Opinión

Financiación pública de medicamentos: se necesita un poco de previsibilidad, nada más

Artículo de opinión de José María López Alemany, director de Diariofarma, sobre la evolución de la utilización de diversas condiciones especiales de financiación para los medicamentos a lo largo del tiempo.

Publicamos un interesante análisis sobre la imposición de condiciones especiales de financiación a los medicamentos que se han financiado con fondos públicos durante los últimos años. Más allá de la diversidad de mecanismos aplicados, los cuales podrían ser justificados para adaptarse cada tipo de medicamento y a cada incertidumbre identificada, me llama la atención la facilidad con la que se introduce un mecanismo y se abandona otro.

El análisis realizado, basado en datos del Buscador de situación de estado de financiación (Bifimed), revela que en los últimos años se han probado diferentes condiciones de financiación. Por diversas razones, estas no han perdurado en el tiempo. Esto, además de impedir acumular una trayectoria que permita evaluar y mejorar con la experiencia, crea una incertidumbre en los agentes del sector, principalmente la industria farmacéutica, que desconoce de qué tipo de condición se le aplicará, si es que el medicamento es finalmente financiado. En este sentido, en los próximos días publicaremos un análisis según el cual se observa cómo se dificulta cada vez más la financiación de todas las indicaciones de un medicamento autorizado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) por procedimiento centralizado, y eso ocurre sin que se hayan modificado los criterios de financiación definidos en la legislación.

A lo largo de los últimos meses, el director general de Cartera Común de Servicios del SNS y Farmacia, César Hernández, así como algunos de sus colaboradores, planteaban la necesidad de definir una serie de criterios que permitieran saber, con tiempo para prepararse a todo ello, a qué condiciones de financiación se enfrentaía un determinado medicamento según sus características. Esta necesidad se vuelve cada vez más imperativa.

En los últimos años hemos observado el auge y declive de medidas como los acuerdos de riesgo compartido y pago por resultados, la financiación para determinados grupos de riesgo, los acuerdos precio/volumen o la definición de protocolos farmacoclínicos y uso de Valtermed. Por otro lado, hemos visto surgir, o resurgir, mecanismos de gestión como los techos de gasto, los descuentos adicionales o la devolución del diferencial entre el PVL autorizado y el precio del medicamento en situaciones especiales, entre otros ejemplos.

Es evidente que la elección entre uno u otro mecanismo, y especialmente el volumen de presentaciones que se ven afectadas, depende en gran medida del tipo de medicamento y de si este cuenta con una o veinte presentaciones, lo que podría sesgar el análisis. Sin embargo, lo indiscutible es la existencia de una amplia variedad de mecanismos cuya utilización depende en gran medida de las personas a cargo de las responsabilidades en materia de farmacia. Desde mi humilde punto de vista, esto debería ser mucho más estable e independiente de quien presida o vicepresida la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM).


José María López Alemany es director de Diariofarma.

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