Política

¿Cómo se prepara Cataluña para abordar la incorporación de la innovación?

Diariofarma ha celebrado en Barcelona un Encuentro de Expertos para analizar cómo se afronta la introducción de la innovación desde Cataluña.
Participantes en el Encuentro de Expertos “Nuevos modelos de financiación de la innovación terapéutica. El caso de Cataluña”.

Cataluña se ha caracterizado por liderar la puesta en marcha de proyectos innovadores en materia de financiación y compra de medicamentos y otras tecnologías sanitarias, tales como los acuerdos de riesgo compartido, la financiación por cápita, o los esquemas de financiación innovadores, entre otros.

No cabe duda de que, con la llegada de la innovación terapéutica, se plantean nuevos retos asistenciales, económicos y políticos, y esa también es la razón por la que es preciso abordar la innovación en el ámbito de la gestión sanitaria, así como en las relaciones entre industria y sistemas sanitarios, con el objetivo de innovar también en materia de financiación y compra.

En los próximos años, y con la llegada de la terapia celular, el desarrollo de más medicamentos huérfanos y de otros ámbitos terapéuticos para los que se esperan innovaciones, estrechamente relacionados con la tecnología, se requerirá un abordaje diferente de la prestación farmacéutica. Cataluña ha dado un paso al frente en este sentido, liderando la innovación en financiación, y Diariofarma ha querido convocar a un grupo de representantes del CatSalut, el ICO, del ámbito de la economía de la salud, la industria farmacéutica y los pacientes, para analizar todos estos aspectos.

Joaquín Delgadillo, gerente de Prestaciones Farmacéuticas y Acceso al Medicamento del CatSalut

A modo de introducción al tema, y con la moderación de José María López Alemany, director de Diariofarma, Joaquín Delgadillo, gerente de Prestaciones Farmacéuticas y Acceso al Medicamento del CatSalut, afirmó que la innovación incremental disruptiva no es una novedad, de tal forma que los informes que se lanzan en este sentido son cada vez más frecuentes y quedan obsoletos al poco tiempo por la aparición de otros más avanzados, asegurando que “bienvenida sea la innovación que mejora el pronóstico de los pacientes, pero que la clave está en cómo pagar esa innovación y cómo mantener la sostenibilidad del sistema sanitario”, insistiendo que el precio que se pague por esos nuevos medicamentos debe ajustarse a su valor real. El reto para el depresentante del Catsalut es cómo hacer sostenibile un sistema público, universal y gratuito para el paciente en el momento de su utilización.

En esa misma línea se expresó Cristina Montané, de la Asociación de Familiares de Afectados de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica, además de miembro de la Comisión Farmacoterapéutica del Siscat, quien apuntó que posiblemente sea preciso poner límites a las nuevas adquisiciones, poniendo especial énfasis en la prevención y la correcta planificación. "Nos preocupa que el sistema acabe reventando", aseguró.

En opinión de Marta Trapero, profesora de la Universitat Internacional de Catalunya, el momento actual supone la vivencia de un nuevo paradigma y un cambio de mentalidad, dado que la innovación aportará grandes cambios positivos al abordaje de la salud. Pero considera que no siempre se han hecho bien las cosas en este sentido, al no contar con criterios transparentes y explícitos para priorizar, careciendo de una correcta sistematización para evaluar las innovaciones en salud. Por todo ello, recomienda “evaluar la eficacia comparativa” de esas innovaciones, no comparando los nuevos productos con placebo, sino que con aquello ya disponible y que ha demostrado cierta eficacia.

Asimismo, esta economista subraya que no hay tanta experiencia en la evaluación de medicamentos, y que, ante la avalancha de novedades, será preciso prepararse correctamente. “Hasta ahora ha sido muy fácil, pero el nivel de innovación que llega nos obligará a mejorar nuestra experiencia y capacidad de evaluación”.

Candela Calle, directora del Instituto Catalán de Oncología

También desde la óptica económica, Marta Pastor, de la gerencia de Farmacia y del Medicamento del CatSalut, afirmó que una de las principales preocupaciones en esta área es la gestión del crecimiento, que asciende entre el 10 y el 15% anual, mientras que los presupuestos sólo lo hacen en el rango del 4-5%. “Esa situación de déficit nos ha obligado a ser creativos y aplicar” estrategias como las nuevas tarifas, acuerdos de riesgo compartido o pago por resultados, “pero estas fórmulas no serán suficiente, por lo que estamos obligados a ser creativos y lanzar opciones de financiación con enfoques novedosos”, afirmó.

