Política

Las ventajas de la disparidad autonómica

Las comunidades autónomas están acostumbradas a compartir experiencias en iniciativas de evaluación orientadas a mejorar el acceso a las terapias innovadoras, si bien suelen hacerlo por canales informales. Antoni Gilabert, gerente de Farmacia y del Medicamento del CatSalut, celebra esas diferencias por enriquecedoras, y sugiere que una mayor coordinación y la inclusión de industria, profesionales y pacientes sería una fórmula ideal para implantar la evaluación objetiva de forma homogénea en todo el país.

Gilabert asegura que a pesar de que el reparto de competencias sanitarias se menciona con frecuencia como un problema, el hecho de que haya diferentes iniciativas para evaluar la innovación en el sistema sanitario es muy enriquecedor, aunque haga que la gestión sea más compleja que en otros escenarios.

En Cataluña, la experiencia en acuerdos de riesgo compartido ha ido acompañada de diversos abordajes evaluativos. Además de los registros post-comercialización de dichos acuerdos, la región ha puesto en marcha el programa PHFAPC para la medición de la eficiencia de los fármacos empleados en diez de las enfermedades crónicas más prevalentes, de manera que sean las mejores terapias (en términos de riesgo/beneficio y coste/beneficio) las que se fomenten en la comunidad.

Gilabert considera que la cultura de la evaluación de tecnologías sanitarias (HTA, por sus siglas en inglés) debería extenderse por todas las Comunidades Autónomas de modo que la asignación de recursos tenga una base científica.

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