El consejero de Salud de Andalucía, Aquilino Alonso, y el director gerente del SAS, José Manuel Aranda, firmaron la semana pasada un convenio de colaboración con el presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Antonio Mingorance, el presidente del Consejo Andaluz de Colegios Médicos, Antonio Aguado, y el Consejo Andaluz del Colegio Oficiales de Dentistas, Luis Cáceres, con el fin de "seguir trabajando e impulsando estrategias y acciones" en el marco del Programa Integral de Prevención, Control de las Infecciones relacionadas con la asistencia y uso apropiado de los antimicrobianos (Pirasoa).
Los acuerdos, cuyo cumplimiento será verificado por una comisión de seguimiento y tendrá vigencia de un año, establecen varias medidas, como "la planificación y desarrollo de presentaciones del programa Pirasoa y de estrategias de difusión periódica entre los colegiados de los consejos, que a la vez se comprometen a la colaboración en las campañas de prevención y educación sanitaria y a la difusión de las actividades de formación". En este ámbito, el SAS confirmó compartirá todo el material docente con los colegios.
Asimismo, las organizaciones profesionales se comprometen a "optimizar el cumplimiento de las recomendaciones del programa andaluz entre sus miembros para mejorar el uso de antimicrobianos por los ciudadanos y contribuir al uso prudente de estos". También ofrecerán su apoyo a la investigación, desarrollo e innovación y estarán directamente implicados en el programa Pirasoa a través un vocal que se incorporará al Comité Científico del mismo.
Balance del primer trimestre
Entre las intervenciones más destacadas al abrigo de este programa, Alonso hizo referencia a la reducción de 3 millones de prescripciones de antibióticos por médicos de familia y pediatras (reducción del 17%) durante el primer trimestre de este año, siendo muy significativo, detalló, el descenso de aquellos con más impacto ecológico, como son amoxicilina/ácido clavulánico y ciprofloxacino, que se han reducido en un 28% y en un 10%, respectivamente.
Esto habría dado resultados positivos con la bacteria Escherichia coli BLEE, una de las más frecuentes en el ámbito comunitario, produciéndose una estabilización comparando el primer trimestre del año 2016 con el de 2015, aunque, dicen, "en conjunto, en atención primaria, la reducción de esta infección se cifra en un 26%". Asimismo, en los hospitales se habría reducido la incidencia en cinco de las bacterias resistentes más comunes (S. Aureus MR, K. pneumoniae BLEE, P. aeruginosa MR, A. baumannii y C. difficile) y se habría mantenido estable en dos (E. Coli BLEE y Enterobacterias PC). En conjunto, concluyen "se han reducido un 14% la incidencia de estas bacterias multirresistentes".
Por último, Alonso se refirió al resultado económico de la intervención, donde resaltó que la reducción del uso de antibióticos habría conllevado una reducción del gasto en 3,1 millones de euros durante el primer trimestre del año (2 millones en atención primaria y 1 millón en hospitales; lo que supone un 17% y un 12,7% de reducción del gasto en antibióticos, respectivamente).