Las sociedades científicas Asociación Española de Pediatría (AEP), Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (SEPEAP), Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y Asociación Española de Enfermería Pediátrica (AEEP), que reúnen a más de 30.000 profesionales, entre médicos de familia, pediatras y enfermeras, rechazan el Plan Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria 2022-2023 presentado por el Ministerio de Sanidad, por no incluir propuesta alguna para las especialidades de Pediatría ni tampoco de Enfermería Pediátrica, entre otras razones.
Los especialistas en Pediatría forman parte de la Atención Primaria de nuestro país desde el RD 137 de Estructuras básicas de Salud, promulgado en 1984. Desde entonces, asisten a los recién nacidos, lactantes, niños/as y adolescentes y acompañan a las familias españolas supervisando su crianza en los más de 13.000 centros de salud y consultorios del Sistema Nacional de Salud.
Los especialistas infantiles del primer nivel asistencial promocionan la salud y previenen la enfermedad de los más de 6,3 millones de niños menores de 14 años de nuestro país. La ausencia de estas especialidades del primer nivel asistencial generaría inequidad y barreras al acceso a la salud de los niños/as y adolescentes, más importantes en las familias con menos recursos, aquellas que no pueden costearse acceder a los especialistas en pediatría fuera de la sanidad pública. Todo ello conllevaría un deterioro en los indicadores de salud de la población infanto-juvenil. Debemos recordar que los niños/as tienen derecho a la mejor atención sanitaria disponible, y que la base de la salud en el adulto es la prevención en la infancia.
Es indignante para las familias españolas cómo este plan se “olvida” de citar a la pediatría y enfermería pediátrica a la hora de realizar intervenciones concretas, con las que se pretende mejorar y favorecer la incorporación a las plazas, ofreciendo mejores condiciones laborales y estabilidad. Este nuevo Plan parece una mera declaración de intenciones, pues no va acompañado de memoria económica, ni de aumento de inversiones en Atención Primaria. Tampoco se proponen cifras concretas de plantillas, ni se valora el tiempo necesario para desarrollar una adecuada labor asistencial.
Los gestores no pueden escudarse en que no hay profesionales (médicos de familia, pediatras o enfermeras pediátricas). Desde el mismo Gobierno, en palabras de la vicepresidenta Yolanda Díaz, se reconoce que "no faltan trabajadores, sino condiciones adecuadas y atractivas de contratación".
Urgen medidas reales institucionales en el ámbito político, académico y sanitario que proporcionen recursos, empoderen y hagan atractiva la Atención Primaria para los ciudadanos, y también, para los profesionales, pues ha demostrado de sobra su capacidad resolutiva y eficiencia para el sistema sanitario y para la población. El retorno de la inversión en Atención Primaria es superior a otros niveles asistenciales.
Mantener una Atención Primaria robusta, que incluya profesionales específicos para los niños es esencial para la salud de la población a lo largo de la vida.
Las sociedades y asociaciones profesionales esperamos que los responsables sanitarios estatales y de las comunidades autónomas rectifiquen y eviten que los menores y sus familias pierdan a sus mejores aliados: los pediatras, médicos de familia y enfermeras pediátricas que los acompañan y cuidan en Atención Primaria.