Política

Pacientes con enfermedad hepática crónica valoran positivamente el MCDA para evaluar sus tratamientos

La utilización de la metodología Análisis de Decisión Multicriterio (MCDA) para la evaluación de tratamientos para la trombocitopenia grave (TCP) asociada a la enfermedad hepática crónica (EHC) en pacientes que se someten a procedimientos invasivos ha sido analizada en un encuentro de expertos organizado por Diariofarma.

La utilización de la metodología Análisis de Decisión Multicriterio (MCDA) para la evaluación de tratamientos para la trombocitopenia grave (TCP) asociada a la enfermedad hepática crónica (EHC) en pacientes que se someten a procedimientos invasivos fue una de las cuestiones que se han analizado en un encuentro de expertos organizado por Diariofarma.

Este encuentro de expertos, que ha contado con la colaboración de Shionogi y Omakase Consulting, además ha abordado cuestiones de interés para los pacientes hepáticos se ha llevado a cabo de forma telemática, ha reunido de forma telemática a Eva Pérez Bech, presidenta de la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH); Jesús Fargas, responsable de relaciones institucionales de la FNETH; Teresa Casanovas, hepatóloga y coordinadora del Comité Científico de la European Liver Patients’ association (ELPA) y presidenta de la Associació Catalana de Pacients Hepàtics (ASSCAT); Pilar Martínez, tesorera de ASSCAT; Josep Maria Martínez, presidente de la Associació de Malalts i Trasplantats Hepàtics de Catalunya (AMTHC); Jesús Escudero, paciente y asociado de la FNETH y a Maite Pujol Balart, paciente y asociada de ASSCAT.

Todos ellos participaron en febrero en un taller, esponsorizado por Shionogi y coordinado por Omakase Consulting, para determinar qué constituye valor en la TCP grave asociada a EHC que se someten a procedimientos invasivos desde la perspectiva de los pacientes en España utilizando metodología MCDA. Los participantes, que ahora han analizado qué les supuso esa participación, así como los resultados obtenidos, han coincidido en que la metodología es una manera sencilla y útil de hacer que la opinión y visión de los pacientes sea tenida en cuenta a la hora de valorar una enfermedad o el valor relativo de un medicamento.

Maite Pujol ha señalado que gracias a esta metodología “se pueden obtener resultados numéricos sobre lo que opinan los pacientes que, en definitiva, son los destinatarios”.

“No conocía la metodología, pero encuentro que es de gran utilidad”, señaló José María Martínez, quien aseguró que “permite identificar los criterios que aportan valor y te obliga a reflexionar sobre cada uno de ellos”. Por ese motivo, para él, “es básico ya que favorece la discusión de los resultados entre todas las partes implicadas” y lo que es “más importante, incorpora la visión de los pacientes”

Martínez ve muy relevante que se incluyan otros criterios en la evaluación de un medicamento ya que siempre se mira la eficacia, seguridad y coste, pero con el MCDA, se han “valorado otros aspectos como el beneficio terapéutico, la gravedad del problema o las necesidades no cubiertas”.

Por su parte, Jesús Fargas explicó que esta metodología permite “abordar y valorar la gravedad del problema y el tipo de beneficios que obtiene el paciente, terapéutico o preventivo”. Según él, todo esto condiciona también la información “para ganar en confianza y seguridad a la hora de que el paciente tome sus decisiones”.

Fácil de participar

En lo que se refiere a la complejidad de la metodología, todos han coincidido que con una breve explicación y una pequeña formación básica se alcanzaron las habilidades necesarias para participar. “De entrada me parecía difícil, pero una vez en la reunión transcurrió con mucha facilidad”, señaló Teresa Casanovas.

Por su parte, el presidente de AMTHC señaló que contar con una herramienta que te ayude a trabajar y que te ayude a alcanzar estas conclusiones “sería muy adecuada”. Además, considera que es relevante para tener en cuenta “la opinión y perspectiva de todas las personas involucradas (pacientes, farmacéuticos, hepatólogos, etc.) y se basa en la evidencia y en la reflexión de todos, en los diferentes criterios que se estudian”.

Los participantes también coincidieron en que el resultado, la priorización de aspectos relativos a la enfermedad y el tratamiento, resultó representativo de todos ellos. “Se puso el foco en las materias importantes”, señaló Martínez, que se mostró convencido de que el MCDA “ayuda a tener en cuenta a la hora de evaluar un fármaco el impacto en la calidad de vida y en el bienestar del paciente”.

Por su parte, Eva Pérez, destacó que con el MCDA se “recoge aspectos sociales, además de los clínicos”, por lo que desde el punto de vista del paciente “es mucho más completa”.

Jesús Escudero también señaló que la herramienta le resultó “bastante sencilla” y que tras debatir y aclarar algunos aspectos de interpretación “se alcanzó un consenso y acuerdo”. Por ese motivo, contar con una herramienta que cuente con la opinión de los pacientes es “fundamental para la tranquilidad de los propios pacientes”. Con él coincidieron Pilar Martínez y Maite Pujol que se mostraron satisfechas porque su opinión se integrara en el resultado de la evaluación.

Por último, Jesús Fargas explicó que la utilización de esta metodología debería ser “exportable” y utilizarse en otros ámbitos. “Tiene que cambiar la asistencia sanitaria; el enclave del sistema tiene que ir más hacia el paciente y no al revés. Tiene que haber más herramientas que mejoren la asistencia en un sentido muy integral, que lo multidisciplinar desde el punto de vista de la asistencia sea algo mucho más rutinario y no compartimentos estancos”, aseguró.

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