El Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027 planteará entre otras acciones, proponer la incorporación a la cartera básica de prestaciones farmacéuticas del SNS, aquellos fármacos, que, basándose en la evidencia científica, son adecuados para el tratamiento de la adicción del tabaco. Así lo indica el borrador que está elaborando el Ministerio de Sanidad y que este jueves va a ser valorado junto a las comunidades autónomas por la Comisión de Salud Pública. Igualmente, dentro de los planes del ministerio se propone la modificación de criterios de inclusión de los fumadores en los programas de cesación tabáquica con fármacos financiados.
En la actualidad, el Sistema Nacional de Salud financia dos medicamentos para dejar de fumar, cuyo principio activo está basado en la citisiniclina: Todacitán, desde principios del pasado año y Recigarum, desde el pasado mes de noviembre de 2023. En la actualidad ambos medicamentos están sujetos a prescripción médica de neumólogos, médicos de familia y psiquiatría, previa inclusión del paciente en un programa de deshabituación tabáquica en el correspondientes sistema autonómico de salud. Igualmente, es preciso que fumen 10 o más cigarrillos al día y la financiación está sometida a un intento anual por paciente.
La medida, que queda enunciada como una mera propuesta, a la espera de la valoración de los diversos agentes que intervienen en el proceso de evaluación y financiación, así como a la opinión de las comunidades, que a la postre asumirán el coste de estas medidas, está incluida dentro del Plan Integral que el ministerio tiene previsto sacar adelante y con el que espera que España sea “pionera” en medidas libres de humos.
En total, el plan se plantea 22 objetivos de ámbito sanitario y social entre los que se encuentra el cumplimiento de la ley de espacios sin humos, la sensibilización sobre la exposición al tabaco, reducir el porcentaje de jóvenes que se inician en el consumo del tabaco y productos relacionados y favorecer la intervención a los fumadores en todos los niveles asistenciales.
El borrador también hace referencia a la regulación del vapeo dentro del plano sanitario. Así se plantea la estimulación de la investigación sobre los aromas usados en tabaco y cigarrillos electrónicos. Igualmente se plantea la creación de una nueva figura impositiva que establezca un gravamen específico para los cigarrillos electrónicos con nicotina.
A este respecto, el pasado domingo y a través de las redes sociales, el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla establecía la línea del ministerio, señalando que los vapeadores no son un elemento de “reducción de daños” provocados por el tabaco. Sino que son “una puerta de entrada en jóvenes a formas más lesivas de tabaquismo”. Si los vapeadores fueran elementos de reducción de daños “se podrían regular como productos sanitarios y limitar su consumo bajo prescripción y su dispensación en farmacia”.
Subida del tabaco
En términos sociales, el nuevo plan presentará dos novedades importantes también en relación a los espacios sin humo y el incremento del precio del tabaco. El secretario de Estado ha señalado este lunes, al término de un acto sobre Atención Primaria, que el objetivo del Ministerio de Sanidad sobre el desarrollo del espacio vetado al uso del tabaco, “ya se conoce”, en referencia a la actual ley, si bien el ministerio, “está viendo qué es lo que se está viendo en otros países y ver lo que se podría hacer aquí”. La concreción sobre posibles medidas saldrán de un texto legislativo que complemente o trasforme la actual norma.
En relación con el aumento del precio del tabaco, Padilla ha recordado que la acción impositiva está en manos del Ministerio de Hacienda, si bien ha señalado que el departamento que dirige María Jesús Montero, “nos encontrará de la mano no solamente para utilizar la política fiscal como una herramienta para mejorar la salud de la población, sino además para hacerlo técnicamente de la mejor manera”. En opinión personal de Padilla, los actuales impuestos al tabaco “son muy mejorables”.