El Consejo Interterritorial del SNS (CISNS) ha aprobado este jueves el documento ‘Actuaciones de respuesta coordinada para hacer frente a la pandemia por covid-19’ en el que se recogen los criterios para establecer diferentes niveles de riesgo para una serie de indicadores así como las medidas a tomar en caso de los niveles de alerta que se establecieran en función de los indicadores.
Este documento identifica ocho indicadores principales y otros 20 secundarios que permiten hacer seguimiento de la evolución de la pandemia. Además, sobre los principales se ha establecido una serie de niveles que estratifican el riesgo desde la ‘nueva normalidad’ hasta el riesgo muy alto. A partir de la valoración de los riesgos de cada uno de estos indicadores, se establece el nivel de alerta a aplicar en cada uno de los territorios.
A partir de estos criterios, Diariofarma ha realizado una estimación acerca de los niveles de alerta en los que se encontrarían cada una de las comunidades autónomas. Pese a la dificultad de valoración ya que de tres de los ocho indicadores no hay información pública, la realidad es que con solo cinco de los indicadores habría 10 comunidades, además de las dos ciudades autónomas, en situación de un nivel de alerta 3 o 4. Se trata de todas menos Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Comunidad Valenciana, Extremadura y Galicia.
Pese a esta estimación realizada por Diariofarma, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, ha asegurado en el transcurso de la rueda de prensa en la que se ha valorado este documento que no han valorado cuántas comunidades estarían en cada nivel de alerta. A preguntas de los periodistas Simón ha dicho que “tal vez una estaría al borde del nivel máximo”.
Este documento, que ha sido aprobado por todas las comunidades autónomas, excepto País Vasco y Madrid, establece un marco de criterios comunes para la interpretación de los indicadores epidemiológicos, acordado técnicamente por todas las CCAA. Además, estaría dirigido a garantizar la coordinación suficiente entre territorios, posibilitando que las CCAA tomen las medidas complementarias que consideren oportunas.
Además de los indicadores y los diferentes niveles que dan lugar a estimar cada uno de los riesgos y la asignación al nivel de alerta oportuno, el documento establece las medidas mínimas a poner en marcha en caso de que un territorio se encuentre en un determinado nivel de alerta. Según se explica por el Ministerio “serán las comunidades autónomas quienes decidirán cuándo y qué medidas se aplican. Antes de su implantación, informarán de ello al Ministerio de Sanidad. De forma coordinada con el Ministerio, revisarán de forma periódica la situación epidemiológica para valorar, mantener o modificar el nivel de alerta y las medidas aplicadas”.
A este respecto, llama la atención que, en relación con los borradores iniciales, Sanidad ha corregido algunas de las medidas que dejaban entrever la asunción de la transmisión por aerosoles del virus. En concreto, tal y como publicó El Mundo, una de las limitaciones que establecía el plan se dirigía a la prohibición del canto en los lugares de culto, algo que solo tiene sentido en caso de esta transmisión. Esa prohibición ha desaparecido del documento final aprobado.
Semanas muy duras
Más allá, a lo largo de la rueda de prensa posterior al CISNS, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha alertado de que “afrontamos semanas muy duras” y que la segunda ola es ya una “realidad”.
Según Illa, el documento aprobado “fija un marco de actuación común con los mecanismos de adaptación a cada comunidad autónoma” y establece los “criterios de evaluación del riesgo”.
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Carmen Martínez, portavoz del Grupo Socialista en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados: 
Margarita de la Pisa, eurodiputada de Vox.: 
Ion Arocena, director general de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio): 
Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad:
Diariofarma y cualquier particular es capaz de hacer la valoración antes que el propio Gobierno. Da que pensar aunque no sorprende. La situación es crítica pero se reacciona muy lento otra vez. No se ha aprendido mucho. Lo único que nos salva de estar como en marzo es el uso generalizado de la mascarilla, no el trabajo de los políticos. ¿Servirá de algo este documento que les ha llevado semanas redactar?