La Comisión Europea ha anunciado medidas que limitarán la participación de empresas chinas en los procedimientos de contratación pública en la Unión Europea relacionados con productos sanitarios, tras constatar la existencia de restricciones sistemáticas al acceso de empresas europeas al mercado público de China. La decisión, publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE), se basa en el Reglamento sobre el Instrumento de Contratación Pública Internacional (IPI, por sus siglas en inglés) y busca restringir el acceso de los operadores económicos y los productos sanitarios originarios de la República Popular China al mercado de contratación pública de productos sanitarios de la UE conforme al Reglamento (UE) 2022/1031 del Parlamento Europeo y del Consejo.
Este instrumento, aprobado en 2022 con el fin de garantizar condiciones equitativas de competencia a escala internacional, permite a la UE responder con reciprocidad a países terceros que cierran sus mercados públicos a empresas europeas o aplican medidas discriminatorias. Es la primera vez que la Comisión Europea aplicó formalmente este reglamento frente a China en el sector sanitario.
Una investigación exhaustiva de más de un año
La decisión de Bruselas llega tras una investigación iniciada en 2024, que incluyó una amplia recogida de datos y consultas directas con las autoridades chinas. Este procedimiento permitió identificar claramente que las medidas y prácticas aplicadas por la República Popular China constituyen un impedimento sistemático, grave y recurrente para que los operadores económicos europeos puedan acceder de forma justa y equitativa al mercado chino de contratación pública en materia sanitaria.
Entre las prácticas detectadas por la Comisión se incluye la aplicación selectiva y opaca de criterios de evaluación, la imposición de requisitos técnicos innecesarios o excesivamente restrictivos y la falta de transparencia en los procesos de adjudicación de contratos. Estas barreras afectan a todas las categorías de productos sanitarios, desde equipos médicos avanzados hasta dispositivos más básicos, lo que tiene consecuencias directas sobre fabricantes europeos de todos los tamaños.
Impacto y consecuencias prácticas
Las restricciones adoptadas por Bruselas suponen, en términos prácticos, que a partir de ahora la participación de empresas chinas en los procedimientos de contratación pública europeos relacionados con productos sanitarios se verá limitada de manera sustancial. La Comisión señaló que estas medidas tendrán un carácter temporal, pero podrían mantenerse mientras persistan las condiciones discriminatorias en China.
En concreto, las limitaciones podrían incluir la exclusión parcial o total de empresas chinas de determinadas licitaciones, así como la aplicación de criterios más estrictos para su participación. La UE busca así restablecer una situación de reciprocidad efectiva, incentivando además al gobierno chino a reconsiderar y corregir sus políticas actuales.
Contexto de la decisión y autonomía estratégica europea
La medida adoptada por Bruselas se enmarca en el contexto más amplio de la llamada “autonomía estratégica abierta” promovida por la Comisión Europea, que busca proteger los intereses estratégicos de la UE frente a prácticas comerciales consideradas injustas o discriminatorias por parte de terceros países. Este concepto fue reforzado en los últimos años en sectores considerados críticos, como el sanitario, especialmente tras la pandemia de covid-19, que reveló la vulnerabilidad de Europa frente a dependencias excesivas del exterior.
La UE quiere así enviar una señal clara a China y otros actores internacionales, subrayando que el mercado público europeo, uno de los más importantes del mundo, no estará plenamente abierto a aquellos países que no garanticen condiciones similares de apertura y transparencia para las empresas europeas.
Posibles reacciones y escenarios futuros
Aunque China aún no ha emitido una reacción oficial tras la publicación de esta decisión, cabe esperar una respuesta firme por parte del gobierno chino. Pekín podría optar por buscar una negociación bilateral que permita suavizar la situación y reducir el impacto económico de las restricciones europeas. Sin embargo, también existe el riesgo de que China opte por responder con medidas equivalentes o incluso mayores, agravando la tensión comercial entre ambas potencias económicas.
Desde las asociaciones empresariales europeas se espera una acogida positiva a la medida adoptada por Bruselas, dado que llevaban años denunciando las barreras y dificultades impuestas por China para acceder a su mercado público sanitario, un mercado de enorme tamaño y crecimiento, pero con grandes dificultades para su acceso justo y competitivo desde Europa.
Sin embargo, también puede haber preocupación entre empresas europeas con inversiones en China, ante el riesgo de que la escalada de tensiones comerciales genere un contexto menos favorable para sus intereses en el gigante asiático.
Próximos pasos y revisión periódica
La Comisión Europea anunció que realizará un seguimiento constante de la evolución del mercado chino tras la adopción de estas medidas. Según establece el propio Reglamento IPI, se evaluará periódicamente si las restricciones aplicadas continúan siendo necesarias o si China adoptó medidas correctoras efectivas.
Este caso, además, podría sentar un precedente significativo para futuras acciones similares por parte de la UE en otros sectores y mercados internacionales, consolidando el papel activo que quiere desempeñar la Unión en la defensa de condiciones comerciales equitativas para sus empresas en todo el mundo.