Terapéutica

El Servicio de ETS del País Vasco recomienda los sistemas cerrados tipo árbol para los antineoplásicos

El Servicio de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del País Vasco ha elaborado un informe, a partir de revisión de literatura y consultas a personal experimentado, para determinar el coste-efectividad de estos sistemas. Como conclusión, recomiendan los sistemas cerrados tipo árbol para los centros de Osakidetza, aunque sean un poco más caros.

El Servicio de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del País Vasco (Osteba) ha publicado un informe titulado 'Sistemas cerrados versus abiertos para la preparación y administración de fármacos citostáticos y biopeligrosos (Grupo 1 NIOSH): análisis de la evidencia científica, costes y requisitos organizativos', donde se recomienda "la sustitución progresiva de los sistemas abiertos o sistemas cerrados tipo valvular, por sistemas cerrados tipo árbol".

A esta conclusión han llegado tras realizar un estudio en el que se ha comparado la efectividad de los sistemas cerrados con los abiertos en relación con la preparación, el transporte, la administración y desecho de citostáticos y otros medicamentos peligrosos del Grupo 1 del National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH), referente en cuestión de seguridad, que aglutina a los antineoplásicos. Además, se ha estimado el incremento de costes que podría suponer la incorporación de sistemas cerrados y se han valorado los cambios organizativos que habría que introducir en los centros de Osakidetza.

Para ello, se ha producido, en primer lugar, a una revisión sistemática de la literatura científica disponible. En cuanto a los cambios organizativos, se ha tenido en cuenta la opinión de personal de Farmacia, Enfermería, Salud Laboral y Seguridad del Paciente "con probada experiencia", y el análisis de costes se aplicó a los tres tipos de sistemas identificados: abiertos, cerrado tipo árbol y cerrado valvular.

"La perspectiva que se tomó fue la del financiador (Osakidetza), de ahí que se hayan considerado únicamente los costes directos sanitarios asociados a la implantación de los sistemas cerrados de preparación y administración de los fármacos citostáticos y resto del Grupo 1 NIOSH a los que tendría que hacer frente esta organización en caso de implantación de estos dispositivos", apuntan los autores, que aclaran que solo se tomaron en consideración las variables que presentan diferencias en las fases de preparación y administración, ya que en transporte y eliminación no serían significativas.

Recomendaciones

Tras concluir la fase de investigación (se revisaron 25 estudios relacionados con efectividad y cuatro sobre costes), los autores concluyen que, "si bien no existe evidencia sólida sobre los beneficios del uso de los dispositivos cerrados frente a los sistemas abiertos, existe consenso en que el sistema cerrado tipo árbol presenta menos ocasiones de riesgo de exposición y por ello se considera más seguro".

En relación con los costes, apuntan que "los sistemas abiertos son los menos costosos, seguidos de los sistemas cerrados tipo árbol y de los de tipo valvular que son los más caros". Precisan que los cerrados tipo árbol y valvular incrementan el coste total del procedimiento de administración, en comparación con los abiertos en un 1,36 % y 1,77 %, respectivamante.

Recuerdan, antes de concluir, que la Ley 31/95, de Prevención de Riesgos Laborales, en su artículo 15, señala que "se ha de sustituir siempre que sea posible aquello que entrañe peligro para garantizar el menor riesgo al personal trabajador".

Por todo ello, y "teniendo en cuenta los resultados obtenidos", recomiendan la sustitución progresiva de los sistemas abiertos o sistemas cerrados tipo valvular, por sistemas cerrados tipo árbol en los cinco centros hospitalarios de Osakidetza en los que se proporciona atención oncológica".

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