La visión de la industria farmacéutica la aportó Raquel García, directora de Government Affairs de Esteve, compañía que ha colaborado en la celebración del encuentro, quien denunció la falta de criterios unificados a la hora de definir el concepto de innovación y de financiación de la misma. García señaló que “estamos tremendamente preocupados por lanzar y financiar nuevos productos realmente innovadores y de gran impacto, pero el Sistema ha olvidado poner el foco en los modelos de financiación de las patologías que realmente consumen más recursos, como las enfermedades crónicas. En nuestro caso intentamos en su día aplicar una fórmula de pago por resultados en enfermedades crónicas como diabetes, pero el propio Sistema no nos permitió continuar”, puntualizó, para afirmar que es preciso, en primer lugar, definir correctamente el concepto innovación y, en segundo lugar, capacitar esa innovación con modelos de financiación para patologías mayoritarias.

Para cerrar esta primera ronda de opiniones, Candela Calle, directora del Instituto Catalán de Oncología (ICO), lanzó dos mensajes que consideró cargados de sentido, “en primer lugar”, afirmó, “dejemos de preocuparnos, para empezar a ocuparnos, considerando la innovación no como un gasto sino como una inversión en salud, y en segundo lugar, tener en cuenta la visión del clínico a la hora de discutir la entrada de innovación, cómo orientamos las organizaciones hacia la correcta evaluación de resultados y hasta qué punto somos capaces de crear modelos disruptivos que alineen innovación y financiación”.

Cristina Montané, de la Asociación de Familiares de Afectados de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica

¿Barreras culturales o tecnológicas?

Respecto a las posibles barreras que impiden una correcta alineación de la financiación y la innovación, Delgadillo aseguró que son varias, pero una de las fundamentales es el diálogo entre todos los agentes implicados, desde los clínicos a los pacientes, pasando por la Administración, la industria o los gestores. “La educación y concienciación en este sentido debe ser una prioridad en la población general, para que conozca el coste real del medicamento que se prescribe”, apuntó, destacando igualmente el desarrollo y aprovechamiento de la tecnología de la información, “que en Cataluña goza de una situación óptima, contando con buenos programas de registro de resultados en salud”.

Pastor abundó sobre este último tema subrayando que, en Cataluña, todavía se observa una cierta resistencia al registro de pacientes, quizá porque el clínico lo vincula a facturación, y no como una herramienta de resultados en salud.

Delgadillo apuntó que, a pesar de ello, y desde el año 2018, el CatSalut ha sido capaz de empezar a publicar información a partir de esos Big Data recopilados, y con resultados óptimos.

Calle coincidió en que es preciso un cambio cultural de todos los agentes, y matizó que las instituciones tienen la obligación de alinear a los profesionales ofreciéndoles herramientas de gestión que así lo permitan.

Marta Trapero, profesora de la Universitat Internacional de Catalunya

En este capítulo de barreras para el correcto desarrollo de la innovación, Marta Trapero añadió al debate un punto especialmente interesante: la necesidad de que la universidad ofrezca asignaturas sobre gestión y sostenibilidad a los futuros profesionales de la salud. “Sólo existe una Universidad que ofrezca este tipo de materia, y es evidente que necesitamos feedback de resultados, debemos ser capaces de analizar los resultados y ofrecerlos a nuestros pacientes con toda garantía, y en calidad de gestores sanitarios”, afirmó, aspecto que suscribió Cristina Montané, calificándolo de esencial.

Trapero subrayó que en Cataluña son “capaces de recoger un gran número de datos (Big Data), pero nos falta asentar correctamente los objetivos de esa información y evaluar correctamente las respuestas, para ofrecer soluciones a los problemas que tenemos como región”.

Por su parte, García apuntó, por su parte, la existencia de una cierta desconexión a la hora de plantear esos objetivos, apuntando que a la industria no se le hace copartícipe de los mismos, lo que hace difícil que los estudios lanzados en este sector respondan a las necesidades reales.

