Cuando este jueves he empezado a recibir llamadas y comentarios acerca de los que iba a pasar en Andalucía, me ha recorrido un escalofrío recordando viejos, aunque aún recientes tiempos, pensando en unas nuevas subastas. Los actores eran los mismos: el Servicio Andaluz de Salud (SAS), el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cacof) y los medicamentos genéricos.
No obstante, enseguida, gracias a que estoy en el Congreso Nacional Farmacéutico y eso te permite hablar con muchas personas, mi percepción ha cambiado totalmente y en estos momentos, cuando escribo estas líneas, después de largas conversaciones con algunos de los protagonistas y con personas de referencia del sector, creo que la situación no es mala y, por supuesto, no se parece en nada a las subastas. Para alcanzar esta percepción, es cierto que hay que tomar perspectiva y analizar los hechos más allá de los grandes titulares.
El acuerdo al que han llegado el SAS y el Cacof busca incrementar la dispensación de genéricos en Andalucía. Para lograrlo el SAS introducirá en el contrato programa un objetivo de prescripción por principio activo elevado, que podría acercarse al 95% existente hasta 2019. Con ello se asegura un incremento de las dispensaciones de genéricos. Por otro lado, los farmacéuticos abonarían a la Administración un 5% de las ventas de genéricos realizadas. Aquí la farmacia sería claramente perjudicada si no fuera porque cuenta con unas condiciones comerciales por la dispensación de genéricos que podrían llegar a compensar el montante de aportación establecido.
Por ese motivo, he llegado a la conclusión de que se trata de una iniciativa en la que, en Andalucía, casi todos salen ganando, aunque a nivel nacional se pierde algo que en los últimos años se había conseguido: una cierta uniformidad en la prestación farmacéutica en todas las comunidades autónomas.
Gana el SAS
Creo que, lógicamente, el mayor beneficiado de este planteamiento es el SAS. En primer lugar, políticamente. Porque frena una demanda demagógica del PSOE y de Adelante Andalucía para la puesta en marcha de las subastas, que incluso a día de hoy siguen repitiendo. Más allá de que las subastas fueran nefastas económicamente para los farmacéuticos, su éxito se basaba en dos premisas que hoy en día nadie con un mínimo de análisis se atrevería a proponer: por un lado, una exclusividad para toda Andalucía del ganador de cada lote, lo que supondría incrementar aún más de lo que ya están los riesgos de falta de suministro y desabastecimientos, sobre los ya elevados que la subasta por sí misma generaba. Por otro lado, y a la vista de la procedencia de la mayoría de los adjudicatarios, supondría olvidar los aprendizajes de la pandemia y la necesidad de fortalecer el tejido industrial en nuestras fronteras para incrementar la capacidad estratégica de producción de medicamentos. Por otro lado, este nuevo modelo dista mucho de las subastas en materia de disponibilidad de los medicamentos, de cara a los usuarios y por la participación de todos los laboratorios, sin excluir a ninguno. Las subastas impactaban de forma negativa en estos tres aspecto aspectos.
Adicionalmente, la administración andaluza dispone de un argumento, una herramienta con la que defenderse de las demandas de implantar las subastas, así como de las insinuaciones tendenciosas de conchaveo con el sector farmacéutico, tanto farmacias como laboratorios.
Lógicamente, el SAS también consigue un beneficio económico en forma de una reducción de su factura gracias a las aportaciones directas de las farmacias, así como las que pudieran realizar las compañías posteriormente. Si se recuperara el volumen de venta de genéricos previo y se pasara de 600 a 850 millones de euros, las farmacias aportarían unos 40 millones de euros y los laboratorios, entre 17 y 25, en función de si su aportación es sobre PVP o sobre PVL.
Gana la farmacia andaluza.
Creo que también ganan las farmacias andaluzas. En primer lugar, y creo que más importante, porque aleja el fantasma de las subastas al dar al SAS y a la Consejería de Salud argumentos políticos para no volver a pensar en ellas. A este respecto, aprovecho para recordar que aún está pendiente la derogación del artículo 60 bis de la Ley de Farmacia de Andalucía…
Por otro lado, aunque a priori parece claro que la medida va a suponer una reducción de los ingresos de las farmacias en un 5%, hay que ser cautelosos y tomar una calculadora para ver si un incremento de ventas de genéricos, con unas condiciones comerciales generalmente más ventajosas que las de las marcas, compensa el 5% a pagar al SAS. Los colegios lo tienen claro: compensa y la farmacia saldrá beneficiada si se impulsa todo lo que se pueda al genérico.
