El pasado día 25 de octubre se organizó una jornada en el Colegio de Economistas de Barcelona, que sirvió de previa a la celebración del Congreso de ISPOR (International Society on Pharmacoeconomics and Outcomes Research), que tendrá lugar en noviembre en Barcelona. En el marco de esta jornada, el catedrático de la Universidad Pompeu Fabra, Guillem López Casasnovas, y la presidenta del capítulo español de ISPOR, Carme Pinyol, participaron en un debate sobre la aportación de valor y el precio de los medicamentos, además de presentar los que serán los temas principales del Congreso: la evaluación clínica conjunta en el ámbito de la Unión Europea, la aplicación de precios justos, y las las políticas de control del gasto
Los ponentes hablaron de la propuesto de hacer una evaluación económica común, de la que algunos países se habrían desvinculado. Asimismo, en lo que respecta al precio de los medicamentos, consideraron que no puede ser tan elevado como para que no se puede pagar, ni tan bajo como para que se deje de investigar, por lo que habría que encontrar un "precio justo".
En lo que respecta a las políticas, se refirieron al hecho de que algunos países opten por, en vez de controlar el precio unitario, se fijen más en el el gasto global para el ajuste de las cuentas. En este sentido, opinaron que algunos medicamentos son baratos, pero los utilizan muchos enfermos crónicos y, por tanto, el coste global es elevado, mientras que otros son caros, pero sólo son para algunas enfermedades minoritarias y por tanto el impacto sobre el presupuesto es bajo. En este sentido, subrayaron que lo que suele preocupar es la factura final, aunque, en su opinión, deberían tenerse en cuenta los resultados en salud. Para ello, precisaron, habría que asegurar que los medicamentos están bien prescritos y se toman correctamente.
En lo que respecta al capítulo español de ISPOR, recordaron que se constituyó en 2010, con más de 200 miembros provenientes de la industria el 55%, de la universidad el 10%, de la administración sanitaria el 10%, de la consultoría el 20% y de otros ámbitos el 5%, con la misión de promover la economía de la salud y la excelencia en la investigación de resultados. Pinyol aseguró que, con vistas al futuro, la voluntad es que la iniciativa se consolide como un grupo multidisciplinar donde, además de la función formativa y divulgativa sobre evaluación económica y de resultados en salud, se puedan debatir, y (por qué no) diseñar, propuestas para hacer frente a algunos de los principales retos del sistema sanitario, como es hacer compatibles innovación, sostenibilidad y solvencia.