El Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Valencia, la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) y el Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada (GIAF-UGR) han presentado los resultados de un estudio, para cuyo diseño también se ha contado con la Consellería de Sanitat valenciana, Semergen y Semfyc, relacionado con el servicio de indicación para síntomas menores en el ámbito de la farmacia comunitaria (Indica+Pro).
Concretamente, el objetivo del estudio era el de valorar el impacto clínico, humanístico y económico derivado de la atención a los síntomas menores desde la farmacia comunitaria, en comparación con la consulta de atención primaria. Para ello, se procedió a un registro de datos de las indicaciones en 12 síntomas menores cuyos protocolos de actuación y derivación se consensuaron entre las sociedades científicas citadas y el COF. Concretamente, los citados síntomas son acidez, cefalea, congestión nasal, diarrea, dolor de garganta, dolor menstrual, flatulencia, herpes labial, pie de atleta, síndrome catarral/gripal, tos y vómitos.
El estudio se ha realizado a lo largo de seis meses y en él han participado 27 farmacias de 21 municipios, 42 profesionales farmacéuticos, tres centros de salud, con tres médicos de Atención Primaria, así como 886 pacientes que han aceptado colaborar en el proyecto. Como resultado, según lo apuntado por Noelia Amador, miembro de GIAF-UGR y farmacéutica del Departamento Técnico de Sefac, se ha determinado un posible ahorro de hasta 121 millones de euros anuales en la Comunidad Valenciana entre los pacientes que acudieran directamente a una farmacia comunitaria ante síntomas menores, debido a que se evitaría un uso inadecuado de los recursos del sistema sanitario en Atención Primaria, servicios de Urgencia, e ingresos hospitalarios, así como un importante ahorro en medicamentos innecesarios, disminuyendo la automedicación. Todo ello teniendo en cuenta que, según el estudio, casi un 70% de las consultas por síntomas menores podrían transferirse y tratarse en la farmacia comunitaria.
Además, se ha estimado que cada paciente que acude a la botica, en lugar de la Atención Primaria, para tratar un síntoma menor le supone un ahorro al sistema sanitario de 52 euros, mientras que el que acude a la farmacia en lugar de a atención continuada para el tratamiento de este tipo de problemas de salud implica un ahorro al sistema de 102 euros. También han calculado que la disminución de consultas en Atención Primaria permitiría a los médicos mayor disponibilidad para el tratamiento de pacientes complejos, así como incrementar la accesibilidad del paciente al sistema sanitario.
Aumento de la seguridad
Otro aspecto que habrían detectado con este estudio, indican, es que la práctica colaborativa entre farmacéuticos y médicos en la elaboración de protocolos consensuados permite incrementar la seguridad al paciente mediante la derivación apropiada al médico de pacientes. Se percibió la derivación al centro de salud del 7,4% en aquellos pacientes que consultaron por un síntoma menor y del 6,8% cuando demandaron un medicamento para estos problemas de salud en la farmacia. Además, según el estudio, la prestación de un servicio protocolizado desde la farmacia comunitaria permitiría un incremento en la modificación del tratamiento demandado por el paciente para automedicación, lo que también contribuye a la seguridad.
Amador ha resaltado que el modelo de ordenación farmacéutica actual permite que casi la totalidad de la población disponga de una farmacia en su propio municipio, "garantizando el acceso a la atención sanitaria a nivel nacional", lo que, en el caso de este servicio, implicaría beneficios importantes para la salud de la población sin la necesidad de inversión para ponerlo en marcha.
Actuaciones basadas en la evidencia
Hecha la presentación, Jaime Giner, presidente del COF, ha destacado que es esencial que la farmacia comunitaria “fundamente sus actuaciones en estudios y protocolos normalizados según la evidencia científica disponible, y que dichas actuaciones estén consensuadas con los médicos que van a recibir las derivaciones y cuya consulta excede del ámbito de la indicación farmacéutica y el autocuidado”. Además, ha aprovechado para reivindicar que se incluya a los farmacéuticos dentro la planificación sanitaria, así como en los planes de salud, porque, ha explicado, "la colaboración entre profesionales sanitarios es clave para avanzar en la sanidad del futuro, una sanidad basada en una atención integral e integrada, que además genera ahorros que son totalmente demostrables".
Por su parte, Maite Climent, presidenta de Sefac Comunitat Valenciana, ha puesto en valor el servicio de indicación farmacéutica, el cual, realizado en colaboración con los médicos, "puede jugar un papel esencial en el autocuidado de los pacientes y, en especial, en la automedicación responsable". Y ha añadido: "Tampoco debemos olvidar su importancia en la detección de problemas de salud más severos que exijan una derivación rápida a la consulta médica".