El Gobierno de la Generalitat ha aprobado el Plan de Salud de Cataluña para el periodo 2016-2020, que es el instrumento de referencia para todas las actuaciones públicas en materia de salud. La estrategia para estos próximos años se centra en garantizar un sistema “público, universal, justo y centrado en la persona”, según resume el comunicado del Departamento de Salut.
El nuevo Plan propone alcanzar hasta 28 objetivos en salud, que buscan disminuir las desigualdades sociales en indicadores de buenos hábitos de vida y contempla proyectos dirigidos a los colectivos más vulnerables. Una de las novedades de la nueva línea de actuaciones es el Plan Estratégico de Investigación e Innovación en Salud (PERIS), que tiene entre sus objetivos impulsar la participación de los profesionales.
Asimismo, buscar reforzar la participación de las personas en su propia salud, la mejora de la calidad de la atención, la transparencia de las políticas sanitarias y la colaboración entre los distintos departamentos de la Generalitat. El Plan prioriza nueve áreas de salud: infancia y adolescentes vulnerables; personas mayores y discapacidad; salud mental; enfermedades raras; enfermedades transmisibles; aparato locomotor; aparato respiratorio; sistema vascular; y cáncer.
Tal y como se destaca desde el Departamento de Salud, el proceso para la elaboración del Plan se ha caracterizado por la participación de un millar de personas, entre miembros de la administración, proveedores, sociedades científicas, colegios profesionales, universidades, asociaciones de pacientes y ciudadanos.
Política farmacéutica
Una de las 12 líneas estratégicas que establece el Plan se centra en la política farmacéutica y del medicamento, que tiene como objetivos básicos mejorar los resultados en salud, fomentar el uso racional de los medicamentos, promover la gestión eficiente de la prestación farmacéutica y garantizar el acceso a la innovación farmacológica. Según se apunta en el Plan, se busca articular una visión del medicamento “que vaya más allá del gasto farmacéutico, centrada en el medicamento como una inversión en resultados en salud, y en un modelo colaborativo con todo el sector sanitario, profesionales, gestores, farmacias, distribuidores e industria farmacéutica en beneficio de las personas y su calidad de vida”.
El bloque de política farmacéutica contempla cinco proyectos. El de innovación farmacológica pasa por garantizar el acceso a los nuevos medicamentos de acuerdo a las necesidades de la población y de manera sostenible. Entre los ejes de trabajo de este proyecto se encuentra la creación de la Agencia Catalana del Medicamento (Acmed) y la incorporación de criterios de coste-efectividad y la participación de los pacientes en la armonización farmacoterapéutica, así como la definición de un plan de acceso y pago de la innovación.
Prescripción y dispensación
Otro de los proyectos de política farmacéutica se centra en la optimización de la prescripción y dispensación, a través de la mejora de la coordinación entre profesionales y del cumplimiento de los tratamientos. En este punto, la receta electrónica juega un papel clave, y uno de los objetivos es añadir a esta herramienta nuevas soluciones de movilidad y seguimiento domiciliario. Otra de las acciones es incorporar la prescripción de medicación hospitalaria de dispensación ambulatoria y de nutrición enteral domiciliaria en el sistema de receta electrónica.
Potenciar la prescripción e indicación de medicamentos y productos sanitarios por parte de las enfermeras es otro de los ejes de trabajo en los próximos años, así como “consolidar la función del farmacéutico como educador sanitario y de información de medicamentos, y potenciar la cartera de servicios incluida en el Concierto”, con acciones como el sistema personalizado de dosificación (SPD) y otras, especialmente en poblaciones específicas como personas mayores y enfermos crónicos.
Una de las actividades más destacadas dentro del apartado de prescripción y dispensación es un programa piloto para la implantación de una atención farmacéutica en red, que incluirá servicios farmacéuticos hospitalarios, atención primaria y farmacia comunitaria. También se contemplan como actuaciones primordiales el Programa de atención farmacéutica al paciente crónico complejo (PCAF) y la incorporación de toda la medicación en el plan terapéutico de los pacientes.
Financiación de medicamentos por resultados
El tercer gran proyecto farmacéutico se refiere a la mejora de la eficiencia en la compra de medicamentos, que pasa por el pago por resultados en forma de acuerdos de riesgo compartido entre hospitales y compañías farmacéuticas, el establecimiento de tarifas farmacológicas y el desarrollo de instrumentos para optimizar la compra mancomunada de medicamentos hospitalarios.
Otra de las líneas de trabajo en política farmacéutica gira en torno a la potenciación de la corresponsabilización de la población respecto al uso adecuado de los medicamentos, a través de la revisión de los tratamientos en pacientes crónicos y polimedicados y la mejora de la conciliación en la prescripción, dispensación y cumplimiento de los tratamientos. En este ámbito también se prevé que la información sobre los medicamentos que toma el paciente incluya todos los tratamientos y la mejora de la información, formación y educación sanitaria sobre la utilización de los fármacos.
Evaluación de los resultados en salud
El quinto proyecto en el área del medicamento del Plan de Salud está dedicado a la evaluación de resultados sobre el uso de los fármacos, es decir, estudiar la indicación de los tratamientos, el cumplimiento de las guías terapéuticas y la efectividad de las distintas alternativas de tratamiento y comprar la variabilidad de práctica clínica.
Medir los resultados en salud será posible mediante el registro de datos clínicos de los pacientes y tratamientos, que tiene entre sus objetivos mejorar los estándares de calidad y eficiencia de las prestaciones farmacéuticas.
Garantizar la seguridad
Dentro de otro de los bloques estratégicos del Plan, se plantean una serie de actividades para garantizar una atención sanitaria y farmacéutica basada en la excelencia y la seguridad, y para ello se prevé un sistema de promoción de buenas prácticas e inspecciones preventivas a centros sanitarios, de salud mental, hospitales, unidades de atención a la salud sexual o clínicas dentales.
Estas actuaciones incluyen también un plan de inspección preventiva del 10% de las oficinas de farmacia de Cataluña, “para comprobar si se cumplen los estándares de calidad en la custodia, la conservación y la dispensación de medicamentos y productos sanitarios”, así como inspecciones periódicas al 30% de las compañías farmacéuticas y distribuidoras de medicamentos.