Política

Illa gana, pero debe lograr acuerdos con ERC y Comuns para desarrollar su plan sanitario

El batacazo de ERC impide que el independentismo forme una mayoría de Gobierno y el PP multiplica por cinco su número de parlamentarios
Salvador Illa, líder del PSC, partido más votado en las elecciones catalanas.

El PSC del exministro de Sanidad, Salvador Illa, se ha proclamado vencedor de las elecciones catalanas logrando un total de 42 escaños, nueve más de los obtenidos en los anteriores comicios, pero muy lejanos de los 68 necesarios para la mayoría absoluta. El nuevo escenario político catalán aboca a la búsqueda de pactos y a priori, el acuerdo con más visos de llegar a buen puerto pasa por negociar con los grandes derrotados de la jornada, ERC que pierde 13 escaños con respecto a 2022 y se queda en 20, y con los Comunes que a pesar de perder 2, suman los seis necesarios para alcanzar por la mínima el control de la Generalitat.

Las elecciones catalanas han supuesto un vuelco general con respecto a lo ocurrido hace dos años. Por un lado, los partidos de izquierda pierden representación, aunque mantienen la posibilidad de formar Gobierno; pero por otro y de forma mucho más palmaria el nacionalismo ha perdido su presencia mayoritaria en la política catalana, algo que no se había puesto en cuestión durante casi toda la historia de la democracia española. Todos los partidos nacionalistas unidos suman 61 escaños, frente a los 80 de 2020. Sólo Junts+Puigdemont se ha mantenido en la línea, sumando 38 escaños (tres más que en 2022), muy lejos sin duda los resultados de CiU en otras elecciones. También la ultraderecha nacionalista ha conseguido representación, con dos escaños. Este desplazamiento del nacionalismo también se debe en parte, al resultado del PP, que ha conseguido multiplicar por cinco sus resultados de los pasados comicios alcanzando los 15 diputados, mientras que Vox se ha mantenido en los 11 que obtuvo en 2022.

El ganador de las elecciones, Salvador Illa ,comparecía ante los medios tras el consumarse el recuento de votos (a falta lógicamente del voto CERA), para anunciar su intención de presentar su candidatura a la presidencia del Ejecutivo catalán. Lo hacía además mostrando su interés de “hablar con todos”, para hacer una Cataluña, “en la que nadie se sienta excluido, hable la lengua que hable”. También ha hecho declaraciones Pere Aragonès, que ha centrado su intervención tras el cierre de la noche electoral en el "mal resultado" y no ha avanzado nada en relación a posibles acuerdos. Por el contrario, si lo ha hecho Jessica Albiach, candidata de Comuns, marca hermana de Sumar en Cataluña. Albiach ya ha anunciado que entregará a Illa los seis escaños obtenidos por su formación, con el objetivo de entrar en el Gobierno.

En el plano sanitario las opciones parecen bastante coincidentes. Exceptuando la decidida apuesta de ERC, por garantizar que “una sanidad de calidad, es una sanidad en catalán”, en el resto de postulados, comunes, socialistas y la izquierda independentista republicana, han mantenido durante la campaña un tono similar.

Los puntos de unión comienzan con la postura sobre el pacto de financiación que PSOE y ERC firmaron para garantizar la investidura de Sánchez (en los primeros 100 días de gobierno). Este acuerdo ha sido refrendado por Illa, como un acuerdo “justo y equilibrado”.

Igualmente las tres formaciones mantienen su interés por fijar un porcentaje del PIB catalán destinado a sanidad en el 7%, si bien Comuns aspira a llevarlo al 8%; también comparten su interés por destinar al menos el 25% del gasto sanitario a la atención primaria; el incremento de plantillas, la apuesta por la innovación y la lucha contra las listas de espera, a través de planes de choque, similares en su contenido entre las tres formaciones.

Igualmente, PSOE, Comuns y ERC han dado su apoyo a la creación de la Agencia de Salud Pública de Cataluña y la incorporación de los determinantes sociales en la mejora del estado de salud de la población y la creación de nuevas políticas en salud mental.

En el plano farmacéutico ninguna de las formaciones ha tomado mucho tiempo en esta pasada campaña en clarificar su contenido. Probablemente, Comuns ha sido la formación más explícita en estas cuestiones, demandando la creación de la empresa farmacéutica pública en Cataluña, así como la puesta en marcha de actividades de formación sanitaria y control de medicamentos al margen de la industria farmacéutica.

En cuanto a la farmacia comunitaria, Salvador Illa, en un encuentro con el presidente de FEFAC, Antoni Torres, calificó a las boticas como “joya del SNS” y apostó por mantener líneas de colaboración para “sacar más provecho de la capilaridad del sistema”.

En esa misma línea también se manifestó el líder de ERC, quien en un encuentro similar con la patronal catalana señaló que la creación de un impuesto para las grandes plataformas europeas onlíne, así como la colaboración con estos establecimientos “de proximidad” en la extensión de programas de salud, son algunas de las actuaciones que persigue su formación política.

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