La ministra de Sanidad, Mónica García, ha celebrado a través de un mensaje en la red social X el reconocimiento del Covid persistente como enfermedad crónica. Esta patología queda incluida en el Plan Operativo 2025-2028 de la Estrategia del Abordaje de la Cronicidad, que fue aprobado en la última reunión del pleno del Consejo Interterritorial del SNS y donde también se incorporan la celiaquía y las secuelas de la polio.
García ha celebrado “el consenso” alcanzado con la comunidades autónomas para sacar adelante el plan e indica que ahora los territorios deberán “activar las rutas asistenciales y el seguimiento multidisciplinar para garantizar los cuidados y derechos” de los pacientes.
El plan recoge distintas líneas de actuación para cada una de las cuatro nuevas patologías incorporadas. En concreto para el caso del Covid persistente, el objetivo es establecer circuitos asistenciales específicos y protocolos de seguimiento multidisciplinar para garantizar una respuesta adaptada, integral y basada en la evidencia.
Por su parte, en el caso de la enfermedad celíaca, insta a mejorar el diagnóstico precoz y la formación de los profesionales y del paciente, promoviendo su empoderamiento para garantizar un adecuado control de la enfermedad y una adherencia efectiva a la dieta sin gluten. Del mismo modo, para las secuelas de la polio, insiste en fortalecer la detección y ofrecer un cuidado integral que brinde una atención coordinada y personalizada.
Por último, respecto al dolor crónico no oncológico, llama a fomentar un enfoque multidisciplinar basado en la evidencia para mejorar el control del dolor, reducir el uso excesivo de analgésicos, especialmente los opioides, y promover alternativas terapéuticas, tanto farmacológicas como no farmacológicas, seguras y eficaces.
La decisión del CISNS ha sido también valorada positivamente desde las asociaciones de pacientes que consideran que esta incorporación tiene “una importancia significativa para los más de 2,4 millones de personas que padecen la enfermedad”.
Igualmente consideran que este es “un primer paso” para integrarse en el flujo asistencial del paciente crónico y permite avanzar en equidad, ya que así todos los pacientes podrán recibir la misma asistencia, corrigiendo la falta de homogeneidad que existe actualmente entre comunidades autónomas.
La incorporación del Covid persistente como enfermedad crónica nació de una iniciativa parlamentaria impulsada por ocho asociaciones y que finalmente culminó en una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados, donde fue aprobada a finales del pasado año.