Un estudio de impronta española analiza el impacto de atención farmacéutica en la efectividad y la eficacia de un tratamiento del cáncer colorrectal. Se presentará en el próximo encuentro anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO).
En su elaboración han colaborado investigadores de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, el Hospital Universitario Central de Asturias, el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, el Laboratorio de Oncología Traslacional de Santiago de Compostela y el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
El análisis pone de manifiesto que la información que proporciona el farmacéutico oncológico es de una importancia determinante. También señala que la dificultad en la dosificación del tratamiento con TAS (trifluridina y tipiracil) es menor de la que se esperaba.
La terapia con trifluridina y tipiracil está indicada en pacientes adultos con cáncer colorrectal metastásico (CCRm) previamente tratados o que no se consideren candidatos al tratamiento con terapias disponibles, incluidas quimioterapia basada en fluoropirimidinas, oxaliplatino e irinotecán, agentes anti-VEGF y agentes anti-EGFR.
El trabajo retrospectivo y observacional, inscrito en la categoría de “calidad de la atención” de las presentaciones admitidas en el congreso, analiza la percepción de los pacientes en cuanto a la dificultad del régimen terapéutico con TAS, así como su efectividad y seguridad.
“Parte integral del equipo”
Los farmacéuticos oncológicos, “como parte integral del equipo de oncología”, proporcionaron directamente a los pacientes revisiones terapéuticas, indicaciones sobre el manejo de la farmacoterapia y de la enfermedad, seguridad de los fármacos, dispensaron la medicación y fueron también responsables de otras intervenciones “que pueden contribuir a mejorar la calidad de la atención y los resultados clínicos de los pacientes” al comienzo del tratamiento con TAS.
En la categoría de estudios sobre leucemia linfocítica crónica, se presentarán datos sobre un estudio “en profundidad” de las intervenciones de personal de enfermería y farmacéuticos, y sobre la integración de los servicios farmacéuticos en las primeras fases de la atención (que sugiere la necesidad de realizar una medición de ahorro de recursos).
Otros investigadores ofrecerán sus conclusiones sobre una evaluación formal del trabajo en equipo entre diferentes profesionales sanitarios, entre ellos farmacéuticos, en los resultados de los pacientes con cáncer; así como análisis de la participación de los farmacéuticos en programas de acceso a la atención en regiones rurales de difícil acceso.
También cuenta con la intervención de los farmacéuticos un estudio sobre la eficacia de los programas formativos para pacientes con cáncer pancreático y biliar y sus familiares, y otro sobre el impacto de la teleasistencia telefónica a pacientes externos de oncología en su satisfacción e indicadores de calidad de vida, así como un balance de la utilidad del sistema de alerta de efectos adversos FAERS de la agencia estadounidense del medicamento en la monitorización de los nuevos inhibidores anti-PD1.