Ana Clopés, directora del Área del Medicamento del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), aborda en esta entrevista los objetivos, estructura y desafíos del Plan Integral de Política del Medicamento (Pipmed) de Cataluña, una estrategia que busca transformar la política del medicamento en la región. Este plan pretende articular una visión compartida entre profesionales sanitarios, pacientes y ciudadanía, con un enfoque centrado en la equidad, la sostenibilidad, la eficiencia y la innovación. Asimismo, se exploran las herramientas y métodos participativos empleados para su diseño, así como su capacidad de impacto en otros ámbitos del sistema sanitario catalán.
Pregunta. ¿Cuál es el marco general y los objetivos principales del Plan Integral de Política del Medicamento (Pipmed)?
Respuesta. El Pipmed se inscribe dentro de los esfuerzos del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña por desarrollar una política del medicamento que esté centrada en las necesidades de los pacientes. Busca garantizar el uso de medicamentos de forma eficiente, segura y basada en la evidencia científica. Además, incorpora criterios de equidad y sostenibilidad, con especial atención a la introducción de la innovación y la participación de los profesionales sanitarios y la ciudadanía. En esencia, este plan tiene como propósito alinear a todos los actores implicados en torno a una estrategia que no sea un mero ejercicio de diseño teórico, sino que tenga una aplicación práctica por parte de los profesionales en el día a día del sistema sanitario.
P. ¿Cómo se ha diseñado el proceso participativo y por qué es tan relevante en esta estrategia?
R. Desde el inicio, la participación ha sido el pilar fundamental del Pipmed. Este proceso comenzó a principios del año con una fase de escucha activa, en la que se recabaron aportaciones de entidades internas y externas, como el Instituto Catalán de Salud (ICS), el Consorcio de Salud y Social de Cataluña (CSC) y la Unión Catalana de Hospitales, así como sociedades científicas, asociaciones de pacientes o patronales. Sobre esta base, que ha dado lugar a un borrador de Plan Integral con varias líneas estratégicas. La primera de ellas es que la Política del Medicamento sea participativa con profesionales y ciudadanía.
P. ¿En qué se concreta esa participación?
R. Actualmente está en marcha un proceso participativo con dos fases diferenciadas. La primera incluye una encuesta dirigida a profesionales de diversos ámbitos, como médicos, farmacéuticos y enfermeras, para recoger sus perspectivas y sugerencias. La segunda fase se centrará en grupos de enfoque deliberativos mediante grupos de estudio, cuyo objetivo será alcanzar consensos sólidos y enriquecer el diseño final del plan. La participación no solo asegura que las decisiones sean más representativas, sino que también fomenta el compromiso y alineamiento de los profesionales con las líneas estratégicas propuestas. Creemos que el profesional, cuando toma decisiones delante del paciente, tiene que estar totalmente implicado con lo que hagamos.
P. ¿Cuáles son los principales retos que aborda el Pipmed?
R. Este plan enfrenta varios desafíos significativos. Por un lado, existe una contraposición entre el valor social del medicamento y la medicalización excesiva de la vida cotidiana, que es algo que consta en el Plan de Salud de Cataluña. También se debe equilibrar la necesidad de incorporar innovación terapéutica con la sostenibilidad financiera del sistema. Otro reto crucial es el impacto del envejecimiento de la población, que se traduce en un aumento de la cronicidad, la complejidad y la fragilidad, aspectos que afectan directamente al uso de medicamentos, en especial en relación con la polimedicación. Finalmente, el plan tiene en cuenta la necesidad de responder a las crecientes demandas tanto de los profesionales como de la ciudadanía, sin perder de vista que Cataluña es un referente en investigación e innovación, especialmente en el ámbito de los ensayos clínicos, y esto es algo que hay que tener en cuenta en cualquier política del medicamento. Queremos que Pipmed también ayude a potenciar y atraer más investigación clínica en Cataluña.
P. ¿Por qué se hace en este momento?
R. Se produjeron una serie de cambios organizativos que coincidieron con mi entrada en el Catsalut y desde el Departamento de Salud se ha visto la necesidad de impulsarlo. El ámbito del medicamento pasó a ser Área y se vio la necesidad de potenciar todo ello. Se quiere poner foco en la política del medicamento. Esto se inició con la consejería anterior, pero la visión estratégica se mantiene con la actual, liderada por la consejera Olga Pané, de forma explícita.
P. ¿Qué áreas estratégicas aborda el Pipmed y cómo se desarrollarán las acciones previstas?
R. El plan se estructura en torno a cinco líneas estratégicas que abarcan desde la participación activa de los profesionales y la ciudadanía hasta la evaluación de resultados en salud. También incluye la toma de decisiones basadas en el conocimiento y la gestión clínica del medicamento, así como el desarrollo del modelo territorial que favorezcan la coordinación entre atención primaria y hospitalaria, las redes hospitalarias y los modelos de alta especialización y finalmente, la quinta sería la evaluación. Para ejecutar estas estrategias, el Pipmed se apoyará en herramientas como sistemas de información y ayudas a la decisión, modelos innovadores de contratación y compra de medicamentos, y un plan de comunicación sólido. A partide estas líneas estratégicas y herramientas se han diseñado hasta 40 acciones concretas, especialmente en ámbitos organizativos, instrumentos de compra, sobre sistemas de información y difusión y comunicación, que serán implementadas de manera progresiva entre 2024 y 2027.
P. En relación con los modelos de contratación, tanto con proveedores sanitarios como con la industria farmacéutica, ¿qué cambios se quieren impulsar en este ámbito?
R. El plan busca avanzar hacia modelos de contratación más dinámicos y orientados a resultados, tanto con los proveedores sanitarios como con la industria farmacéutica. En el caso de los proveedores, se quiere priorizar un enfoque basado en procesos y resultados, asegurando que las contrataciones respondan a objetivos claros de eficiencia y calidad. Por otro lado, con la industria farmacéutica se pretende consolidar esquemas innovadores y flexibles, como el pago por resultados, extendiéndolos más allá del ámbito hospitalario, incluyendo también la atención primaria y la salud mental. Asimismo, se trabajará en estrategias de economía de escala para optimizar las compras, favoreciendo sinergias entre las entidades y liderando estos procesos desde el CatSalut.
P. En el marco del Pipmed, mediante el impulso a los sistemas de información, ¿se prevé avanzar en equidad en el acceso a medicamentos?
R. El enfoque principal del plan en términos de equidad está orientado a resultados en salud, para que todos los pacientes, independientemente del lugar de residencia, tengan esa equidad en resultados. Creemos que en Cataluña no hay problema de acceso.
P. ¿Qué impacto espera que tenga el Pipmed más allá del ámbito del medicamento?
R. El medicamento es en muchas ocasiones el motor de cambio porque es lo más visible, medible y cuantificable económicamente. Creemos que, por ejemplo, a nivel territorial, a través del medicamento podemos impulsar acuerdos entre entidades o entre niveles, por lo que facilita cambios en el modelo organizativo y la orientación a resultados.
P. ¿Cuáles son los próximos pasos una vez finalizado el proceso participativo?
R. El objetivo es tener cerrado el proceso participativo en marzo de 2025, momento en el que se consolidará el diseño final del Pipmed. A partir de ahí, se definirán indicadores específicos para medir su implementación y resultados, con la intención de garantizar su efectividad en términos de sostenibilidad, seguridad y equidad en el uso de medicamentos. Además, se trabajará en la difusión y comunicación de la estrategia para facilitar su comprensión y aplicación por parte de todos los actores involucrados.