El Ministerio de Sanidad ha reiterado su firme compromiso con el modelo español de farmacia, según el cual, para ser titular de una oficina de farmacia hace falta ostentar la condición de farmacéutico y la propiedad de éstas está regulada por las comunidades autónomas y por la legislación estatal. De este modo, Sanidad ha respondido al estudio de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) en el que cuestiona el modelo español de farmacia y propone cambios profundos en el mismo.
Según explica el Ministerio, este modelo, vigente en nuestro país desde hace décadas, “ha garantizado la profesionalidad del servicio farmacéutico y una atención farmacéutica de calidad al servicio del paciente por encima de otros intereses”. Por ello, Sanidad considera este modelo “el más apropiado para garantizar la protección de la salud por encima de cualquier otro interés”.
Sanidad considera que las prácticas propuestas por la CNMC “pondrían en riesgo la salud de los ciudadanos, al no estar garantizada la asistencia profesional, además de fomentar prácticas fraudulentas, como la venta de medicamentos falsificados”. Por tanto, y para asegurar la protección de la salud pública, el departamento de Alfonso Alonso advierte de que “defenderá el modelo actual ante cualquier propuesta en este sentido”.
Además, el Ministerio recuerda que gracias a este modelo, que garantiza que la farmacia es uno de los establecimientos sanitarios más cercano a los ciudadanos, “ha sido posible avanzar en el buen uso de los medicamentos, así como en la adherencia terapéutica de los pacientes crónicos o polimedicados”.
Por todo ello, Sanidad defiende un modelo “que permite fácil acceso de los pacientes a su medicación, con independencia del ámbito rural o urbano en el que residan, y una eficiencia de costes que sería difícilmente alcanzable con sistemas como el propuesto por la CNMC, que equipara el medicamento con cualquier otro bien de consumo”.
Sanidad recuerda que el modelo español ha demostrado una alta capacidad de adaptación a las circunstancias, pues desde 1980 se ha pasado de tener que gestionar 10.000 medicamentos autorizados a los 27.000 que hay en la actualidad. Asimismo, el Sistema Nacional de Salud ha pasado en ese mismo periodo de 400 millones a 900 millones de recetas dispensadas cada año.
Esta adaptación se ha producido sin aumento de reacciones adversas, para lo que es esencial que las farmacias estén en manos de profesionales, y ha conseguido evitar la entrada de medicamentos falsificados en el canal legal de distribución. Esto se debe a que la cadena asistencial, incluida la dispensación de medicamentos, está altamente profesionalizada según el modelo español de farmacia. En países con modelos distintos, como Estados Unidos, hasta un 1% de los medicamentos que se consumen son falsificados.
Aval Europeo
Por otra parte, y en coincidencia con los argumentos expresados por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), recuerda que España ha defendido este modelo de oficina de farmacia en el marco de la Unión Europea, que ha avalado la accesibilidad, funcionalidad y garantía de servicio al ciudadano del mismo. También las decisiones judiciales, tanto españolas como comunitarias, han considerado ajustado al Derecho este modelo.
El Ministerio ha queridomanifestar, además, "su agradecimiento a todos los profesionales farmacéuticos su labor al servicio de los pacientes, y se compromete a seguir defendiendo el modelo vigente".