esa situación dio lugar al nacimiento de una práctica de acercamiento de la medicación a los pacientes que, en muchos casos se realiza mediante la colaboración entre Servicios de Farmacia de Hospital y las farmacias comunitarias.
Esta actividad, denominada dispensación colaborativa, ha venido para quedarse, tal y como coinciden los diferentes actores implicados, si bien estamos aún ante modelos puestos en marcha en distintas comunidades autónomas por separado, por lo que sería necesario un ejercicio de homogeneización, así como expansión al resto de las regiones para que beneficie a los pacientes independientemente de su domicilio.
Los principales resultados de la iniciativa han sido presentados por Jesús María Fernández, director de la consultora Hiris, durante una mesa celebrada en el 23º Congreso Nacional Farmacéutico, que se celebrado en Valencia entre el 7 y 9 de febrero.De acuerdo con lo recogido en el informe ‘Evaluación de Experiencias de Dispensación Colaborativa de Medicamentos de Diagnóstico Hospitalario y Dispensación Hospitalaria (DHDH) y Recomendaciones de Buenas Prácticas’, si las iniciativas para acercar la medicación hospitalaria a los pacientes a través de la oficina de farmacia que se están realizando ya en cinco comunidades autónomas se extendiesen a todo el país, se evitarían hasta 11,6 millones de visitas a los hospitales anualmente. Esta es una de las principales conclusiones que se desprenden del que
En la actualidad, las iniciativas de dispensación colaborativa están presentes en cinco comunidades autónomas: Andalucía, Cantabria, Cataluña, Navarra y Comunidad Valenciana. La experiencia en estas autonomías concluye que a los pacientes beneficiarios de este sistema se les ha evitado por año 40.850 visitas hospitalarias, 43.710 horas perdidas y 408.000 euros gastados en desplazamientos. Cifras que se podrían multiplicar de extenderse la dispensación colaborativa al resto de España.
En concreto, podría llegar a beneficiar a 1,2 millones de pacientes, a quienes les evitaría 11,6 millones de visitas hospitalarias. Gracias a esta reducción en los desplazamientos, se reducirían en 12,4 millones las horas de trabajo perdidas por los desplazamientos y esperas y se evitaría una pérdida de productividad estimada en 652 millones de euros, según el estudio.
Para Jordi de Dalmases, vicepresidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos que ha actuado como moderador de la mesa, en la dispensación colaborativa “los farmacéuticos hospitalarios y comunitarios podemos demostrar las ventajas de la continuidad asistencial; garantizando siempre que allí donde está el medicamento hay un farmacéutico”. Además, ha recordado que, en definitiva, se trata de “acercar y mejorar la calidad de la atención farmacéutica a estos pacientes, mediante la colaboración entre los servicios de farmacia hospitalaria y las farmacias comunitarias”.
La presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria, Rita de la Plaza, ha querido subrayar que “el trabajo de los farmacéuticos hospitalarios y comunitarios tiene un objetivo común: mejorar la vida de las personas”, algo que se estaría consiguiendo y, por ello “ya no es posible dar marcha atrás”, aseguró. Además, de la Plaza explicó que, gracias a la dispensación colaborativa, farmacia comunitaria, hospitalaria y distribución farmacéutica, han “aprendido mucho los unos de los otros trabajando juntos, y esta sinergia es la clave del éxito de este proyecto. Además, hemos conseguido lo más importante, que la custodia del medicamento no se pierda, ya que siempre está en manos de los farmacéuticos.”
Raúl Ferrando, gerente del Departamento de Salud de Castellón y farmacéutico hospitalario, ha reconocido que “las experiencias de dispensación colaborativa son de éxito, un modelo que ha llegado para quedarse”, a pesar de que supone una mayor exigencia de recursos para los servicios de farmacia. Este experto también señaló que hay que conseguir cambiar el paradigma de la profesión “para coordinarnos y colaborar los farmacéuticos y también promover la comunicación entre todos los interlocutores”.
El director general de Cartera Común de Servicios del SNS y de Farmacia del Ministerio de Sanidad, César Hernández, ha defendido que esta dispensación encaja en el proceso de transformación que vive el sistema sanitario, con retos como el demográfico o el tecnológico, para ponernos siempre al servicio del paciente desde la proximidad. Además, Hernández ha asegurado que está en proceso de revisión los medicamentos que actualmente se dispensan en los hospitales que podrían derivarse a las farmacias comunitarias. Por otro lado, indicó que en la Comisión Permanente de Farmacia (CPF) se está realizando un ejercicio de benchmarking para analizar los diferentes sistemas de dispensación colaborativa para, en su caso, tener un diseño óptimo del sistema a impulsar de forma homogénea para toda España.
La directora general de Farmacia de la Comunidad Valenciana, Elena Gras, ha recordado que la dispensación colaborativa funciona ya en su autonomía desde hace un año, mediante una importante y potente estructura comunicativa, gracias a un acuerdo firmado con los Colegios con la idea de incorporarlo al Concierto. A este respecto, ha señalado que el pago “dará responsabilidad” a la farmacia comunitaria y la distribución. Sobre posibles mejoras ha afirmado que deben pasar por “mejorar los sistemas de comunicación para establecer la misma estructura que funciona en la oficina de farmacia” y se mostró convencida de las ventajas de profundizar en la colaboración entre distintos niveles farmacéuticos.
Por último, el punto de vista de la distribución farmacéutica lo ha ofrecido, Xavier Casas, presidente de Fedefarma, que ha destacado el papel de las empresas distribución y ha resumido en dos palabras esta dispensación: eficiencia y custodia. “Eficiencia demostrada y además es esencial mantener la custodia del medicamento siempre en manos del farmacéutico, desde que sale del hospital hasta las manos del paciente hay un farmacéutico responsable”. Casas ha señalado que el coste promedio, asumido por la distribución, en las entregas de medicamentos de este modelo de dispensación colaborativa ha sido de 8,02 euros por envase. Dado que el mayor coste viene por acudir al hospital, este experto planteó la posibilidad de acudir a almacenes virtuales que reduzcan ese impacto.
Nicolas Gonzalez Casares: