El diario estadounidense The Whasington Post ha recogido unas declaraciones de Judd Deere, portavoz de la Casa Blanca, que muestran el rechazo de la Casa Blanca a Covax Facility, la iniciativa global promovida por la Alianza GAVI, laCoalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI) y la OMS para impulsar el desarrollo, la producción y el acceso global a las vacunas para la Covid-19. En este último caso, el del acceso, poniendo el énfasis en garantizarlo para los países de ingresos medios y bajos que pudieran tener más problemas en un entorno competitivo.
"Los Estados Unidos mantienen el compromiso con sus socios internacionales para garantizar que derrotamos al virus, pero no estaremos constreñidos por organizaciones multilaterales influencias por las corruptas OMS y China", dijo Deere, según este diario, que alude a divisiones en el seno de la Administración que dirige Donald Trump por este motivo.
En la información publicada por el medio norteamericano opinan varios expertos, que advierten de los riesgos que conlleva la apuesta del excéntrico presidente, la cual consiste, básicamente, en fiar la futura inmunización de la población estadounidense al éxito de algunos de los proyectos en los que sí están participando y de los que se han apresurado a garantizarse un buen número de existencias (véanse los de Moderna, Pfizer o AstraZeneca).
Los problemas, explican, pueden venir si esas vacunas resultan poco o nada efectivas para prevenir la Covid-19 y que sí lo sean, en cambio, alguna de las que se desarrollen en el marco de Covax Facility (en la información se habla de unos 10 proyectos). En ese caso, la actitud de la Administración estadounidense podría derivar en dificultades para acceder a dichas vacunas. Otro de los expertos citados abre la puerta a que, finalmente, opten por participar en la iniciativa de una forma indirecta, a través de la Alianza GAVI, con la que siguen colaborando y a la que financian.
Cabe destacar que esta misma semana se producía el anuncio, por parte de la Comisión Europea, de la participación en esta iniciativa con la aportación unos 400 millones de euros. Las posiciones de Europa y Estados Unidos en lo que respecta al acceso a las vacunas y los tratamientos para la Covid-19, según se extrae de las declaraciones públicas de los responsables políticos de ambas partes, parecen alejadas.
La Administración estadounidense se vio envuelta en la polémica también la semana pasada por unas declaraciones de Stephen Hahn, responsable de la FDA, a Financial Times y recogidas por The British Medical Journal en las que admitía la posibilidad de asignar una autorización de uso de emergencia a una vacuna para la Covid-19 con sello americano antes de que concluya el ensayo clínico de fase III. Días después habría matizado sus palabras, asegurando que la evidencia científica será la guiará las decisiones de la Agencia americana. Hay voces que apuntan a presiones desde el Ejecutivo, para poder llegar a las elecciones, que están previstas para el próximo día 3 de noviembre, con una vacuna aprobada.
Es esperable, en este sentido, que tanto republicanos, liderados por Trump, como demócratas, encabezados por Joseph Biden, traten de explotar durante las semanas que restan las cuestiones relativas a la gestión de la pandemia. Se puede prever, en este sentido, que Trump dará continuidad al discurso nacionalista con el que llegó al poder, plasmado en el famoso lema American First. Eso pone fácil a Biden el poder presentarse como el candidato de la tolerancia y el multilateralismo, una posición más alineada con la mostrada por Europa durante la crisis sanitaria.