José Ramón Luis Yagüe, director de Relaciones con las CCAA de Farmaindustria, participó en el XV Seminario Industria Farmacéutica & Medios de Comunicación para hablar de los nuevos modelos de contratación que se derivan de la nueva normativa, la Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público, la cual, dijo, permite al sector "ser optimista, porque introduce aspectos como las consultas previas al mercado, con las que pasamos de ser un mero proveedor, a un colaborador estratégico con objetivo común de sostenibilidad". También destacó de ella la introducción de la configuración de lotes, que atiende a una reclamación de la industria "para que éstos se configuren por principio activo", así como la aplicación de criterios de calidad, más allá del precio, que abren la puerta a los modelos de pago por valor, los cuales se encuentran con la limitación, dijo, de la presupuestación anual con la que trabajan los gestores.
Adicionalmente, se refirió, en aras de facilitar el acceso a tratamientos de alto impacto, a la aplicación de esquemas de riesgo compartido, esquemas con los que las compañías han venido acumulando experiencias desde 2010, cuando se firmó el primero con el Hospital Virgen de las Nieves, en Granada, para un tratamiento para la hipertensión pulmonar. En opinión de Luis Yagüe, estos modelos son "atractivos, ya que favorecen el acceso y ayudan a despejar incertidumbres para el gestor, ya que el pago se vincula a la efectividad y conllevan una previsión de impacto presupuestario".
No obstante, según el representante de Farmaindustria ante las CCAA, existen una serie de requisitos para poder aplicar estos acuerdos, al menos desde el punto de vista de la industria. En este punto, se refirió a la necesidad de que "la incertidumbre esté relacionada con el tratamiento, no con el paciente, ni con su enfermedad, ni con el diagnóstico o con otros tratamientos". También consideró clave que ambas partes "consensúen los indicadores relevantes, y que entre ellos se incluya la opinión del paciente", que los riesgos sean realmente compartidos entre Administración e industria, y que exista una infraestructura administrativa para la recogida de los resultados en salud, entre otros aspectos.
Sobre la recogida, medición y aprovechamiento de los resultados en salud versó también parte de la ponencia de Javier Urzay, subdirector de Farmaindustria. En su opinión, esto es fundamental "para hacer un uso eficiente de los recursos". De hecho, consideró que la aplicación de este enfoque beneficia a los gobiernos, "porque hacen a los sistemas sanitarios más sostenibles y eficientes, garantizan la calidad de las intervenciones, y pueden justificar los gastos realizan". En lo que respecta a la industria, consideró que supone un estímulo saber "que los que aportan buenos resultados serán premiados y los que no, no". "Así se reducirá, además, el ruido con respecto a la no aportación de valor de los medicamentos", añadió, y pidió que se tengan en cuenta todos los resultados de la intervención con medicamentos, más allá de la salud, y los ahorros que éstos producen.
La medición de resultados en España
Sin embargo, como apuntaba Luis Yagüe, para medir resultados hay que disponer de una infraestructura adecuada que permita recopilarlos, ordenarlos y explotarlos, un ámbito en el que, Según Urzay, España no está tan retrasada, al disponer de una Atención Primaria y Especializada integradas, una receta electrónica ampliamente implantada, así como la historia clínica electrónica.
En su opinión, la industria debe jugar, en todo este proceso, un papel de "facilitador", pero no inmiscuirse en su definición. Sobre la posibilidad de participar en la financiación de estos sistemas para la recogida de datos, el subdirector de Farmaindustria apuntó que "todo lo que sea dotar al sistema de infraestructuras para captar datos, la industria está a favor", y reconoció que las empresas, en general, "están dispuestas a trabajar en soluciones de este tipo para hacerlo efectivo", aunque hacía referencia, en este caso, a la financiación de registros asociados a la comercialización de un fármaco concreto. Pero más allá de la contribución puntual que puedan determinados laboratorios, Urzay consideró que "lo importante es que los sistemas sanitarios sean conscientes de la importancia de invertir en esto”.