El actual modelo farmacéutico de atención a las residencias de la Comunidad de Madrid ofrece un servicio eficaz, competente y de confianza. Esta es una de las principales conclusiones que destacaron los asistentes al webinar “El papel de la farmacia en el sector sociosanitario”, organizado por la Asociación de Empresarios de Farmacias de Madrid (Adefarma).
El encuentro reunió a representantes del sector farmacéutico, a patronales de atención a la dependencia y a la Administración Pública para analizar el actual modelo de gestión farmacéutica en residencias de la Comunidad de Madrid, sus ventajas e inconvenientes para los usuarios y la necesidad de una propuesta de modelo con proyección de futuro.
Durante la inauguración, el presidente de la Confederación Empresarial de Madrid CEOE (CEIM), Miguel Garrido, transmitió su agradecimiento, en nombre de todos los empresarios madrileños, a los farmacéuticos, “un sector empresarial que ha tenido y tiene una importancia capital en estos momentos de emergencia sanitaria, social y empresarial”.
La viceconsejera de Política Social, Igualdad y Familia de la Comunidad de Madrid, Silvia Sánchez, también hizo un reconocimiento a los farmacéuticos como aliados estratégicos y afirmó que son “un agente de proximidad básico y prioritario”. Asimismo, puso en valor el papel social tan importante que desempeñan para “detectar la soledad no deseada”, en personas mayores que viven en su hogar, así como su implicación en el ámbito sociosanitario. “Si queremos avanzar hacia modelos de atención centrados en la persona hemos de construirlo juntos y contando con todos los agentes que intervienen”, apuntó
Para reflexionar sobre la labor que están llevando a cabo los farmacéuticos comunitarios en las residencias, el presidente de Adefarma, Cristóbal López de la Manzanara, se cuestionó qué habría pasado si, en esta situación de pandemia que estamos viviendo, tal como establece el Decreto Ley 16/2012, de 20 de abril, las residencias de más de 100 plazas estuvieran atendidas por los hospitales, en lugar de por los farmacéuticos comunitarios. En su opinión, la respuesta está clara: “Hubiera sido un caos”. Por eso, hizo un llamamiento a la Comunidad de Madrid, para que valoren concienzudamente cuál es el mejor modelo de farmacia que se puede ofrecer a las personas mayores que están institucionalizadas.
López de la Manzanara insistió en que es importante que se elimine la diferenciación en el trato a las residencias de más de 100 camas con respecto a las que tienen menos de 100. También considera fundamental que los centros sociosanitarios puedan elegir libremente la farmacia y el farmacéutico que les atiende, sin que la Administración intervenga. De hecho, argumentó que los farmacéuticos comunitarios tienen más capilaridad para llegar y atender a las residencias de más de 100 plazas que los propios hospitales, cuyo sistema está más burocratizado. “Las farmacias tenemos contacto directo con las residencias y conocemos sus necesidades y la de sus usuarios”. Además, ha sostenido que el que los farmacéuticos comunitarios trabajen con estos centros es menos costoso para la Administración.