Gestión

La compra basada en valor, el equilibrio entre la expectativa en salud y coste sanitario

El modelo de pago, el presupuesto ciego y los procedimientos de contratación son los principales problemas para implementar este tipo de sistemas en el SNS

“La compra basada en valor es una herramienta capaz de afrontar el equilibrio imposible entre el aumento en las expectativas de la población en términos de cantidad, calidad y cobertura asistencial y el incremento de los consumos intermedios y del coste sanitario capitativo, que se situó por encima del  54% entre 2005 y 2020”. Así lo asegura David Lentisco, Director General de Lentisco Alentto Group en el undécimo vídeo del programa MicroFormación de Fundación Española de Directivos de la Salud (Fundación Sedisa), programa que tiene por objetivo formar a los Directivos de la Salud en Gestión Sanitaria.

“El valor se define como fuerza, actividad o virtud de las cosas para producir sus efectos. Por lo tanto, la Compra Basada en Valor es, sintéticamente, un modelo de gestión que pone el foco en los resultados, desde una doble óptica: la salud del paciente, siempre teniendo en cuenta la opinión del mismo, y la sostenibilidad financiera de la organización y la equidad en el acceso a la atención presente y futura”.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta no es la idea original del paradigma que nació en Estados Unidos (M.E. Porter), ya que allí el paciente también es el pagador. En consecuencia, para su aplicación en España es necesario realizar una traducción o adaptación, ya que en nuestro modelo solo cabe “maximizar el valor en salud a través de la mejora de la efectividad y sostenibilidad del sistema productivo sanitario público”.

Para poder generar este valor añadido, “es necesario analizar y descomponer la actividad de las organizaciones de manera coste eficaz”, señala David Lentisco. Con el objetivo de poder llevar a cabo este proceso de análisis es necesario “formar a los profesionales sanitarios en la materia y reforzar la necesidad de que la compra se centre en la adquisición de partes concretas de valor añadido que se va a producir durante los procesos de transformación, no sobre unidades de consumo a precio cerrado”.

Sin embargo, existen barreras para la implementación de la Compra Basada en Valor en España: “el modelo de pago a proveedores basado en presupuestos ciegos (compra de series históricas), la contabilidad presupuestaria, los procedimientos de contratación pública o las carencias del medioambiente digital, son algunas de ellas”.

La Compra Basada en Valor resulta tan atractiva en este momento porque existe la convicción de que el modelo de gestión de los recursos actual ha colapsado. Y al mismo tiempo, “hay un aumento en las expectativas de la población en términos de calidad, cantidad y cobertura asistencial que debe afrontarse en medio de una crisis presupuestaria severa y un incremento del coste sanitario capitativo que superó el 54% entre 2005 y 2020”. En este contexto, la innovación o factor tecnológico representa otro elemento clave de la ecuación, ya que “tiene un impacto presupuestario que ha roto el equilibrio de los sistemas de compra, pero que resulta imprescindible ya que gran parte del valor que acaba recibiendo el paciente procede de dicha  innovación tecnológica o farmacéutica”.

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