Terapéutica

Colaboración hispano lusa para descubrir fármacos que inactiven los efectos neurológicos de algunos virus

El Instituto de Medicina Molecular de Lisboa y la Universidad Pompeu Fabra trabajan en el desarrollo de antivirales frente dengue, zika, VIH y covid

Un grupo de científicos, dirigido por el profesor Miguel Castanho, catedrático e investigador del Instituto de Medicina Molecular (IMM) de Lisboa, en colaboración con investigadores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, trabaja en el desarrollo de fármacos antivirales innovadores capaces de llegar al cerebro e inactivar virus como el dengue, el Zika, el VIH o el SARS-CoV-2, previniendo sus posibles efectos neurológicos y ayudando a promover la salud mental.

El consorcio, que cuenta con financiación de la Comisión Europea, espera también incluir virus que puedan surgir en el futuro y causar nuevas pandemias.

“Hablamos de varios virus, algunos de los cuales están infravalorados por la población, lo que es un error”; subraya Miguel Castanho. El investigador ejemplifica su afirmación con casos como “el sida, que persiste como un problema grave, del sarampión, que ha suscitado preocupación en todo el mundo desde que algunos grupos empezaron a renunciar a la vacunación; o del SARS-CoV-2, que sabemos que también puede causar daños neurológicos”.

“Hay que sumar a esta lista los virus responsables del Zika, el dengue y el chikungunya, cuya amenaza, debido al cambio climático y a la expansión de las colonias de un tipo específico de mosquito, el llamado mosquito tigre, que ya se ha detectado en el norte, sur y centro de Europa, incluidos Portugal y España, es cada vez más real”, subraya.

Las investigaciones se centran en el desarrollo de un medicamento que debe tener dos características innovadoras importantes: debe ser de amplio espectro, porque una misma especie de mosquito puede ser portadora de varias especies de virus, como el dengue, el Zika o el chikungunva, y debe ser capaz de proteger el cerebro de los fetos de las mujeres embarazadas, porque uno de estos virus, el Zika, tiene la capacidad de causar microcefalia en los bebés. Podría convertirse en un medicamento preventivo que proteja contra el desarrollo de infecciones, o en un medicamento curativo que inactive los virus que ya han iniciado un proceso de infección en el organismo", explica el investigador del IMM.

David Andreu, investigador de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, destaca la importancia de esta colaboración y pone el foco en la advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el llamado COVID persistente. “Es cierto que ya se ha declarado el fin de la pandemia, pero existe una llamada de atención, que se ha traducido en un plan de abordaje de emergencia de la enfermedad, debido a los millones  de casos de covid persistente que seguirán requiriendo atención médica”.

Un problema que no deja de ser preocupante, ya que la OMS prevé una enorme carga para los sistemas sanitarios, que necesitan dar respuesta a los pacientes que siguen viviendo con el impacto del covid, buscando tratamientos que les devuelvan calidad de vida no sólo física, sino también psicológica, lo que también justifica el compromiso de este grupo de investigadores.

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