Un estudio de la Universidad de Tel Aviv ha descubierto alrededor de 100.000 nuevos tipos de virus previamente desconocidos, un aumento de nueve veces en la cantidad de virus de ARN conocidos por la ciencia hasta ahora.
Los virus se descubrieron en datos ambientales globales de muestras de suelo, océanos, lagos y una variedad de otros ecosistemas. Los investigadores creen que el descubrimiento puede ayudar en el desarrollo de medicamentos antimicrobianos y en la protección contra hongos y parásitos dañinos para la agricultura.
El estudio fue dirigido por el estudiante de doctorado Uri Neri bajo la dirección del Prof. Uri Gophna de la Escuela Shmunis de Biomedicina e Investigación del Cáncer en la Facultad de Ciencias de la Vida George S. Wise de la Universidad de Tel Aviv. La investigación se realizó en colaboración con los organismos de investigación NIH y JGI con sede en EE. UU., así como con el Instituto Pasteur de Francia. El estudio fue publicado en la prestigiosa revista Cell y comprendió datos recopilados por más de cien científicos de todo el mundo.
Los virus son parásitos genéticos, lo que significa que deben infectar una célula viva para replicar su información genética, producir nuevos virus y completar su ciclo de infección. Algunos virus son agentes causantes de enfermedades que pueden causar daño a los humanos (como el coronavirus), pero la mayoría de los virus no nos hacen daño; algunos de ellos incluso viven dentro de nuestros cuerpos sin que nos demos cuenta.
Uri Neri dice que el estudio utilizó nuevas tecnologías computacionales para extraer información genética recopilada de miles de puntos de muestreo diferentes en todo el mundo: océanos, suelo, aguas residuales, géiseres y más. Los investigadores desarrollaron una herramienta computacional sofisticada que distingue entre el material genético de los virus de ARN y el de los anfitriones y lo utilizaron para analizar los grandes datos. El descubrimiento permitió a los investigadores reconstruir cómo los virus sufrieron diversos procesos de aclimatación a lo largo de su desarrollo evolutivo para adaptarse a diferentes huéspedes.
Al analizar sus hallazgos, los investigadores pudieron identificar virus sospechosos de infectar a varios microorganismos patógenos, lo que les permitió controlarlos. "El sistema que desarrollamos hace posible realizar análisis evolutivos en profundidad y comprender cómo se han desarrollado los diversos virus de ARN a lo largo de la historia evolutiva", explica el profesor Gophna. "Una de las preguntas clave en microbiología es cómo y por qué los virus transfieren genes entre ellos. Identificamos varios casos en los que tales intercambios de genes permitieron que los virus infectaran nuevos organismos".
"Además, en comparación con los virus de ADN, la diversidad y las funciones de los virus de ARN en los ecosistemas microbianos no se comprenden bien. En nuestro estudio, encontramos que los virus de ARN no son infrecuentes en el panorama evolutivo y, de hecho, en algunos aspectos son no tan diferente de los virus de ADN Esto abre la puerta para futuras investigaciones y para una mejor comprensión de cómo los virus pueden aprovecharse para su uso en medicina y agricultura".