La Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) ha anunciado la publicación de un documento titulado 'Evaluación del riesgo por contagio de coronavirus SARS-CoV-2 y medidas preventivas recomendadas en la prestación de servicios profesionales farmacéuticos asistenciales', en el que, de forma práctica, han tratado de analizar las medidas de prevención de riesgos necesarias para continuar con la actividad asistencial en las farmacias comunitarias de forma segura, tanto para los pacientes y usuarios como para el personal de farmacia.
Vicente Baixauli, coordinador del documento, en el que habría colaborado más de una decena de farmacéuticos, explica que el hecho de que la farmacia comunitaria se convierta, en algunos casos, en la primera puerta de entrada al sistema sanitario "condiciona que, tanto los pacientes y usuarios, como los profesionales sanitarios que ejercen en ella, estén potencialmente expuestos a agentes biológicos peligrosos altamente transmisibles, no solo coronavirus". De ahí la necesidad de promover prácticas seguras en la prestación de todos los servicios que se llevan a cabo dentro de este establecimiento sanitario.
Para ello, el texto hace una revisión de la normativa y la documentación vigente en el terreno de la seguridad y salud laboral y su aplicación al ámbito clínico del farmacéutico comunitario, así como un repaso y una evaluación del impacto que la pandemia por coronavirus puede tener en la prestación de servicios como los dispensación, indicación, sistemas personalizados de reacondicionamiento, medición de parámetros somatométricos y clínicos, cesación tabáquica, medición y control de la presión arterial, etc.
Así, se evalúa el riesgo de contagio por coronavirus SARS-CoV-2 en función del grado de contacto con el paciente, la duración y frecuencia, las características del paciente, el material que haya que utilizar, etc., y se plantean medidas preventivas para la erradicación, reducción y mitigación de dichos riesgos.
Junto a estas propuestas, se sugieren algunas medidas preventivas para los pacientes y usuarios, en función de si hay contacto directo, verbal/respiratorio o con fómites, y dan algunas directrices para labores de almacenamiento, recepción de medicamentos, limpieza, cambio de ropa del personal, retirada de residuos, etc.
Finalmente, en el documento se analizan los distintos equipos de protección individual que pueden usarse en la farmacia durante la prestación de estos servicios (mascarillas, gafas, guantes, batas) y se incorpora un protocolo sobre limpieza y desinfección, del que excluyen el ozono y dióxido de cloro, una práctica que, recuerdan, "está desaconsejada tanto por el Ministerio de Sanidad como por la Sociedad Española de Sanidad Ambiental".