Entre los estudios presentados en el congreso virtual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), varios documentan las ventajas de incorporar la Atención Farmacéutica a los planes terapéuticos contra el cáncer.
Uno de los estudios admitidos por la organización, firmado por Roberto P. Fonseca y su equipo, muestra que la AF está directamente relacionad con altas tasas de adherencia terapéutica, incluso en escenarios clínicos en los cuales los efectos adversos son frecuentes, y la presenta como una forma de contener el gasto en la atención a los pacientes con cáncer.
Este trabajo se basa en la extensión de los tratamientos orales del cáncer, “cada vez más empleados y costosos”. Su objetivo era desarrollar una intervención basada en la AF para promover el empleo adecuado de la medicación y la identificación precoz de efectos adversos. Así, facilitarían la puesta en marcha de estrategias en este escenario clínico, permitiendo el manejo óptimo de los recursos financieros.
Con un modelo “cuasi-experimental”, incluyeron pacientes consecutivos tratados en el hospital oncológico Belo Horizonte de Brasil, todos ellos en tratamiento con fármacos orales.
Los pacientes acudieron a consultas frecuentes con farmacéuticos al inicio de cada ciclo de terapia. La consulta consistió en una evaluación de la adherencia y de los efectos adversos. También se tuvo en cuenta el precio de cada medicamento y se utilizaron las dosis olvidadas en el siguiente ciclo.
Con más de 1.200 pacientes, los fármacos más empleados fueron tamoxifeno (44%), anastrazol (34%) y capecitabina (3%). En total, se llevaron a cabo 10.640 consultas, lo que equivale a un promedio de 887 consultas mensuales, 8,7 por paciente. El 88,6% de los pacientes cumplieron la terapia. Los efectos adversos registrados fueron sofocos (42%), síndrome musculoesquelético (22%), fatiga (14%) y calambres (7%). La atención farmacéutica tuvo como resultado el ahorro de 4.067 dosis, por valor de 136.854,89 dólares.
Un impacto drástico
De “drástico” califican otros investigadores el impacto de la labor de los farmacólogos clínicos en los resultados en salud y la sostenibilidad en la atención a pacientes con mieloma múltiple. De hecho, estos autores invitan a llevar a cabo la misma investigación en otras clínicas oncológicas.
En este trabajo, el punto de partida fueron las mejoras en el tratamiento del cáncer y la aprobación de tratamientos orales en la última década, que han tenido como resultado un creciente número de pacientes ambulatorios.
En la transición a la atención ambulatoria los autores evaluaron la puesta en marcha de una consulta con un profesional de la farmacia especializado en mieloma múltiple en un periodo de 39 días. Se contabilizaron 241 consultas y 474 intervenciones por parte de dicho profesional: educación sobre terapias (9/), ajustes de dosis (82) y conciliación de los tratamientos (63).
El valor monetario de las intervenciones fue de 189.441 dólares, con una predicción anual de 757.764 dólares.
Satisfacción de los pacientes
Los pacientes en cuyo plan de atención se incluyen consultas con farmacéuticos especializados en oncología para evaluar el cumplimiento valoran la intervención como un “tiempo bien invertido” en otro estudio presentado en esta edición del congreso anual de ASCO.
En este caso las consultas también se dirigieron a pacientes tratados con medicamentos orales. Además de la evaluación de los regímenes terapéuticos, la adherencia y la seguridad, se concedió un tiempo exclusivamente dedicado a que los pacientes plantearan sus dudas y preocupaciones. Los pacientes rellenaron cuestionarios al término de cada consulta.
A similares conclusiones llevó un análisis sobre la intervención de profesionales de farmacia en el manejo de efectos secundarios del tracto digestivo por quimioterapia. En este caso, además, se documentó un menor empleo de otros recursos, como los servicios de urgencias. La intervención de los farmacéuticos fue particularmente valorada por los pacientes.