La semana que comienza es la decisiva para la tramitación del paquete legislativo farmacéutico europeo. Serán unos días clave para la negociación entre grupos y diputados individuales para conformar las mayorías que puedan dar lugar a compromisos que aglutinen las sensibilidades de una mayoría de diputados y, por tanto, definan cómo quedan finalmente aspectos tan relevantes como la protección de datos regulatoria o la vinculación de incentivos a la comercialización efectiva de los medicamentos en todos los países.
El próximo 11 de marzo tendrá lugar la votación en la Comisión de referencia para este asunto, la de Medio Ambiente (ENVI) y hasta entonces todos los grupos y parlamentarios implicados estarán inmersos en negociaciones para tratar de acercar más votos a sus posturas. El precedente del pasado jueves 22 de febrero en la Comisión de Industria (ITRE) fue una división de los votos entre el grupo popular europeo (EPP), Renew Europe, donde está integrado Ciudadanos y el grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), donde se sitúa Vox, así como Identidad y Democracia (ID) por un lado, y, por otro los Socialistas & Demócratas (S&D), donde se integra el PSOE, los Verdes y La Izquierda. El primero de los bloques logró una mayoría relevante para incrementar el periodo de protección hasta los nueve años, desde los ocho actuales y frente a la propuesta de la Comisión Europea de seis o la del eurodiputado español Nicolás González Casares, de cuatro.
La principal clave de lo que pasará en ENVI el 11 de marzo será lo que hagan los diputados de ECR. No en vano, Gonzalez Casares espera contar con su apoyo para alcanzar un acuerdo de compromiso con votos suficientes para validar su propuesta. En el lado contrario se sitúa la eurodiputada de Vox Margarita de la Pisa, que se está implicando personalmente para que el voto de su grupo, ERC, mantenga el compromiso de la defensa de la propiedad intelectual como parte de la propiedad privada. “Espero conseguir el apoyo de ECR al completo”, ha asegurado en una conversación con Diariofarma. Todo depende de si ECR está en el compromiso con EPP y Renew o lo está con S&D, Verdes e Izquierda. Si el compromiso que salga no logra los votos necesarios, se pasaría a la votación de las enmiendas individuales y ahí está la presentada por Pernille Weiss. En cualquier caso, coincide con la diputada de Renew Susana Solís en que será difícil bajar del statu quo de ocho años de protección.
De la Pisa es consciente de las dificultades a las que se enfrenta. Por un lado, ENVI es una comisión muy enfocada a medio ambiente y sus componentes pueden “no entender la importancia de la protección de datos en un mercado tan especial como el de los medicamentos, donde gran parte de la protección se pierde en cuestiones burocráticas” y, por otro, puede haber cuestiones de índole nacional que marquen el sentido del voto. A este respecto, explica que puede haber eurodiputados, principalmente de países del este y pequeños, que consideren que vincular los incentivos a la comercialización efectiva en todos los Estados miembro puede beneficiarles en términos de posición negociadora con la industria farmacéutica.
Con respecto a la primera de las cuestiones, De la Pisa asegura que incluso en caso de que S&D lograra sacar adelante su propuesta, solo se evitaría el paso por pleno de las cuestiones polémicas si la mayoría en ENVI es “muy grande”. Aún así incluso se podría pedir un plenary check para solicitar el voto en pleno de las cuestiones más relevante. En caso de que pase por pleno la cuestión de la protección de datos regulatoria, la diputada de Vox cree que aumentan las probabilidades de que se mantenga o incremente este periodo. A este respecto, esta diputada también manifiesta su malestar por que la tramitación del paquete legislativo no se hubiera realizado en igualdad de condiciones en ENVI e ITRE. “Nos sentó muy mal que dieran a la Comisión de Industria, solo una opinión. Teníamos que haber luchado todos, pero hubo grupos que no quisieron”, asegura.
Con respecto a la incidencia que la visión de país pueda tener en el voto de los eurodiputados, De la Pisa explica que, en el caso de ECR, puede haber variado por el hecho de que el partido principal de este grupo ya no gobierna en Polonia y eso puede hacer regresar a los parlamentarios a su posición ideológica de menor injerencia política en las cuestiones empresariales.
En cualquier caso, parece claro que en las votaciones tanto de ENVI como del Pleno puede haber una distribución de voto que en algunos casos obedezca a los intereses de país más que a los de grupo. Y a todo ello hay que añadirle un factor inesperado adicional. Toda esta negociación está teniendo lugar en los últimos coletazos de la legislatura. Hay muchos diputados que ya saben que no van a repetir y dejan de mostrar interés por asistir a plenos. Un ejemplo fue el del pasado jueves, cuando faltaron más de 200 parlamentarios. Esta circunstancia puede alterar, de forma imprevisible, el sentido de las votaciones. Por ello De la Pisa considera que una legislación tan importante como esta “no se debería haber tratado en un momento como el actual”.
En cualquier caso, De la Pisa insiste en que quienes más tienen que decir sobre accesibilidad son los países. Y para eso, también pone el ejemplo de España, donde se tarda casi dos años en que un medicamento autorizado por la Comisión Europea pueda estar comercializado de forma efectiva y al alcance de los pacientes.