En los últimos años, la incorporación de la inmunoterapia al algoritmo terapéutico de pacientes con cáncer de cabeza y cuello avanzado PD-L1 positivo ha permitido incrementar de forma significativa la supervivencia de estos pacientes. Así lo ha destacado la Sociedad Española de Oncología Médica, en el marco de la campaña de comunicación ‘En Oncología cada AVANCE se escribe en Mayúsculas’.
En coincidencia con el Día Mundial del Cáncer de Cabeza y Cuello, celebrado el pasado sábado, desde SEOM destaca que en la actualidad este es el séptimo cáncer más diagnosticado, con una estimación de unos 10.700 nuevos casos en España en 2024 y 3.660 muertes registradas según el informe Las cifras del cáncer en España de 2024 y datos recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El tabaco y alcohol son los principales agentes causales de los cánceres de cabeza y cuello, siendo responsables del alrededor del 75-85% de los casos, aunque existe un incremento progresivo de los tumores relacionados con el virus del papiloma humano (VPH), pudiendo ser responsable del 30-35% de los casos, aunque existe una gran variabilidad geográfica.
Estos tumores ocurren en un área anatómicamente compleja, cuyos tratamientos locales con intención curativa se asocian con importantes secuelas físicas muy estigmatizantes y con mucha repercusión en términos de calidad de vida y funcionalidad en la triple esfera de la fonación, deglución y respiración. Además, en estos pacientes existe con frecuencia problemas de malnutrición por el tumor, los tratamientos y comorbilidades, que debe ser abordada y tratada desde el diagnóstico.
Según destacan, el gran avance en el tratamiento de los tumores de cabeza y cuello ha sido la incorporación de la inmunoterapia a su algoritmo terapéutico. Hasta entonces, existía un vacío terapéutico en los casos refractarios a cisplatino, especialmente los pacientes refractarios a EXTREME, hasta el año 2016 en el que la FDA aprueba la inmunoterapia para estos casos, dos fármacos anti PD-1 cuyo principal beneficio es la larga supervivencia en los pacientes respondedores.
La FDA aprobó de forma acelerada nivolumab en abril del 2016 tras presentar los datos del primer ensayo pivotal fase III CHECKMATE 141, en el que nivolumab demostró un beneficio en supervivencia global (SG) frente a la quimioterapia a elección del investigador en pacientes que progresaran al tratamiento con platino para la enfermedad localizada. Se objetivó un beneficio en SG (7,7 frente a 3,3 meses), pero sobre todo destacó que más de un 10% de los pacientes en la rama de nivolumab se mantenían vivos a los 3 años.
El 1 de septiembre 2016 la FDA otorgó aprobación acelerada a pembrolizumab basándose en datos del estudio fase Ib no aleatorizado KEYNOTE-012. La mayoría de los pacientes en el estudio habían recibido anteriormente al menos dos ciclos diferentes de tratamiento. Se obtuvo una mediana de SG de 8 meses, permaneciendo vivos un 38% de los pacientes al año de iniciar el tratamiento. Posteriormente un estudio fase II (KEYNOTE-055) confirma estos datos en una publicación del 2017 en Journal Clinical Oncology.
En 2018, se comunican los resultados del estudio KEYNOTE-048 demostrando la superioridad de pembrolizumab en monoterapia y pembrolizumab asociada a quimioterapia basada en cisplatino en primera línea de pacientes con enfermedad recurrente y/o metastásica con enfermedad sensible a platino y un PDL1 positivo. Desde 2021 se incorpora al tratamiento estándar de este grupo de pacientes con un PDL1 positivo y así lo reflejan las Guías SEOM para el tratamiento de estos tumores. Pero quizás, el aspecto más impactante es la reducción en el riesgo de mortalidad que se ha observado al introducir estos fármacos.
En una actualización del estudio publicada en 2023, con un seguimiento de 4 años, el tratamiento con pembrolizumab ha demostrado una reducción en el riesgo de muerte frente a la quimioterapia estándar de entre el 26-39% según la expresión de PD-L1, y la combinación de quimioterapia y pembrolizumab del 38%.