Avanzar en sus competencias profesionales y en el desarrollo profesional continuado, acceder a la información clínica necesaria, integración en las actividades del sistema sanitario, colaboración interdisciplinar y la adopción de nuevas tecnologías para mejorar la atención al paciente son algunas de las claves para el desarrollo de la farmacia comunitaria en la atención primaria. Así lo reflejan las conclusiones del XI Congreso de Sefac, celebrado la pasada semana en Las Palmas de Gran Canaria y donde una idea ha quedado grabada en el ambiente: “la farmacia comunitaria es parte de la solución del problema de la atención primaria en nuestro país”.
El XI Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios y IV Reunión Internacional de Farmacéuticos Comunitarios, que la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac) ha contado con la presencia de más de 600 asistentes y ha servido además para fijar en trece puntos, las principales acciones que desde esta sociedad científica se ven necesarias para abordar el futuro de la profesión.
En primer lugar, en el congreso se ha planteado la cuestión relativa a la especialidad, desarrollo profesional y recertificación. En ese sentido, desde Sefac se asegura que “urge ponerse a trabajar en el desarrollo de una especialidad en farmacia comunitaria para adquirir las competencias profesionales no adquiridas en el Grado en Farmacia”.
Para ello, desde la sociedad demandan “dialogo y colaboración”. Sefac plantea un modelo de Desarrollo Profesional Continuo del Farmacéutico Comunitario y de recertificación (DPC-FC), en línea con las recomendaciones de la administración sanitaria y con las sociedades científicas médicas.
Por otro lado se apuesta por el uso de herramientas digitales; la inteligencia artificial es una herramienta “que puede mejorar significativamente la atención al paciente en la farmacia comunitaria, al permitir un seguimiento más preciso y eficiente, además de optimizar la gestión de datos clínicos”.
Junto con ello también se aboga por avanzar en las competencias del farmacéutico más allá de la indicación, “incluyendo la prescripción complementaria e independiente”. Ello se debe hacer en un contexto de “colaboración médico-farmacéutica”. Esta cuestión es considerada “crucial” para la prevención y control del riesgo cardiovascular y otras enfermedades crónicas.
También se plantea el desarrollo de programas de educación y prevención, como ÍNTIMA+, que “son necesarios para ejercer labores de asesoramiento, cribado y educación en prevención de ITS”-
En una línea muy similar, Sefac también plantea la participación del farmacéutico en el manejo de enfermedades crónicas y en el abordaje del tabaquismo, donde estos profesionales “desempeñan un papel crucial”.
Igualmente, reclaman también su papel en la prevención y manejo de la obesidad, dentro de un abordaje multidisciplinar y con la responsabilidad de educar y guiar a los pacientes en la adopción de hábitos saludables. Sefac demanda también un mayor papel en la atención al paciente frágil.
Por otro lado, se considera también clave la formación en nuevas tecnologías es esencial para los farmacéuticos comunitarios. “Los farmacéuticos deben estar capacitados para usar plataformas de teleatención farmacéutica, que permiten la teleconsulta y un seguimiento más accesible y frecuente de los pacientes”.
También se aboga por implicar al farmacéutico en el uso de probióticos y en la atención Interdisciplinar para pacientes con diabetes. En esta última cuestión, “es imprescindible integrar al farmacéutico comunitario en equipos interdisciplinares que atienden a personas con diabetes, permitiendo su acceso a la información clínica necesaria, así como una comunicación directa con médicos y enfermeros”, señalan.
Sefac también reclama, por último, el enfoque colaborativo "One Health", que involucra a la sociedad, gobiernos y actores sanitarios para abordar los riesgos para la salud mundial.