Profesión

Escasez: un problema multifactorial al que el sector reclama soluciones

Las actuaciones profesionales frente a los desabastecimientos impiden que la situación llegue a afectar a los pacientes. No obstante, el sector reclama soluciones que ayuden a mitigar aún más estos problemas de escasez que tienen un origen multifactorial.

Los desabastecimientos (o, según el nuevo término a utilizar, escasez) de medicamentos no son nuevos, ni se deben factores concretos. Es una situación que se lleva identificando desde hace años, y que tiene, tal y como explicó el vocal Nacional de Industria del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), Jorge Vazquez, origen en aspectos técnicos, económicos, logísticos y regulatorios.

Así lo explicó Vázquez a lo largo de su intervención en la mesa de debate Desabastecimientos ¿Qué está pasando? que ha tenido lugar en Infarma Barcelona 2023. Junto al vocal del CGCOF han participado, bajo la moderación del vicepresidente primero del COF de Madrid, Óscar López, Mercè Barau, farmacéutica titular de oficina de farmacia en Barcelona; Salvador Cassany Pou, jefe del Servicio de Control Farmacéutico y Productos Sanitarios de la Dirección General de Ordenación y Regulación Sanitaria del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña; Esther Cobo García, jefa del Área de Control de Medicamentos del Departamento de Inspección y Control de medicamentos de la Aemps y Juan Pedro Rísquez Madridejos, vicepresidente del CGCOF.

Vázquez explicó los distintos orígenes que puede tener un problema de suministro que, actualmente, según los datos recogidos por la Aemps, afecta a 745 medicamentos. A los problemas técnicos y logísticos, Vázquez sumó los problemas económicos y de política farmacéutica que condicionan los precios de los medicamentos, así como otros aspectos regulatorios que impactan en las cadenas de suministro como las obligaciones respecto de los suministradores y fabricantes alternativos en caso de un problema.

Por todo ello, el vocal del CGCOF planteó como áreas de mejora, crear incentivos para medicamentos esenciales, mayor flexibilidad a nivel regulatorio, impulsar los prospectos electrónicos, garantizar la estabilidad y sostenibilidad del mercado en un entorno de precio predecible, así como potenciar la innovación incremental.

Por su parte, Mercé Barau explicó los problemas que un farmacéutico se encuentra a pie de mostrador ante los problemas de suministro existentes. Barau insistió en lo sencillo que podría ser en muchos casos dar solución a los pacientes facilitando la sustitución por parte de los farmacéuticos, como sucedió hace unos meses en el caso de las amoxicilinas pediátricas. Eso sí, esta farmacéutica lamentó que para habilitar a los farmacéuticos en este caso, se tuvo que llegar a crear una alarma social en los medios de comunicación. Por ese motivo, la farmacéutica pidió “dar más marte de recorrido” las farmacias ante las situaciones de desabastecimiento.

Salvador Cassany destacó que hay veces que los problemas de suministro “pueden provocar problemas de salud pública e incluso con situaciones de riesgo para los pacientes” y planteó que las administraciones autonómicas “tienen poco margen de actuación” frente a los desabastecimientos, aunque sí pueden influir y concienciar a Ministerio y Agencia para actuar. Lo que sí explicó es que tratan de detectar de forma precoz los problemas de suministro para determinar si es un problema puntual o puede tener un alcance superior.

Desde el CGCOF, su vicepresidente Juan Pedro Rísquez, quiso presentar dos herramientas que tiene la corporación farmacéutica para luchar contra los desabastecimientos. Por un lado, el sistema de información Cismed y, por otro, Farmahelp, que ayuda a las farmacias a encontrar medicamentos con problemas de suministro, por lo que instó a focalizarse en estas herramientas que nacen de los colegios. Rísquez también quiso llamar a la tranquilidad en relación con la dimensión del problema de los desabastecimientos ya que “no estamos en Zimbabue” y, además, “nueve de cada 10 casos pueden ser solucionados por el farmacéutico” sin que llegue a generarse un problema en el paciente. No obstante, esto no es gratis ya que, según dijo, los farmacéuticos dedican “siete horas semanales a buscar solución a los problemas de suministro”.

Por último, Esther Cobo también quiso tranquilizar acerca de la magnitud del problema y señalar que el 96% de los medicamentos no presentan ningún problema. Según ella, aunque los números parecen decir otra cosa, los problemas de suministro se mantienen estables, aunque en los últimos años se ha ido mejorando la notificación y, por eso parece que hay más casos. Lo más relevante es que solo un 0,33% de los casos puede tener un impacto relevante sobre los pacientes.

Para tratar de atajar este problema, desde las autoridades regulatorias se ha pedido a los titulares de las autorizaciones de comercialización, especialmente de los medicamentos críticos, que cuenten con planes de prevención de situaciones de escasez, término que se quiere implantar para hablar de todos estos problemas de abastecimiento. Igualmente, señaló que la propia agencia tiene previstos planes de contingencia para actuar, por ejemplo, paralizando exportaciones, en caso de un problema de escasez. Otras actuaciones serían la comercialización excepcional o la búsqueda de medicamentos alternativos, por ejemplo.

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