La Mesa de la Profesión Farmacéutica, constituida por las organizaciones representativas de las diferentes facetas profesionales del farmacéutico, el documento marco sobre competencias comunes del farmacéutico asistencial. Esta iniciativa, pionera en España, establece un marco común de competencias transversales que identifican el perfil profesional del farmacéutico en los diferentes entornos asistenciales.
La Mesa de la Profesión Farmacéutica está integrada por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, la Conferencia Nacional de Decanos de Farmacia, la Federación Española de Estudiantes de Farmacia, la Real Academia Nacional de Farmacia, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria, la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria, la Sociedad Española de Farmacia Rural, la Fundación Pharmaceutical Care, la Asociación Española de Farmacéuticos de la Industria, la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles, la Federación de Distribuidores Farmacéuticos y la Federación de Farmacéuticos no Titulares.
Este documento responde a la necesidad de fortalecer la cohesión profesional y asegurar un desarrollo homogéneo y de calidad en beneficio de la ciudadanía. Con este objetivo, se definen hasta cinco grandes dominios competenciales: el ciudadano, la atención sanitaria integral, el profesional, la gestión y los resultados; cada uno compuesto por competencias clave y sus correspondientes buenas prácticas o comportamientos.
La Mesa de la Profesión asegura que este documento “permitirá contar con un espacio común de desarrollo profesional e incluso a futuro diseñar un itinerario formativo que pueda ser compartido para alcanzar dichas competencias y su actualización”.
En definitiva, esta publicación proporciona una base sólida para responder a las demandas asistenciales, cada vez mayores, que la sociedad exige a los farmacéuticos.
Las 19 competencias compartidas en los ámbitos asistenciales se han agrupado en los cinco dominios señalados.
En el primero de ellos, el ciudadano, se recogen las competencias orientadas al ciudadano en relación con su satisfacción, participación y derechos. En segundo lugar, la atención sanitaria integral, reúne las competencias profesionales relacionadas con la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y la atención farmacéutica, tanto comunitaria como la atención al individuo y a la familia.
En el tercer dominio, el/la profesional, se encuentran las competencias necesarias para el trabajo en equipo y relaciones interprofesionales así como en relación con la actitud de progreso y desarrollo profesional y otras competencias transversales como el compromiso con la docencia y la investigación.
El cuarto dominio aborda la gestión, lista las competencias que permiten que el profesional realice un uso eficiente de los recursos y, por último, el dominio sobre los resultados recopila las competencias que están orientadas en la consecución de resultados en salud.
En definitiva, para los autores del documento, este marco competencial compartido es un hito estratégico que permitirá avanzar hacia una atención sanitaria más integrada, colaborativa y centrada en la persona, potenciando el papel del farmacéutico como agente esencial del sistema sanitario.