El Grupo de expertos de la Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida (SPNS), el Grupo de Estudio de Sida (Gesida) y Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) han trabajado juntos en la actualización del 'Documento de Consenso para mejorar la adherencia a la farmacoterapia en pacientes con infección por VIH en tratamiento antirretroviral'. Concretamente, han desarrollado un borrador que estará abierto a las aportaciones de personas y organizaciones interesadas hasta el 3 de febrero, y al que, una vez cerrado, se le dará la difusión correspondiente, de modo que médicos, enfermeros, farmacéuticos y psicólogos, principalmente, se puedan servir de ella.
Uno de sus coordinadores es Ramón Morillo, del Servicio de Farmacia del Hospital de Valme, quien destaca, de este nuevo documento (se habían realizado actualizaciones previas en 2004 y 2008), su "cambio de visión, al pasar de centrarse exclusivamente en el tratamiento antirretroviral, a incorporar también la medicación concomitante". "El nuevo documento incorpora esa visión integral de la farmacoterapia, ya que queremos fomentar la adherencia a toda la medicación", explica.
La relevancia de este nuevo enfoque tiene que ver con el cambio del perfil del paciente VIH, que, en términos generales, indica Morillo, "ha envejecido". Tanto es así que, según los datos de las cohortes de estudio, más del 50% tienen ya más de 50 años biológicos. A esto hay que añadir que una de las consecuencias de la infección por VIH es la aceleración del envejecimiento fisiológico. Todo ello ayuda a comprender el porqué del aumento de comorbilidades y el de regímenes de polifarmacia.
En cuanto a la aplicación de dicho enfoque, cabe decir que éste se ha visto facilitado por las tecnologías aparecidas en la última década, principalmente, en lo que tiene que ver con los sistemas de información. "Antes, los hospitales no tenían acceso a información sobre la medicación concomitante que se dispensaba en las oficinas de farmacia. Hoy sí y eso nos permite hacer ese abordaje más integral", prosigue el farmacéutico del Hospital de Valme.
Algo en lo que también incide esta nueva guía es ampliar el foco de análisis sobre los problemas de adherencia, incorporando aspectos psicosociales. "Hasta ahora", reconoce Morillo, "habíamos avanzado en la adopción del enfoque multidisiciplinar, pero ahora abogamos por otro multidimensional. Hemos entendido que los aspectos psicosociales, cognitivos, económicos, o anímicos debe ser considerados".
Además, recoge un análisis de los métodos mejor valorados para medir la adherencia, entre los que sitúa los sistemas electrónicos que, según Morillo, cuyo uso sigue bastante circunscrito a los ensayos clínicos, sobre todo por su alto coste. En su opinión, y en la del resto de autores de la actualización del documento, la mejor fórmula de medición de la adherencia es "la combinación de los distintos métodos que tenemos a nuestro alcance, como los cuestionarios, los registros de dispensación, o la apreciación subjetiva del profesional", aunque a esta última se le reconocen bastantes limitaciones.
Modelos predictivos
Una novedad incorporada en el documento es la que afecta a los modelos predictivos de adherencia a partir de sistemas informáticos y bases de datos. Incluso han llegado a incluir un algoritmo que, no obstante, necesita ser validado. "Tenemos mucho campo. En el documento incluimos una herramienta, pero hay que analizarla en diversos campos asistenciales. Lo que está claro es que las nuevas tecnologías nos permitirán analizar más datos y poder predecir mejor", apunta Morillo.
El coordinador del documento concluye destacando la importancia del papel del farmacéutico hospitalario en la gestión de la adherencia de estos pacientes, un rol que se le reconoce ampliamente en el documento. No obstante, subraya la importancia de la superespecialización, "para poder entender todas las dimensiones del paciente y su patología, las fases por las que pasa, los diferentes patrones de los diferentes tipos de supervivientes". Esto es fundamental, a su juicio, para afrontar con éxito esta nueva era para el paciente VIH, con la complejidad añadida que supone la polifarmacia.