El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), Luis González, ha defendido la necesidad de protocolizar la actuación profesional, de modo que el farmacéutico disponga de datos sobre las consultas atendidas en relación con los principales síntomas menores, así como la medicación indicada para tratar estas dolencias.
“Este registro de datos permitirá a la oficina de farmacia disponer de una valiosa fuente de información para poner en valor tanto los resultados en salud como el ahorro en costes sanitarios para el SNS y desarrollar una colaboración interprofesional eficaz”, ha sostenido
González Díez ha realizado estas manifestaciones durante su intervención en el 40 Symposium de la Asociación Española de Farmacéuticos de la Industria, dentro de la mesa redonda ‘Medicamentos sin receta: ¿qué les depara el futuro?’. El presidente del COFM ha abordado el papel del farmacéutico de oficina de farmacia en la promoción del autocuidado del paciente y el uso adecuado de los medicamentos de venta libre, “una oportunidad para implicar de forma activa al ciudadano en el cuidado de su salud gracias al consejo profesional”, ha asegurado.
El presidente se ha referido al estudio en marcha que el Colegio impulsa junto con la Sociedad Española de Farmacia Asistencial, Farmacéutica y Comunitaria (Sefac) en la farmacia madrileña sobre el servicio de indicación farmacéutica en la gestión de 31 síntomas menores (acidez, congestión nasal, cefalea, dolor de garganta, síndrome catarral, tos o vómitos, entre otras consultas frecuentes de los pacientes).
En total, 128 farmacéuticos de 89 farmacias de la Comunidad de Madrid han realizado 1.090 registros de datos de pacientes hasta la fecha, que se corresponden en un 89% de los casos con consultas sobre un determinado síntoma o dolor y en un 11% con la demanda de un tratamiento concreto.
Tras seis meses de seguimiento, el farmacéutico modificó la demanda del tratamiento hecha por el paciente en ocho de cada diez consultas, bien porque no se ajustaba al síntoma que presentaba, porque había alternativas más eficaces o porque se podrían producir interacciones con otras terapias en curso.
Entre otros resultados, González ha resaltado que menos del 10% del total de casos se derivaron al médico, lo que quiere decir que se prestó indicación farmacéutica en nueve de cada diez casos.
La actuación profesional no se limitó a este primer contacto con el paciente, sino que, al cabo de diez días, los farmacéuticos contactaron con los pacientes, bien por teléfono o SMS, para conocer cómo estaban y constatar si se había producido una mejoría del síntoma menor y, con ello, un cambio en su calidad de vida que el propio paciente valora en una escala del 0 al 10.
“Ocho de cada diez pacientes afirmaron que se había producido una mejoría del síntoma menor, gracias a la intervención del farmacéutico y gracias también al remedio indicado, lo que demuestra la eficacia tanto del profesional como del tratamiento”, ha señalado.
En opinión de Luis González, “se trata de una nueva forma de hacer farmacia y de innovar en la gestión del tratamiento a través de la farmacia”, ya que, entre otras ventajas, permite hacer un seguimiento de resultados, “una de las grandes lagunas de nuestro sistema de salud, muy activo en tratar, en prestar servicios, pero no tanto en generar resultados en salud”.
Otra de las virtudes del servicio de indicación que aspira a integrarse en la práctica habitual de la farmacia es que ayuda a fidelizar a los pacientes a través de una atención personalizada y permite ofrecer el mismo tratamiento o respuesta profesional a los ciudadanos en función del síntoma o problema que se presente, porque se trata de protocolos consensuados entre médicos y farmacéuticos, según ha explicado.
El presidente del Colegio ha finalizado subrayando que el servicio de indicación farmacéutica en síntomas menores “es una estrategia ganadora para todos, porque nos ayudaría a resolver en la farmacia miles de consultas diarias por síntomas menores que colapsan el sistema”. Asimismo, “nos permitiría hacer un seguimiento eficaz para conocer los resultados, reforzar la adherencia y cumplimiento de las terapias y reducir así el número de ingresos hospitalarios y muertes asociadas a los problemas relacionados con los medicamentos”.