Cambiar el lugar de dispensación de los medicamentos que hoy en día están clasificados como de diagnóstico hospitalario (DH) sin cupón precinto tiene dos posibles caminos. Uno legislativo, modificando la regulación que ahora mismo obliga a la dispensación de estos medicamentos en la farmacia hospitalaria y otro profesional, alcanzando acuerdos entre los agentes del sector que permitan dar a la farmacia comunitaria un papel en el circuito de la dispensación de estos medicamentos para hacerlos más accesibles a los pacientes. Así al menos lo ve el gerente de Farmacia y del Medicamento del CatSalut, Antoni Gilabert, quien expuso su visión durante la celebración de la mesa ‘Acercando la medicación al paciente: medicamentos de ámbito hospitalario y atención sociosanitaria y domiciliaria’ que tuvo lugar en el VII Congreso de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC), celebrado en Zaragoza.
El más sencillo de ellos, según Gilabert, sería el camino profesional, que requeriría del acuerdo y colaboración de diferentes eslabones de la prestación farmacéutica para hacer más eficiente y cercano en toda su extensión y no solo geográfica el servicio farmacéutico a la población. Esta colaboración y trabajo en equipo fue apoyada por el resto de expertos presentes en la mesa. Desde Fe Ballesteros, contadora del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) y presidenta del COF de Alicante, a Miguel Ángel Calleja, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), pasando por el director general de Farmacia del País Vasco, Jon Iñaki Betolaza.
El representante de los farmacéuticos hospitalarios recordó que la dispensación a pacientes externos ha cambiado “radicalmente” la actividad de los Servicios de Farmacia Hospitalaria (SFH) y abogó por “un trabajo colaborativo” entre la farmacia comunitaria y los SFH. Según explico la accesibilidad y la flexibilidad horaria que presentan las farmacias comunitarias es importante ya que, tal y como recordó “solo el 35% de los hospitales dispensan por la tarde”. Por ello, consideró que en caso de iniciar un cambio de lugar de dispensación habría que “trabajar colaborativamente” y “ofrecer paciente a paciente la preferencia que tenga de dispensación en farmacia comunitaria o de hospital. Puede ser un modelo mixto, con compra por el hospital para ganar eficiencia”.
Con él coincidió Ballesteros, que explicó que ve “fundamental la comunicación y colaboración entre farmacia comunitaria y de hospital” y recordó que limitar la disponibilidad de estos medicamentos al ámbito hospitalario “siguiendo un criterio económico, que a veces ocurre, va en detrimento del paciente”. En cualquier caso, la representante del CGCOF recordó que esta cuestión es clave para la profesión farmacéutica, tal y como se recogió en su momento en la Declaración de Córdoba.
Por parte de SEFAC, su vicepresidenta 3ª, María Dolores Murillo, expuso una propuesta que ha realizado la sociedad para permitir y facilitar la dispensación de estos medicamentos en las farmacias comunitarias. Según explicó, se trata de establecer tres circuitos, uno asistencial, otro administrativo y otro logístico interconectados entre sí y que facilitan el proceso de dispensación de estos medicamentos. Como todos los medicamentos afectados requieren de visado de inspección, a través de la receta electrónica, la acción de visar la receta pone en marcha una orden de compra al laboratorio y su envío a la distribución, que lleva el medicamento a la farmacia.
El objetivo, sin duda, es evitar los trastornos que sufren los pacientes y que relató el vocal de la Junta Directiva de Acción Psoriasis, Antonio Manfredi. Tal y como dijo, él tenía que perder dos días al mes para ir a recoger su medicación a la farmacia de hospital. Veinticuatro días al año que “alguien paga. Yo, mi empresa…”, indicó. Además, no se mostró muy conforme con el servicio que recibe en la farmacia donde tiene que retirar su medicación ya que explicó que se trata de “una experiencia puramente burocrática” en la tiene que coger un número y esperar a que le llamen para entregarle su medicación… y nada más. Ni información ni nada, indicó.
Manfredi explicó que él vive relativamente cerca del hospital, pero conoce pacientes que tienen que recorrer 90 km para llegar desde su domicilio. Una situación que es muy variable, eso sí, a lo largo de toda la geografía nacional y que, por ejemplo, no se da en el País Vasco, donde según Betolaza, los hospitales estarían como mucho a 30 km del domicilio.
Además, el director general de Farmacia del País Vasco explicó que las actividades colaborativas entre los farmacéuticos comunitarios y de hospital ya se realizan en su comunidad autónoma desde hace años y en la actualidad tienen “ocho proyectos de conciliación en marcha”. Según Betolaza, lo que se tiene que buscar es “crear proyectos que generen valor para los pacientes y la sociedad”. Con él coincidió Gilabert, que considera necesario establecer procedimientos que ofrezcan “el mejor beneficio por unidad de coste”. Según resaltó “ahí está la oportunidad profesional” e incluso animó a proponer proyectos a través de compra pública innovadora de forma que las farmacias pudieran ofrecer un servicio de dispensación que genere eficiencias al sistema. Tal y como explicó Calleja, “hay que avanzar en los servicios. La caja no va sola, hay asesoramiento, información, etc, que da valor al producto”.
Proyecto piloto en Portugal
En Portugal están dando pasos para dar marcha atrás al envío de medicamentos de diagnóstico hospitalario a los servicios de farmacia. Según explicó el Bastonário de la Ordem dos Farmacêuticos del país vecino, Carlos Maurício Barbosa, el próximo mes de julio se iniciará un proyecto piloto de dispensación de medicamentos para el VIH, así como algunos de oncología, en farmacias comunitarias.
Se trata de una "decisión política" del nuevo gobierno lusao que tiene en su programa "impulsar la farmacia comunitaria", explicó Barbosa. Se trata de un paso muy importante ya que, como explicó el 80% del gasto de la farmacia hospitalaria en Portugal se debe a dispensación ambulatoria.
Tras el proyecto piloto, tal y como indicó el representante de los farmacéuticos portugueses, "se evaluará los resultados de salud" para determinar el lugar idóneo de dispensación de estos productos.