Sanofi y GSK han anunciado la firma de una carta de intenciones para establecer una colaboración para desarrollar una vacuna adyuvada, utilizando la tecnología innovadora de ambas compañías, para ayudar a abordar la pandemia en curso por Covid-19. Para ello, han establecido un Grupo de Trabajo de Colaboración Conjunta, para movilizar recursos de ambas compañías y han firmado un Acuerdo de Transferencia de Material para permitirles comenzar a trabajar juntas de inmediato, a la espera de que se cierren los términos definitivos en las próximas semanas.
La idea es que Sanofi contribuya con su antígeno, la proteína S del coronavirus SARS-CoV-2, que ha desarrollado basándose en el ADN recombinante, tecnología con la que ha producido una secuencia genética exacta a la de las proteínas que se encuentran en la superficie del virus. La secuencia de ADN que codifica este antígeno se ha combinado con el ADN de baculovirus, la misma plataforma de expresión en la que se basa la vacuna recombinante de Sanofi frente a la gripe registrada en los EEUU.
Por su parte, GSK contribuirá con su tecnología de adyuvantes con experiencia en vacunas pandémicas. En este sentido, indican que el uso de un adyuvante puede ser de particular importancia en una situación de pandemia, ya que puede reducir la cantidad de antígeno requerido por dosis, permitiendo que se produzcan más dosis de vacuna y, por lo tanto, contribuyendo a proteger a más personas.
En cuanto a la combinación de un antígeno basado en proteínas y un adyuvante, afirman que "está bien establecida y se utiliza en varias vacunas disponibles en la actualidad", con una repercusión positiva en la respuesta inmune, siendo ésta "más potente y duradera", además de que, como se decía, puede contribuir a mejorar la capacidad de suministro.
Las compañías planean iniciar los ensayos clínicos de fase I en la segunda mitad de 2020 y, si tienen éxito y se aprueban a nivel regulatorio, se pretende completar el desarrollo requerido de la vacuna para que esté disponible en la segunda mitad de 2021. Para ello, cuentan con apoyo financiero de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Avanzado Biomédico (Barda), en los Estados Unidos, y se están planteando solicitarlo también a otros gobiernos e instituciones globales.
Paul Hudson, CEO de Sanofi, ha comentado que "conforme el mundo enfrenta esta crisis de salud global sin precedentes, está claro que ninguna compañía puede avanzar sola, por lo que Sanofi continúa complementando su experiencia y recursos con nuestros pares, como GSK, con el objetivo de crear y suministrar cantidades suficientes de vacunas que ayuden a detener este virus".
Por su parte, Emma Walmsley, CEO de GSK, ha añadido que la unión de la ciencia y tecnologías de ambas compañías puede "ayudar a acelerar el esfuerzo global para desarrollar una vacuna para proteger frente a Covid-19 a tantas personas como sea posible".