A modo de respuesta, Delgadillo insistió en introducir el concepto de eficacia comparativa en los nuevos productos lanzados por la industria, así como en la justificación de introducir aspectos de economía de la salud en los mismos, subrayando que es esencial preguntarse si el precio de los fármacos innovadores refleja realmente su valor.

La gerente del ICO aseguró que, efectivamente, si se consiguiera informar correctamente a proveedores de salud, como la industria, de cuáles son las necesidades, el precio de los tratamientos innovadores pasaría a un segundo plano, puesto que se estaría trabajando en un mismo sentido, apuntando además que “se habla mucho de la trazabilidad del fármaco, pero no lo hacemos de la trazabilidad del proceso de atención al paciente”, añadió.

Riesgo compartido

Sobre la fórmula de riesgo compartido Calle señaló una cierta desconfianza, alegando que puede ser preciso buscar otras fórmulas, “siempre y cuando no impliquen la adopción del concepto volumen-descuento, que lo único que hace es ‘arreglar’ la cuenta de explotación”, aseguró.

Marta Pastor, de la gerencia de Farmacia y del Medicamento del CatSalut

Delgadillo también manifestó una cierta incertidumbre respecto a la fórmula del riesgo compartido, aduciendo que no todo se puede gestionar en base al pago por resultados.

Sobre la denominada “cuota Netflix”, Delgadillo recordó que es una fórmula -la de tarifas farmacológicas-, existente en Cataluña desde hace años. En este sentido, Pastor recordó que es una fórmula utilizada desde el año 2014 para la compra de inmunosupresores, tratamiento para el VIH, asma, hepatitis o para la hormona de crecimiento, entre otros. “El CatSalut eligió el tratamiento óptimo en cada patología y acordó con la industria adaptar su precio a lo dictado, ofreciendo tarifas que priorizaran el coste-eficacia”, afirmó.

Calle, por su parte, quiso introducir en este punto uno de los conceptos más importantes, pero más olvidados de estos aspectos: la innovación diagnóstica. Recordó que nadie paga las pruebas diagnósticas, incluyéndolas en el proceso interno del propio centro hospitalario, y señalando que es preciso, en el estudio de las tarifas, incluir todo el proceso, no únicamente el farmacológico. “El diagnóstico por la imagen se ha complementado, en los últimos años, con el genético, y el coste de esta innovación diagnóstica se refiere como pérdidas en la cuenta de explotación de los centros”, describió, afirmando que este es un aspecto que también precisa de nuevas fórmulas de abordaje desde la propia industria farmacéutica, y que requiere urgentemente de nuevas fórmulas de financiación, asegurando además que su adopción es la mejor vía para exigir al Sistema equidad de acceso y una misma cartera de servicios.

Trapero suscribió estas afirmaciones y añadió que trabajar en ello está plenamente justificado, porque “el diagnóstico correcto puede cambiar totalmente el tratamiento y hacerlo más eficiente”, explicitó, “lo que nos lleva a introducir el concepto de evaluación de la tecnología sanitaria y del medicamento como un todo, porque realizar esta evaluación por separado, como sucede en Cataluña, es un tremendo error”.

Cuando se les preguntó a los especialistas sobre otros modelos financieros, esta economista aseguro que lo considera un aspecto secundario. “Lo esencial es detectar el problema y cuál es la necesidad, porque es posible que, sabiendo eso, alguno de los modelos de financiación existentes sea válido”, sugirió, “y si ninguno se ajusta, sí que sería el momento de inventar nuevas fórmulas de financiación”.

Raquel García, directora de Government Affairs de Esteve

La representante de Esteve, por su parte, planteó a los presentes la posibilidad de sugerir un modelo de financiación específico para las terapias génicas, a lo que Delgadillo especificó que ese es un tema propio del Ministerio de Sanidad, pero que también es cierto que cada vez se le ofrece más margen de maniobra a las CCAA gracias a los acuerdos alcanzados en la Comisión Interterritorial.

Big Data

Sobre la irrupción del concepto de Big Data y su gestión, como elemento de innovación y disruptivo, Trapero quiso señalar que la falta de datos no es una

no existe en ningún caso falta de datos, sino que se precisa mayor voluntad política de realizar preguntas correctas, y que la clave radica en evaluar de la mejor forma posible las respuestas disponibles, “ese es, además, el punto de partida de una posible mejora de la información que se extraiga del Big Data”, aseguró.

