El Gobierno Foral de Navarra ha aprobado un decreto por el que regula las condiciones de acceso a la prestación farmacológica de ayuda para dejar de fumar. La medida, tal y como han anunciado, entrará en vigor el próximo 23 de diciembre.
La financiación se extenderá a todos los medicamentos que tienen probada en España la indicación de deshabituación tabáquica. Es decir, tanto los sustitutivos de la nicotina como el bupropión y la vareniclina. De este modo, serán las y los médicos de Atención Primaria quienes prescriban el fármaco que consideren oportuno en cada caso.
Además, según ha explicado el Ejecutivo Foral en una nota, estos medicamentos gozarán de las mismas condiciones de aportación que el resto de prestación farmacéutica con receta médica del Sistema Nacional de Salud (SNS), por lo que los pacientes tendrán que asumir la parte correspondiente al copago que tengan fijado. En este sentido, también se verán beneficiados de las ayudas establecidas en la región, con las que los pensionistas y activos con rentas inferiores a 6.000 euros pagan un máximo de 2,6 euros al mes por sus medicamentos, mientras que las personas con rentas entre 6.000 y 18.000 euros abonan como máximo 8,23 euros al mes.
La previsión de impacto económico de la medida se sitúa en los 590.000 euros al año y se prevé que pueda beneficiar a un 6% de la población fumadora. Adicionalmente, se ofrecerá de forma combinada una serie de intervenciones educativas para reforzar el éxito de la medida y que serán ofrecidas por parte del personal de enfermería y médico.
El consejero de Salud, Fernando Domínguez, ha destacado tras la reunión del Consejo de Gobierno que los fumadores pierden una media de diez años de esperanza de vida y ha subrayado que “el Gobierno apuesta firmemente por avanzar hacia la reducción del porcentaje de población fumadora por debajo del 20% en 5 años”. Actualmente se estima que en Navarra hay en torno a 123.000 personas fumadoras (65.000 hombres y 58.000 mujeres).
Según diferentes estudios, añadir ayuda farmacológica para la deshabituación tabáquica mejora el éxito en el abandono del tabaco, alcanzando una tasa al año de entre 14 y 20%, frente al 8-11% que se logra únicamente con la ayuda educativa para cambiar hábitos de comportamiento.