Además, como decía un farmacéutico, hay que recordar de donde se viene y hacer la comparación entre lo que van a pagar ahora las farmacias unos 40 millones, cifra que no tiene nada que ver comparado con los más de 200 de las subastas. Además, hay que tener en cuenta que el balance neto por la compra de genéricos desde la farmacia dependerá mucho de si aprovechan para mejorar sus políticas de compra o no.
A pesar de ello, también es justo reconocer que para alcanzar ese beneficio la farmacia se ve obligada a una política de compras determinada, con lo que pierde libertad para decidir, por los motivos que sea, priorizar a unos proveedores frente a otros. Si no quiere perder dinero, tiene que apostar sí o sí por los genéricos.
Gana el mercado de genéricos.
El otro gran vencedor es el mercado de los genéricos y las compañías que lo componen. Por primera vez en mucho tiempo se ponen en marcha desde la Administración medidas que los impulsan. No hay que olvidar que están estancados desde hace ya muchos años en una cifra próxima al 40% de cuota de mercado. Y no se mueven. Por ese motivo, ven con optimismo que se planteen fórmulas de impulso de los genéricos, que ellos están dispuestos a compensar con ofertas como la que ya hace tiempo realizaran al Ministerio de Sanidad, de cambiar aportaciones por crecimiento. No hay que olvidar que tanto genéricos como biosimilares son herramientas estratégicas para la sostenibilidad del sector farmacéutico y, por tanto, es también necesario asegurar su viabilidad y desarrollo.
Aquí, además, es necesario destacar que todas las compañías se beneficiarán por igual del nuevo escenario que beneficiará a los genéricos, independientemente de que sea una compañía que se vaya a sumar o no al acuerdo y comprometa una aportación al mismo.
Dos perdedores
Por último, señalar que, lógicamente, también hay perdedores. En concreto, y de forma rápida identifico dos. Uno muy claro, la industria de marcas que, lógicamente, perderá ventas en favor de los genéricos si es que el plan funciona como está previsto.
El otro gran perdedor vuelve a ser la equidad. Es la enésima ocasión (y de ellas, Andalucía ha liderado muchas) en que se impulsan políticas diferentes desde comunidades autónomas, haciendo cada vez más palpable la existencia de sistemas sanitarios diferentes, más que servicios diferentes de un mismo Sistema Nacional de Salud.
José María López Alemany es director de Diariofarma.
Creo que usted no tiene ni idea, parece mentira que sea farmacéutico. Que laboratorios investigaron vacunas para el COVID. Quiénes sacan nuevos fármacos en Oncología, enfermedades raras………….que lo hagan el estado y los genéricos
El que no se entera de la peli eres tu, el 80% de las marcas son licencias de la original, osea un generico encubierto con licencia y los segundo, es que todos los laboratorios de marca tienen su linea de genericos, Novartis-Sandoz, Pfizer-Viatris, Esteve-Pensa...la unica diferencia es q unos invierten en el medico y los otros en la farmacia..y todos los principios activos, tanto de marca como generico vienen de china e india, aqui luego solo se ponen excipientes y se encapsula..
Me parece genial y luego quien investiga, no conozco ningún laboratorio de genéricos que investigarán sobre el COVID, terminaremos teniendo una medicina cubana
Buenos días. El que pierde es el paciente, y sobre todo el crónico mayor, que lleva años con un fármaco, y que a partir de ahora le irán dando el genérico que periódicamente le de más descuento a la farmacia, con lo que eso conlleva a nivel de adherencia, cumplimiento y posibles errores. Es una pena, pero de nuevo los andaluces, volvemos a sentirnos discriminados frente al resto de españoles, ahora gobernando con mayoría absoluta el PP. Todo esto me lleva a pensar que en política todo vale. Un ex votante del PP. Un saludo
Esto es un clawback...no creo que el SAS aportara mas enfermos ni pacientes a las farmacias, sino que lo que hace es imponer un nuevo impuesto revolucionario a las farmacias. A caso, alguien ha consultado a las farmacias antes de tomar esta medida? Y los Colegios de farmaceuticos que defienden y a quien defienden?Hasta cuando????....