Terapéutica

Atención farmacéutica en el gran congreso del cáncer

Un estudio aleatorizado, presentado en ASCO, confirma que la incorporación de farmacéuticos en la atención de pacientes con cáncer mejora el manejo de la medicación.

Un estudio aleatorizado, presentado en el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), confirma que la incorporación de los profesionales farmacéuticos en la atención de pacientes con cáncer mejora el manejo de la medicación y las tasas de cobertura vacunal.

Investigadores del Hospital General de Massachusetts en Boston, han explicado este lunes en Chicago, donde se celebra el encuentro científico, que los oncólogos clínicos se encuentran frecuentemente con la dificultad de manejar medicación y vacunas en pacientes mayores con cáncer. Por ese motivo, se propusieron demostrar la eficacia de integrar a los farmacéuticos en la atención de estas personas con dos objetivos: la mejora en el manejo de los regímenes medicamentosos y la administración de las vacunas adecuadas en este contexto clínico.

En su estudio se reclutaron pacientes mayores de 65 años con cáncer de mama, gastrointestinal y de pulmón que estaban recibiendo primeras líneas de quimioterapia. Se asignó a los pacientes al azar a recibir la atención convencional o bien un esquema en el cual se incluía la intervención farmacéutica. Además, las personas que integraban la rama activa se reunieron con un farmacéutico durante la segunda o tercera sesión de quimioterapia.

Los farmacéuticos se hicieron cargo de la conciliación de la medicación, obtuvieron la historia de vacunación e hicieron las recomendaciones que consideraron oportunas al equipo médico.

Entrevistas con los pacientes

Se obtuvo información sobre medicamentos y vacunas a través de entrevistas con los pacientes y de registros electrónicos (EHR, por su acrónimo en inglés) en el momento de comenzar el estudio y transcurridas cuatro semanas. Se determinó el número de medicaciones discrepantes, definidas como disparidades entre lo que los pacientes declaraban y el EHR. Además, se categorizaron los medicamentos como potencialmente inadecuados a partir de los criterios de Beers, interpretados por farmacéuticos que no estaban incluidos en la rama de intervención y que actuaron sobre documentos sin identificar.

Se definieron como posibles las intervenciones cuando más del 75% de los pacientes reclutados acudieron a la consulta con el profesional de farmacia.

Al término de las cuatro semanas de intervención, los pacientes asignados a la atención farmacéutica tenían tasas más elevadas de vacunación frente a neumonía(67,9% - 40.0%, P = 0,040) y gripe (67,9% - 23,3%, P = 0,001), respectivamente.

Comparados con quienes recibieron atención convencional, en las historias de quienes se incluyeron en la rama de intervención se registraron menos medicaciones discrepantes (5,8 – 8,3, P = 0,081) y potencialmente inadecuadas (3,5 – 4,8, P = 0,069), aunque estas diferencias no resultaron estadísticamente significativas.

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