También señaló que Cataluña es una de las Comunidades Autónomas que más datos ha cosechado, pero que se carece de cultura evaluativa que sea capaz de convertirla en información práctica, a lo que se añade el hecho de que el profesional de la salud desconoce con precisión por qué recoge esos datos y quien es el dueño de ellos. “La tecnología punta puede ser una gran herramienta en la recogida de datos”, señaló, “pero, ¿para qué la queremos si no somos capaces de hacer la pregunta correcta o de evaluar convenientemente las respuestas?”.

En este sentido, Candela Calle apuntó la necesidad de saber qué tipo de datos hay que recoger y cuál es la mejor tecnología para hacerlo, sugiriendo la necesidad de que sea la propia Administración quien unifique las herramientas de recogida y los datos que genera.

Por su parte, el gerente de Prestaciones Farmacéuticas del CatSalut también apuntó que uno de los problemas en la gestión de Big Data es precisamente el incentivo que pueda tener el profesional en la introducción de esos datos. Aprovechó para recordar que los datos cosechados en Cataluña tienen una calidad más que aceptable, y se planteó si existen, en el resto de España, empresas dedicadas a la recogida y gestión de esos datos que garanticen ese nivel de calidad, o si, por el contrario, deambulan perdidos en lo que podría denominarse como un limbo informático.

A este respecto, Montané suscribió estos aspectos matizando que, desde el punto de vista del paciente, lo esencial es recoger datos sobre efectos adversos o calidad de vida a largo plazo, para mejorar los registros y los resultados, y que esos datos deberían estar protocolizados en los mismos centros hospitalarios.

¿Estamos preparados para adoptar la innovación?

Sobre la capacidad del Sistema para la contratación, compra y regulación de la innovación, Calle aseguró que la compra supone un proceso muy disruptivo para los centros, que han tenido que adaptarse, y que supone un problema más de aptitud que de actitud.

Diferente respuesta se ofreció respecto a la capacidad de respuesta de la industria y la Administración respecto a la adopción de la innovación, coincidiendo la mayoría de asistentes en una respuesta negativa. García aseguró que, hasta la fecha, el sector público ha sido quien ha financiado la innovación, pagando sin contar previamente con los resultados, pero que esa es una fórmula que ya no se sostiene, afirmando que, bajo su punto de vista, la industria farmacéutica no ha realizado todavía el cambio de mentalidad que requieren estos tiempos.

Momento del debate sobre “Nuevos modelos de financiación de la innovación terapéutica.
El caso de Cataluña”

Delgadillo planteó que lo que hay que plantearse es si la Administración tiene la suficiente perspectiva para entender que no se pondrán seguir gestionando los procesos sanitarios tal y como se realizaban desde hace más de treinta años. “Se están realizando pequeños y continuos pasos en este sentido desde hace tiempo, pero confío en que así sea”, aseguró.

A modo de conclusión, los asistentes plantearon los aspectos imprescindibles para llevar a buen puerto el reto de la innovación y su financiación, y en este sentido Marta Trapero insistió en la necesidad de fomentar una cultura evaluativa y de educación global, confiando en el actual Sistema Sanitario, que puede ofrecer, sin necesidad de grandes adquisiciones, una correcta adaptación a la innovación, e intentar que, la experiencia recogida en CCAA como Cataluña, pueda exportarse a todos los rincones de España, “porque todo lo dicho en este foro no es lo habitual en todas las regiones de este país”, remarcó

La representante de los pacientes señaló que lo imprescindible es ser críticos con lo que se puede y lo que no se puede aprobar, priorizando y aprovechando aquello que ya tenemos y que funciona, adoptando sólo aquello que aporta una mejora mesurable.

Marta Pastor insistió en la necesidad de seguir impulsando la corresponsabilidad con los centros hospitalarios para incentivar la gestión clínica, así como con los indicadores de buenas prácticas, a lo que Candela Calle añadió un liderazgo más disruptivo de todos los actores sanitarios implicados en el Sistema.

Por último, Delgadillo finalizó demandando un mayor nivel de colaboración entre todos los actores del Sistema, fomentar los resultados en base a un mayor nivel de evaluación de los mismos, contar con una visión holística de pacientes, gestores, Administración e industria, y fomentar el aspecto educativo relacionado con la innovación.


Texto y fotos: Javier Gracia

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